Diálogo de Petersberg reimpulsa la acción climática en medio de la pandemia: cómo aterrizan en Chile las principales directrices para retomar la ambición
No abandonar la lucha contra el cambio climático, e impulsar planes de recuperación económica alineados con el Acuerdo de París, fueron los principales mensajes de la primera cumbre climática del año que busca retomar la acción en esta materia en medio de la crisis global por el coronavirus. También se determinó que no se pospondrá la presentación de las nuevas NDC de los países, la que ya fue presentada por Chile y que fue destacada en la cita por los líderes climáticos. El objetivo del Ministerio del Medio Ambiente es que sea este compromiso el que se fije como meta al momento de pensar en la recuperación económica. Un primer paso en esta línea será comenzar a trabajar, a partir de mayo, en las metas de mitigación para los distintos sectores de la economía.
Periodista
El impacto que el coronavirus está causando a nivel global, con un pronóstico aún incierto mientras todos los esfuerzos de los países se vuelcan al control de la pandemia, tuvo un efecto colateral: la acción climática pareció, de pronto, tambalearse ante el cambio de escenario y la necesidad de redestinar financiamiento a la emergencia más inmediata. Pero la semana pasada, el Diálogo Climático de Petersberg, la tradicional cumbre que se realiza en Alemania para fijar las directrices de la próxima COP -y la primera cumbre climática de cada año- volvió a marcar la ruta de la ambición.
Liderados por el secretario general de la ONU António Guterres y la canciller alemana Ángela Merkel, 30 ministros de Medio Ambiente se reunieron en una conferencia virtual de dos días para impulsar la agenda climática, entre ellos la ministra del Medio Ambiente de Chile y presidenta de la COP25, Carolina Schmidt. El mensaje fue claro: no se puede permitir dejar la lucha contra el cambio climático. La creencia común fue que este no se detiene por la crisis del Covid-19, que la caída actual de las emisiones no es sostenible y que las futuras vías de emisiones se verán influenciadas en gran medida por las decisiones que se tomen ahora.
En ese sentido, los lineamientos que surgieron de esta cumbre fueron claros. En primer lugar, los planes de recuperación económica post crisis del coronavirus deben alinearse con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las inversiones realizadas ahora deben allanar el camino hacia economías climáticas neutrales y resilientes, afirmaron, y al mismo tiempo abordar la dimensión social de la crisis mediante la promoción de empleos verdes de calidad. El apoyo a las empresas debería permitirles hacer una transición justa hacia la neutralidad climática.
En segundo término, se planteó que el multilateralismo, la cooperación internacional y el apoyo a los países en desarrollo son más necesarios que nunca. Para que la recuperación sea exitosa, debe suceder en todo el mundo.
Finalmente, se determinó que la presentación de NDC mejoradas por parte de los países, así como las estrategias de largo plazo bajo las metas del Acuerdo de París, no deben posponerse pese a que la próxima COP26 fue postergada para 2021 ante la emergencia sanitaria global. “Será una tarea central de los ministros del clima conectar efectivamente los procesos para permitir una recuperación limpia, resiliente y justa con el desarrollo de NDC mejorados y estrategias de largo plazo ambiciosas”, plantearon los participantes.
“Los llamados de la comunidad climática internacional han sido claros en las últimas semanas: a pesar de la crisis de salud, la acción climática debe continuar a todos los niveles”, dijo la ministra Schmidt, y llamó a los países a presentar NDCs más ambiciosas asegurando que estas “no deben verse como una distracción innecesaria de la crisis de salud. De hecho, pueden ser parte de la solución: las NDC y las estrategias a largo plazo pueden ser el plan para diseñar estrategias de recuperación que estén alineadas con las altas reducciones de emisiones”.
“Hay señales importantes de avances, algunos países, incluyendo Chile, actual presidencia de la COP25, ya han presentado NDCs más ambiciosas siendo pioneros dentro de los 114 países que se han comprometido a hacerlo en 2020”
Reconocimiento a la NDC presentada por Chile
Y en este aspecto, hubo reconocimiento a la actualización de la NDC presentada por Chile a comienzos de abril, la primera de Latinoamérica y una de las diez primeras que se presentan a nivel mundial. “Hay señales importantes de avances, algunos países, incluyendo Chile, actual presidencia de la COP25, ya han presentado NDCs más ambiciosas siendo pioneros dentro de los 114 países que se han comprometido a hacerlo en 2020”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, mientras que el director global de NDC Partnership, Pablo Vieira, dijo que “en estos momentos de gran incertidumbre a nivel global, Chile reafirma su compromiso con el desarrollo sostenible presentando una NDC considerablemente más ambiciosa y alineada con una visión de descarbonización.
Entre los principales avances de la NDC de Chile están el fijar un peak de emisiones para el país en el año 2025, el compromiso de una emisión máxima de 95 millones toneladas de CO2 a 2030, y el tener como eje orientador los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros aspectos, lo que también fue destacado por la representación en Chile del PNUD: “Chile no solo respondió al desafío de proponer metas más ambiciosas en mitigación y adaptación, sino que integró en su estructura los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas”, señalaron.
El compromiso de acción climática de Chile se basa en dos aspectos: un compromiso no condicionado de reducir sus emisiones netas en un 30% al año 2030, y otro condicionado que permitiría una reducción neta de un 45% de emisiones para el mismo año.
De acuerdo al Climate Action Tracker, que analiza los compromisos climáticos de los gobiernos y los compara con la metas impuestas por el Acuerdo de París -y es el principal indicador global en esta materia-, en cuanto a su NDC no condicionada, Chile avanzó de categoría desde “altamente insuficiente” a “insuficiente”. Si su compromiso condicionado fuera considerado como no condicionado, agrega, alcanzaría la categoría de “compatible con la meta del Acuerdo de París de 1,5ºC”.
¿De qué dependen las metas condicionadas? Básicamente, dicen en el Ministerio del Medio Ambiente, de la existencia de acciones habilitantes como condiciones de mercado, financieras, políticas y tecnológicas que permitan acelerar la transformación hacia un desarrollo bajo en emisiones. El punto, dicen, es que la NDC es una meta intermedia que depende de esas condiciones, pero el foco principal es el compromiso más ambicioso de largo plazo: alcanzar la carbono neutralidad en 2050.
“En términos prácticos, si quisiéramos adelantar acciones que vemos que en Chile se van a dar para la carbono neutralidad, necesitamos apoyos, y hoy esos apoyos hoy no están tan claros en los mercados internacionales”, explica Carolina Urmeneta, jefa de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente.
“Por ejemplo -agrega-, si en nuestra contabilidad para la carbono neutralidad tenemos el hidrógeno a partir de 2030, no tengo cómo adelantarlo sin mercados internacionales que permitan mejorar nuestra meta. Esas son las condiciones habilitantes, y eso requiere de voluntad política para que esas cosas de zanjen a nivel internacional. Se necesita que se activen los mercados internacionales para transferencias, que es el Artículo 6 del Acuerdo de París, y eso no está. Sin eso es súper difícil que países en desarrollo como Chile, que ya están haciendo un esfuerzo tremendo, hagan más esfuerzo aún”.
“Para que los gobiernos puedan avanzar en sus metas, se requiere tener actores no estatales (empresas, ongs, sociedad civil, gobiernos locales) que vayan de punta de lanza mostrando que esto efectivamente se puede hacer. Son los que nos ayudan a movilizar y a implementar de verdad las cosas”
Cómo se alinea Chile con Petersberg, y con una “recuperación verde”
El llamado del Diálogo Climático de Petersberg a mantener la lucha por el cambio climático, y alinear los planes de recuperación económica con el Acuerdo de París, ya ha empezado a generar acción. Por ejemplo, ya se está planteando en el Parlamento Europeo que los planes de recuperación de Unión Europea tienen que tener como núcleo el Pacto Verde y la acción climática. Y en Chile se busca avanzar en una ruta similar, alineada con la nueva NDC.
“Lo que vamos a buscar es que en la recuperación no perdamos el norte de lo que queremos hacer, y por eso era tan importante presentar nuestra NDC. En el último año tuvimos una discusión dura respecto de poner una meta que nos hiciera muy vulnerables ante la situación del país, y poner una NDC ambiciosa previo a que se inicie la recuperación es una forma muy fuerte de decir que respecto de este punto de llegada -la carbono neutralidad- uno no se puede detener”, dice Carolina Urmeneta.
En lo inmediato, el Ministerio del Medio Ambiente, se avanzará es fijar las metas sectoriales de mitigación propuestas en el proyecto de Ley Marco de Cambio Climático presentado por el Ejecutivo, y actualmente en tramitación en la Comisión de Medio Ambiente del Senado. Recursos provenientes del Banco Mundial, la Unión Europea y el BID, entre otros, recibidos en el marco de la presidencia de Chile en la COP, permitirán adelantar este trabajo a la espera de que se apruebe la ley.
La idea es lanzar este proceso en mayo, a través de la convocatoria a un proceso abierto y del trabajo de mesas técnicas específicas por sector, y terminar el proceso a fines de 2020. El objetivo es “aterrizar” los compromisos de mitigación de la NDC y del la carbono neutralidad, estableciendo metas específicas a distintos sectores de la economía y a las que además se les pueda hacer seguimiento y monitoreo, para ir ajustándolas -de ser necesario- al cumplimiento de las metas nacionales.
“Las metas sectoriales van acompañadas de planes de acción sectoriales, y estos tienen que tener instrumentos. Eso es lo que tenemos que discutir ahora”, explica Carolina Urmeneta. “Por ejemplo -agrega-, para que los taxis se reconviertan a electromovilidad, ¿que se necesita específicamente para activarlo? Eso es lo que vamos a tener que discutir, y determinar los incentivos que tendrán que ir primero porque son más costo efectivos y beneficiosos para una población o territorio en particular. Por eso esta discusión se da después de fijar una meta nacional, que muestra dónde quieres llegar, para después tener una discusión interna respecto de cómo asignar aportes justos a cada sector”.
Otra línea que se está trabajando es a través de la Mesa Público-Privada de Finanzas Verdes que lidera el Ministerio de Hacienda, para ampliar o replicar instrumentos que han dado buenos resultados en esta materia, como financiamientos Corfo que hoy tiene una marcada línea de sustentabilidad, o la emisión de nuevos bonos verdes soberanos.
Chile ya presentó una primera emisión de estos bonos para el financiamiento de una cartera de proyectos enfocados principalmente en el transporte limpio (gran parte de ello en la Línea 7 del metro), eficiencia energética, edificios públicos sustentables y proyectos de energías renovables, entre otros.
Hoy se está realizando un nuevo levantamiento de proyectos entre los distintos ministerios, aunque aún es un tema que se está evaluando. “Lo que nosotros tenemos que hacer es levantar una cartera de nuevos proyectos para poder sacar otra emisión. Hoy estamos discutiendo qué y cómo se podría hacer, está en la mira y está dentro de las opciones. Hacienda está hoy evaluando muchas alternativas y muchos temas, pero no se va a perder de vista que tenemos una meta nacional en la NDC a diez años, por lo tanto esto tiene que verse reflejado en las decisiones que tomemos ahora”, afirma la jefa de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente.
A esto podrían sumarse otras iniciativas en el mercado financiero, como la incorporación de los mecanismos de sostenibilidad y de ESG en la evaluación del financiamiento a proyectos que entregan los bancos, entre otras materias.
El rol de las empresas también será clave, así como que mantengan el impulso por la acción climática existente a nivel nacional cuando Chile organizó la COP25. Si bien hoy ya está incorporado en los grandes actores abiertos a las bolsas internacionales, que ya exigen indicadores de sostenibilidad, se requerirá de un compromiso. Por lo pronto, un grupo de empresas agrupadas en CLGChile ya se comprometió a apoyar e impulsar la NDC de Chile.
Esto también quedó reflejado en el Diálogo Climático de Petersberg, donde por primera vez participaron de la discusión los actores no estatales: empresas, sociedad civil, ongs y gobiernos locales, entre otros.
“Para que los gobiernos puedan avanzar en sus metas, se requiere tener actores no estatales que vayan de punta de lanza mostrando que esto efectivamente se puede hacer. Son los que nos ayudan a movilizar y a implementar de verdad las cosas”, dice Carolina Urmeneta.