Expertos llaman a apurar legislación sobre el uso del hidrógeno como combustible en Chile
Cuando se produce con energías renovables, este gas puede ser de gran utilidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la industria y el transporte. Expertos consideran que Chile tiene ventajas comparativas para producirlo a bajo costo y exportarlo. “Podría ser un mercado tan importante como es hoy la minería”, sostiene Ana María Ruz, encargada de Desarrollo Tecnológico del Comité Solar e Innovación Energética de Corfo. Estudios estiman que en nuestro país el hidrógeno verde podría producirse hasta por 1,96 por kilo, un precio altamente competitivo.
En la Ruta Energética 2018-2022 presentada por el Ministerio de Energía en mayo de 2018 se menciona que “es necesario estudiar la utilización de hidrógeno como alternativa a combustibles convencionales en el transporte público”. Además, agrega que se fomentará “la incorporación de buses con tecnología de alta eficiencia como eléctricos, de hidrógeno, a gas natural u otros. De esta forma se logrará mejorar el rendimiento energético del parque y reducir la emisión de gases contaminantes”.
Sin embargo, hasta la fecha en Chile el hidrógeno no es considerado un combustible, sino solamente como un elemento químico, lo que limita su uso, producción, almacenamiento y comercialización. La falta de regulación al respecto aparece en estos días como algo urgente, toda vez que el país es visto a nivel internacional como uno de los que tiene mayores ventajas comparativas para producir hidrógeno verde, es decir, usando energías limpias, al tiempo que su uso como combustible se extiende por Europa, Norteamérica y Asia.
La urgencia de esta regulación fue una de las conclusiones del Primer Seminario Internacional del Hidrógeno, organizado por la Universidad Autónoma, H2Chile, Centro Nacional del Hidrógeno y la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), donde un panel de expertos expuso sobre las múltiples potencialidades que este gas posee como vector energético.
“El hidrógeno verde lo estamos viendo como un elemento esencial para impulsar la carbono neutralidad (plan 2050)”, debido a que como combustible no genera emisiones de gases de efecto invernadero, comentó Ángel Caviedes Cabezas, de la Unidad de Prospectiva y Vigilancia Tecnológica del Ministerio de Energía, en el marco del seminario realizado la semana pasada. Por ejemplo, explicó que con el hidrógeno (H2) se puede dar flexibilidad al sistema energético cuando se incorporan energías variables, como la fotovoltaica, en reemplazo de aquellas producidas con combustibles fósiles contaminantes como el carbón.
Caviedes mencionó el gran potencial del país, de norte a sur, para generar energía solar, eólica y geotérmica, que pueden ser aprovechadas para generar hidrógeno verde, para el cual “cada día identificamos nuevas oportunidades”. Por ejemplo, en la minería, tanto para el transporte de carga como para las faenas de extracción y también el transporte de trabajadores. Asimismo, se puede usar como respaldo energético en sistemas aislados, como el de Isla de Pascua, donde actualmente el respaldo es diésel. También en algunas industrias, para producir nitrato de amonio, que se usa tanto como fertilizante como para sustrato de explosivos en la minería. “Y como un sueño, la exportación, ya sea como hidrógeno o con un producto de mayor valor agregado”, señaló el ejecutivo del Ministerio de Energía.
“Junto con el Comité Solar de Corfo se hizo un primer estudio sobre una estrategia nacional del hidrógeno, con el objetivo de poder, de una manera coordinada, desarrollar y promover una industria competitiva de hidrógeno verde en el país”
Frente a esas oportunidades surgen los desafíos. Uno de los más importantes, señala Caviedes, es tener una regulación adecuada, que no sea una barrera, sino que facilite el ingreso de nuevos proyectos. Consultado sobre los avances en esta materia, el especialista señaló que mientras el H2 no sea considerado en el país como un energético no es posible que el Ministerio de Energía tenga un mandato para regular sobre el mismo. “Son opciones que pasan por el Congreso, porque es un cambio a la ley, pero debiese ser un trámite fácil”.
Por lo pronto, indicó el representante del Ministerio de Energía, “junto con el Comité Solar de Corfo se hizo un primer estudio sobre una estrategia nacional del hidrógeno, con el objetivo de poder, de una manera coordinada, desarrollar y promover una industria competitiva de hidrógeno verde en el país. Esperamos que su versión oficial esté ya lanzada y con todos los recursos necesarios el primer semestre del próximo año”.
Estrategia nacional
Respecto a dicho estudio, sus conclusiones son tan optimistas como ambicionas. Ana María Ruz Frías, encargada de Desarrollo Tecnológico del Comité Solar e Innovación Energética de Corfo, presentó algunas de las conclusiones en el seminario realizado en la U. Autónoma.
Según explicó Ruz, en la propuesta entregada al Ministerio de Energía se incluye un diagnóstico del mercado internacional del hidrógeno actual y de sus proyecciones, el estudio de las estrategias de varios países, una proyección del mercado nacional y cálculos de costos (usando modelos matemáticos), entre otras consideraciones.
Ruz mencionó datos del Hydrogen Council (iniciativa global que reúne a 60 empresas del ámbito de la energía, transporte e industria) que proyectan un crecimiento del 40% de la demanda internacional de H2 en los próximos once años (al 2030), y donde calculan que para 2050 el mercado global del hidrógeno y tecnologías del hidrógeno generará ingresos por más de 2,5 trillones de dólares al año y empleos para más de 30 millones de personas.
En Estados Unidos, por ejemplo, prevén que el próximo año estén circulando en el país un millón de vehículos movidos por hidrógeno, y esperan que el 33% de ellos utilice H2 verde.
“Esto significaría un mercado del orden de 8 mil millones de dólares al año. Si comparamos con el tamaño del mercado de la minería hoy en día, que es del orden de 6 mil- 7 mil millones de dólares al año, podría ser un mercado tan importante como el de la minería”
En Japón, en tanto, se han propuesto ser la sociedad del hidrógeno, estableciendo como punto de inflexión las Olimpiadas de Tokio 2020, donde está previsto que toda la villa olímpica –infraestructura y movilidad- funcione con H2, además de otras instalaciones de la capital japonesa.
“Para 2030 ellos (Japón) van a comprar 600 mil toneladas de H2 al año y ya tienen establecido el precio al cual van a comprar”, comenta Ruz, y subraya que, no obstante, no se trata necesariamente de hidrógeno verde.
La producción del hidrógeno verde se realiza mediante la electrólisis del agua con un uso intensivo de energía limpia, pero el 95% del hidrógeno que se usa actualmente en el mundo es H2 gris, es decir, generado a partir del reformado de vapor de gas natural sin capturar el CO2, con un bajo consumo eléctrico.
Lo anterior es relevante al momento de considerar los costos de producción del hidrógeno verde debido a que una parte importante de los mismos es la electricidad utilizada, y es ahí donde el potencial de energía eólica, solar y geotérmica de Chile hace atractiva la posibilidad de producirlo.
En el ejercicio de cálculo de costos realizado bajo la dirección del Comité Solar, con estimaciones conservadoras, llegaron a un valor al 2030 de 2,35 dólares por kg de H2 offgrid (con sistema fotovoltaico autónomo).
Otro estudio presentado por Ruz, realizado por la Agencia Internacional de Energía, calculó que en la Patagonia chilena, usando energía eólica, se puede producir H2 por 1,96 dólares por kilo. Se trata de un costo muy competitivo, entre los más bajos a nivel mundial. En Japón, por ejemplo, ese costo está estimado en más de 4 dólares, por lo que aparece como un comprador potencial del H2 producido en Chile.
En el estudio para la propuesta de estrategia nacional se evaluó la posibilidad de exportar H2 verde. Para tal efecto, explicó Ruz, se consideró el 10% de la proyección de crecimiento al 2030 realizada por el Hydrogen Council, “y ahí el tamaño del mercado puede ser del orden de 3 millones 850 mil toneladas de H2, con lo cual cambian los números y resulta muy interesante”.
“Eso significaría un mercado del orden de 8 mil millones de dólares al año. Si comparamos con el tamaño del mercado de la minería hoy en día, que es del orden de 6 mil- 7 mil millones de dólares al año, podría ser un mercado tan importante como el de la minería”, dijo la representante del Comité Solar de Corfo.
“Es muy importante que la legislación sobre este tema se apure, porque si no va a trancar este desarrollo, que es fundamental para Chile si queremos atacar el cambio climático”
En cuanto a los retos que esto representa, Ruz también mencionó la importancia de tener una regulación adecuada, pero además subrayó el desafío que significa para los sistemas fotovoltaicos. “Actualmente tenemos instalados 2,4 GWp (…) y si pensáramos en exportar tendríamos que tener una capacidad adicional de 84,4 GWp del sistema fotovoltaico a 2030. Ese es un desafío no menor para el sistema eléctrico nacional”, concluyó la especialista.
Las reglas claras
Desde el mundo privado, Erwin Plett, presidente de la Comisión de Energía del Colegio de Ingenieros de Chile y socio de la Sociedad chilena del Hidrógeno (H2Chile, creada en 2018), considera que “es muy importante que la legislación sobre este tema se apure, porque si no va a trancar este desarrollo, que es fundamental para Chile si queremos atacar el cambio climático”.
“Si uno revisa la normativa, en Chile el hidrógeno, este tremendo vector, no es un combustible , no está declarado, por lo tanto no lo puedo transportar, no lo puedo mover, no puedo hacer nada con él más que ponerlo en botellas”, comenta Plett. Agrega que desde H2Chile tienen propuestas para que la regulación sea rápida, “pero es el gobierno el que tiene que decir qué pasos tenemos que dar y es un trabajo legislativo el que viene”.
Con todo, el socio de H2Chile valora las múltiples ventajas comparativas del país para la producción de hidrógeno verde, entre ellas los costos menores de electricidad producida con sol y viento. Además, menciona la importancia de la estabilidad económica y política del país, que permita mitigar el riesgo de invertir acá, lo que también ayuda a reducir los costos de instalación y operación para producir hidrógeno, debido a que permite que el valor del capital sea bajo (créditos a largo plazo con intereses bajos). “La regulación también influye en eso (…) es importante un acuerdo público-privado para garantizar estabilidad y que las reglas estén claras”.