El Foro Latinoamericano de Economía Circular que se inició ayer en la Estación Mapocho no solo reunió a expertos internacionales y a los principales actores nacionales en esta materia, también fue el lanzamiento formal del trabajo para elaborar una hoja de ruta o roadmap sobre la economía circular en Chile, que marque los lineamientos para las distintas acciones que hoy se están realizando en el país, con acciones concretas que permitan acelerar el camino hacia esta nueva forma de consumo y producción.
Un escenario que no parece simple, principalmente porque -pese al fuerte impulso que ha tomado en los últimos años- hoy no existen muchas experiencias concretas donde mirar. Como dijo claramente ayer Manuel Albaladejo, representante de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) en la región: “en economía circular no podemos copiarle a nadie, porque está ocurriendo hoy, y Chile tiene una oportunidad de liderar”.
Aunque no existe nada definido, entre los expertos se señalan varias opciones que ayudarían a generar un escenario que entregue menos posibilidades a la economía lineal e incentive la economía circular, como poner impuestos a los recursos, establecer un IVA diferenciado para la economía circular, tener compras públicas innovadoras que incentiven la compra de productos bajo este formato, o incentivos tributarios para la inversión en I+D y ecodiseño son algunos de ellos.
“La economía circular se trata de que el mercado funcione mejor”, dice Mathy Stanislaus, quien lidera esfuerzos para promover la economía circular desde el Foro Económico Mundial y el Instituto de Recursos Mundiales. “Hoy estamos tratando de curvar esta línea recta y es dificilísimo, y para eso se requieren metas de mercado y metas de políticas públicas”, agrega.
Primero el diagnóstico
¿Cómo iniciará Chile el tránsito a la economía circular? “Tanto o más importante que el resultado va a ser el proceso”, repite varias veces Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente.
Aunque no hay una fórmula definida, un ejemplo que el gobierno está analizando con detención es el que se realizó a partir del proyecto “Futuro de la Energía en Chile, Factores de Cambio y Tendencias” realizado por Escenarios Energéticos, y que tras un proceso de diálogo con múltiples actores permitió construir una visión compartida que finalmente se materializó en la Agenda de Energía impulsado por Máximo Pacheco que derivó en una revolución del mercado y en el impulso definitivo -e impensado- a las energías renovables no convencionales.