“Mi Negocio Solar Verde”, el piloto que transformó ocho emprendimientos de Renca
La instalación de termopaneles solares para agua caliente permitió que los negocios familiares de ocho mujeres de Renca pudieran ahorrar un promedio de 40 mil pesos al mes y mejorar su calidad de vida y la de su hogar. La iniciativa tuvo como fin, aparte del beneficio económico, aumentar la autonomía energética de las personas, otorgarles un carácter sustentable a sus productos y reducir la pobreza energética.
Hace más de diez años que Haydee Soto se dedica a vender tortas a sus vecinos y, desde febrero, ha experimentado cómo su consumo de gas bajó considerablemente gracias a la instalación de termopaneles solares para agua caliente en su casa. Esta emprendedora tenía que comprar un balón de 11 kilos cada semana, pero cuenta sorprendida que ahora el mismo gas le puede durar hasta tres semanas.
Por lo general, la instalación de estos sistemas no es accesible para microemprendedores, ya que contemplan una importante inversión, que puede ser de alrededor de un millón de pesos. Sin embargo, en el caso de Haydee, solo tuvo que financiar el 25% de la instalación y del valor del equipo, gracias a un innovador piloto que permitió que ella y otras siete empresarias de Renca cuenten con esta tecnología que no solo beneficia al medioambiente, sino que también a sus bolsillos.
La iniciativa “Mi Negocio Solar Verde” fue un esfuerzo conjunto de diversas organizaciones para poder generar ahorro en la economía familiar, aumentar la autonomía energética de las personas y otorgar un carácter sustentable a los bienes que producen. La Municipalidad de Renca y la consultora internacional EBP Chile pudieron implementar el piloto gracias al financiamiento otorgado por la Agencia de Sostenibilidad Energética, a lo que se sumó un microcrédito verde de 250 mil pesos que la Fundación Banigualdad aprobó a las ocho emprendedoras de la comuna.
Matías Plass, profesional del área de Sustentabilidad Local de EBP Chile, detalla que estas iniciativas que incluyen a microempresarios son sumamente importantes para lograr un cambio cultural en la manera en que se producen bienes y servicios, ya que por lo general los esfuerzos de implementar energías verdes solo se centran en las medianas y grandes empresas.
“Hay muchos emprendimientos informales que no tienen las mismas condiciones de competencia respecto a empresas grandes y por eso resulta importante impulsar este tipo de proyectos, porque son una parte importante de la economía doméstica de las familias de comunas como Renca. No es posible poner el foco solo en las grandes empresas, sino que también hay que hacerlo en las economías locales”, indica Plass.
“Hay muchos emprendimientos informales que no tienen las mismas condiciones de competencia respecto a empresas grandes y por eso resulta importante impulsar este tipo de proyectos, porque son una parte importante de la economía doméstica de las familias de comunas como Renca”.
Acabar con la pobreza energética
Estos esfuerzos por extender el uso de energías limpias y renovables no se limitan a bajar la emisión de agentes contaminantes, sino que a acabar con la pobreza energética, un concepto que hace referencia a la falta de acceso equitativo a servicios energéticos de alta calidad para cubrir necesidades fundamentales y básicas. Y es que contar con agua caliente para trabajar no es un tema de comodidad, sino que implica una serie de factores que permiten mejorar la calidad de vida y de trabajo de las personas.
La innovación del proyecto radicó justamente en que no se enfocó solamente en mejorar las condiciones laborales de estas ocho mujeres, sino que también en extender los beneficios a sus familias. Matías Plass explica que ya contaban con experiencias domiciliarias de equipos termosolares, pero que la idea en esta oportunidad era lograr la instalación en hogares en los que se desarrollaran actividades productivas.
“Hacemos una evaluación muy positiva, porque si bien fueron ocho las mujeres las que accedieron a este piloto, en total más de 40 personas se vieron beneficiadas. Además, medimos la efectividad de los equipos durante el mes de abril y obtuvimos un ahorro mensual promedio de 40 mil pesos, lo cual es bastante y explica que un 75% de las emprendedoras reconocieran que se sienten menos preocupadas y estresadas a fin de mes respecto al pago de sus cuentas”, relata el profesional de EBP Chile.
Mirna Catrilaf es otra de las emprendedoras que fue escogida para formar parte del piloto. Cuando llegó la pandemia su familia se enfrentó a la cesantía, por lo que, junto a su esposo, decidieron instalar una minifábrica de pan y repostería en su casa.
Mirna cuenta que ahora el gas “solamente lo estamos usando para cocinar. Nosotros usábamos dos balones, el de la cocina y el del calefón, pero desde que pusieron el termopanel en febrero la última vez que compramos gas fue en marzo. Ya llevo marzo, abril y estamos terminando mayo, así que ya me he ahorrado tres balones de gas y recién está empezando el proyecto”.
En la casa de Mirna viven cinco personas (el matrimonio y sus tres hijos más pequeños), que estuvieron casi todo el año pasado con el calefón malo, por lo que cuando le informaron desde la Fundación Banigualdad que había sido seleccionada para participar del piloto pensó que era broma.
“El último año estuvimos sin calefón y el agua la teníamos que calentar en la cocina. Cuando nos vinieron a instalar el termopanel solar para el agua tuvieron que hacer un trabajo especial porque la presión del agua para este sector es muy baja, entonces ahora gracias a la instalación del equipo, más la bomba, sale el agua perfecta. Ahora tenemos acceso a agua caliente y con mayor razón la cuidamos más ahora”, dice Mirna.
La presión del agua también se solucionó para Haydee, quien comenta que para obtener agua caliente tenía que abrir tres llaves para que el calefón funcionara: “Es decir, ahora ya no solo ahorro gas, sino que también agua”, asegura.
“Nosotros usábamos dos balones, el de la cocina y el del calefón, pero desde que pusieron el termopanel en febrero, la última vez que compramos gas fue en marzo. Ya llevo marzo, abril y estamos terminando mayo, así que ya me he ahorrado tres balones de gas y recién está empezando el proyecto”.
“Mi Negocio Solar Verde” también contempló la capacitación de las emprendedoras en diferentes materias para potenciar sus negocios, como marketing digital, creación de marca, formalización de negocio, contabilidad básica y otros temas que fueron impulsados por el Departamento de Desarrollo Económico Local de la Municipalidad de Renca y por Sercotec. Además, se creó el sello “Mi Negocio Sustentable”, con el que se espera que las emprendedoras puedan aumentar el valor agregado de sus productos.
Debido a que el proyecto fue un piloto, no se realizó un concurso abierto para postular a la instalación de los equipos y todo se realizó evaluando las diferentes características de las emprendedoras de Renca, considerando aspectos técnicos (tipo y estado de techumbre) y criterios financieros de la Fundación Banigualdad.
Si bien “Mi Negocio Solar Verde” concluyó con una muy positiva evaluación, tanto por parte de quienes impulsaron e implementaron el proyecto, como por parte de las emprendedoras de Renca, también permitió obtener estadísticas y experiencia para replicar el modelo de forma más masiva o en otras comunas, asegura el profesional de EBP Chile.
“Tenemos muchas ganas de poder replicarlo, por eso nos encontramos buscando más fuentes de financiamiento. Con la Fundación Banigualdad vemos la posibilidad de que el cofinanciamiento quizás sea mayor para poder beneficiar a más personas, pero eso significa que los emprendedores tendrían que realizar una inversión mayor. De todas formas, ahora contamos con cálculos y estadísticas respecto a cuánto tiempo toma recuperar la inversión. Por eso lo principal es continuar con la búsqueda de financiamiento que nos permita replicar la iniciativa en Renca o en otros municipios”, puntualiza Plass.