Ley Marco de Hidrógeno Verde: moción parlamentaria busca establecer metas de avance y crear incentivos tributarios para acelerar su desarrollo
Desde el Congreso de busca dar un mayor empuje a las iniciativas actualmente en curso, y para ello está anunciada para los próximos días la presentación de un proyecto de ley impulsado desde el Senado por los presidentes de las comisiones de Minería y Energía, Rafael Prohens; y de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación, Guido Girardi. El objetivo declarado es -según señala el borrador al que tuvo acceso País Circular, y que se está terminando de afinar esta semana- “fomentar las tecnologías de hidrógeno verde, transitar hacia una matriz energética basada en hidrógeno verde, y promover el liderazgo del país como potencia energética limpia a nivel mundial”.
El desarrollo del hidrógeno verde está avanzando en el país. Ya se anuncian y se ingresan al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental los primeros proyectos para la producción de este combustible en Chile, y la semana pasada la empresa alemana Mabanaft se transformó en el primer cliente de hidrógeno verde producido en nuestro territorio, através de un acuerdo de entendimiento para la compra y venta de hasta 500 millones de litros de combustible carbono neutral por año de las fases comerciales de AME (Andes Mining & Energy), que para 2022 construirá su primera planta piloto en Magallanes -denominada “Haru Oni”- con apoyo financiero del gobierno alemán y la participación de Porsche, Siemens Energy, Enel Green Power, ENAP y ExxonMobil. El proyecto utilizará energía eólica para producir hidrógeno verde y producir metanol, el que luego se convertirá en gasolina.
Pero aún son pasos incipientes, desarrollados a partir de una serie de iniciativas impulsadas por el Ministerio de Energía y Corfo. En noviembre, el vicepresidente ejecutivo de este último organismo, Pablo Terrazas, afirmó que el Estado dará facilidades para el desarrollo de esta industria en el país, y entre otras cosas lanzó un Reques for Information (RFI) a nivel global para mapear el potencial de esta industria. Lo que se busca es conocer los eventuales proyectos de hidrógeno verde que el mercado está manejando, los inversionistas que estarían interesados, cuáles son las instituciones financieras internacionales disponibles para apoyar esta nueva industria, y quienes son aquellos que van a demandar esta energía.
Ahora, desde el Congreso de busca dar un mayor empuje a las iniciativas actualmente en curso, y para ello está anunciada para los próximos días la presentación de una moción parlamentaria para tramitar una “Ley Marco de Hidrógeno Verde”, impulsada desde el Senado por los presidentes de las comisiones de Minería y Energía, Rafael Prohens; y de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación, Guido Girardi. El objetivo declarado de este proyecto de ley -según señala el borrador al que tuvo acceso País Circular, y que se está terminando de afinar esta semana- es el de “fomentar las tecnologías de hidrógeno verde, transitar hacia una matriz energética basada en hidrógeno verde, y promover el liderazgo del país como potencia energética limpia a nivel mundial”.
Al respecto, Girardi afirma que esto “no es solo una oportunidad de crecimiento económico, de modernización y agregación de valor, sino que Chile puede ayudar a resolver uno de los problemas más dramáticos y una de las mayores amenazas que vive la humanidad que es el calentamiento global, permitiendo dejar atrás la era carbónica para pasar a una civilización energética de energías renovables y limpias que tienen como vector el hidrógeno. Chile debería tener las condiciones para desarrollar tecnología logística, para permitir que Latinoamérica se pueda interconectar por redes y mediante transporte de hidrógeno verde con Asia, Europa y África”
Este desafío, agrega el parlamentario, requiere de un esfuerzo gigantesco. “Primero para habilitar el chasis de ciencia, académico y de conocimiento para poder avanzar aceleradamente haciendo alianzas, las que deben ser globales y con todos los centros científicos posibles. Y luego, facilitar las condiciones para que esto se pueda ir generando. Necesitamos, obviamente que se desarrollen todas las inversiones y que se vayan adecuando las tecnologías para los sistemas fotovoltaicos, los sistemas eólicos en el sur, y luego toda la logística e infraestructura para usar eso en Chile para la minería verde, desalinización del agua, fundiciones de hidrógeno, que Chile pueda ofrecer cobre y acero con baja huella de carbono, en transporte, etc.”, plantea.
Para 2025 se estima un costo nivelado de producción de hidrógeno verde -sin considerar costos de compresión, transporte y distribución- de US$2 por tonelada en el norte y de US$1,7/ton en el sur (Magallanes, con energía eólica), precio que a 2030 llegaría a US$1,4/ton y US$1,3/ton respectivamente, mientras que el país competidor más cercano, Australia, llegaría a un precio de US$1,7/ton seguido de Medio Oriente, con US$1,8/ton.
Para ello, en primer lugar, se propone que la ley marco establezca metas claras en esta materia. Entre ellas, que al año 2025 se publique un instrumento de ordenamiento a nivel territorial que defina las áreas prioritarias para el emplazamiento de proyectos de desarrollo de hidrógeno verde en el país.
A ello se suma que al año 2030 se deberán haber desarrollado las capacidades de producción de hidrógeno verde en al menos tres áreas prioritarias, con una producción no inferior a 200 kilo toneladas por año. También se porpondrá una meta, cuya cifra se debiera definir en estos días previo a la presentación formal del proyecto, que indicará que al 2050 el hidrógeno verde debe representar un porcentaje relevante de la matriz energética nacional.
Y en cuanto al transporte, para esa misma fecha la electromovilidad debe estar presente en la totalidad del transporte público del país, y en un 60% del parque automotor privado. Una meta que eleva la propuesta establecida en la Estrategia Nacional de Electromovilidad, que fijaba para 2050 la totalidad del transporte público eléctrico, y un 40% de los vehiculos particulares. A esta estrategia su suma el “Acuerdo Público Privado por la Electromovilidad”, que actualmente está siendo actualizado por el gobierno.
En esta materia, el Proyecto de Ley Marco de Hidrógeno Verde propone además la creación de un Plan Nacional de Electromovilidad establecido por el Ministerio de Transportes en el plazo de un año desde la vigencia de la ley, que defina las acciones y medidas para el recambio del parque automotriz nacional. Entre ellas, un cronograma para promover la adquisición de tecnologías limpias en el transporte público, transporte industrial, maquinaria industrial y vehículos acuáticos, entre otros; y un porcentaje mínimo de vehículos eléctricos con celda de combustible de hidrógeno que deberán tener las licitaciones del servicio público en esta materia.
Implementar Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde
El proyecto de ley propuesto por el Senado también establece que, un año después de la publicación de la ley -de ser aprobada-, el Ministerio de Energía deberá elaborar una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde que defina los lineamientos generales de largo y mediano plazo “que seguirá el país de manera transversa e integrada”, considerando el horizonte 2050 para su cumplimiento.
Entre otras cosas, señala la propuesta legislativa, esta estrategia deberá contener elementos como objetivos, metas e indicadores para al ejecución de acciones; un mecanismo de ordenamiento territorial; presupuesto para el fomento al desarrollo local del hidrógeno verde; presupuesto para el fomento a la innovación, formación de capacidades e investigación en esta materia; regulaciones para la exportación de este combustible, así como para los elementos de seguridad para la producción, transmisión, distribución y comercialización de este, entre otros.
El Ministerio de Energía ya elaboró una propuesta preliminar de estrategia nacional en esta materia, la que fue presentada en noviembre pasado y sometida a consulta pública para recibir observaciones y sugerencias, y que recoge varios de los puntos planteados en el proyecto de ley. Esta propuesta tiene tres objetivos principales: producir el hidrógeno verde más barato del planeta para 2030, estar entre los tres principales exportadores para 2040 y contar con 5 GW de capacidad de electrólisis en desarrollo al 2025. Con ello se pretende generar 100 mil empleos y US$200 mil millones en inversión en 20 años.
En cuanto a la implementación de esta estrategia, el proyecto de ley marco propone como principales medios para ello el desarrollo y la transferencia tecnológica, y la creación y fortalecimiento de capacidades. En el primer caso, a través de acciones como el promover la instalación y fortalecimiento de centros de investigación, desarrollo e innovación que acompañen el proceso de transferencia tecnológica en esta materia.
Como respaldo del proyecto de ley marco en preparación, los parlamentarios presentaron la semana pasada el documento “H2V Iniciativa Hidrógeno Verde”, que reúne los debates y acuerdos alcanzados tras cuatro intensos meses de trabajo en el Senado. En julio de 2020, ambas comisiones convocaron a un grupo transversal de expertos y expertas a una mesa técnica ampliada para impulsar el desarrollo de la tecnología y de una economía de hidrógeno verde en Chile.
En cuanto a las capacidades necesarias para esta nueva industria, el objetivo es “establecer mecanismos para la creación y fortalecimiento de las capacidades de los individuos, organizaciones e instituciones, tanto públicas como privadas, que permita generar capital humano y transversal a nivel técnico, profesional y avanzado en hidrógeno verde”, señala el proyecto de ley preliminar.
Incentivos tributarios
Junto con estas medidas, el Proyecto de Ley Marco de Hidrógeno Verde busca establecer instrumentos de fomento para el desarrollo de esta industria, a partir de incentivos tributarios. Entre ellos, que “las empresas de transporte de carga que sean propietarias -o arrendatarias con opción de compra- de camiones electro móviles de un peso bruto igual o superior a 3,86 toneladas, podrán recuperar un 35% de las sumas pagadas por dichos vehículos, por concepto del impuesto a combustibles”.
“Para estos efectos -agrega el documento preliminar- las empresas de transporte de carga tendrán derecho a deducir de su débito fiscal (…) el procentaje indicado del impuesto que afecte las adquisiciones de hidrógeno verde o de carga de la batería eléctrica que realicen en el mismo período tributario en que se determine el débito fiscal respectivo”. Además, agrega, “las empresas que realicen transporte de carga desde Chile al exterior y viceversa, también podrán acceder al beneficio establecido en el presente artículo”.
Según Girardi, hay dos tipos de instrumentos que se están evaluando en esta materia, que apuntan a “cortar todos los subsidios que reciben los combustibles fósiles, todos”. “Hay un primer subsidio -agrega- que tiene que ver con que los impuestos verdes, que paga US$5 por tonelada de carbono emitido, que es mucho menos que el daño que producen y que está estimando entre US$50 y US$75 por tonelada de CO2. Si quisieras hacer que el hidrógeno compita en igualdad de condiciones, tendrías que aplicarle a la emisión de carbono -por lo tanto, a los combustibles fósiles- un impuesto de US$50 por tonelada”.
El segundo, agrega, “es el petróleo para el transporte de carga y aéreo, que tiene subsidios y eso evidentemente hay que eliminarlo. Hay un instrumento tributario que es al revés: premiar tributariamente a la transformación tecnológica hacia el uso de energías renovables, electromovilidad o uso de hidrógeno. Por ejemplo, que todos los sistemas que usen hidrógeno van a estar exentos de impuestos por un período”.