Medio Ambiente convoca a 25 actores clave para desarrollar la hoja de ruta que impulsará la adopción de la economía circular en Chile
Entre ellos figuran actores gremiales, organismos públicos, universidades, centros de innovación, los consumidores, los recicladores de base y dos expertos en el tema: Gonzalo Muñoz y Petar Ostojic. El desarrollo de la hoja de ruta lo llevará la Fundación Empresarial Eurochile y las decisiones pasarán por un consejo ejecutivo asesorado por países europeos, la OCDE, el BID, el Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen MacArthur. Ya hay algunos temas definidos para abrir la discusión de la mesa: modificar el bajo costo de disponer residuos en rellenos sanitarios y definir el rol que tendrá el waste to energy en el país. También, que a 2040 solo un 10% de los residuos llegue a relleno sanitario. “Nos parece que hay que llegar a la mesa con ambición, y ese es el nivel de ambición que estamos planteando”, dice Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente.
Periodista
En los últimos días, desde el Ministerio del Medio Ambiente se están despachando las invitaciones para integrarse a lo que se ha denominado el Comité Estratégico para la elaboración de una hoja de ruta que fije los lineamientos para implementar la economía circular en Chile en las próximas dos décadas. Serán 25 los integrantes que conformarán dicha instancia, que entre sus funciones tendrá la misión de construir una visión conjunta y consensuada entre todos los actores para definir los principales lineamientos de la implementación de esta megatendencia en el país.
El trabajo para elaborar una Hoja de Ruta sobre Economía Circular en Chile fue lanzado oficialmente en diciembre de 2018 por el ministerio en el marco del Foro Latinoamericano de Economía Circular realizado en la Estación Mapocho, con el objetivo de promover, con metas concretas y tangibles, una mayor productividad y sustentabilidad de la economía en un escenario de cambio climático, en pos de un desarrollo más sostenible.
Tras la realización de una serie de estudios, entre ellos un mapeo de los principales actores, oportunidades y brechas de la economía circular en Chile, hoy ese trabajo comienza a tomar forma con la adjudicación a Fundación Empresarial Eurochile de la elaboración de esta hoja de ruta, tarea que debiera estar lista en octubre y que incluirá distintas etapas para ayudar, junto con otras políticas como la Ley REP, a “direccionar a Chile hacia la economía circular”.
“Nosotros hemos visto en todos lados un tremendo interés en el tema, un creciente número de iniciativas, pero cuando uno mira el panorama completo ve que recién estamos partiendo”, dice Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente. La hoja de ruta, agrega, ayudará a impulsar una transformación “súper desafiante para el país en la forma en que hemos ido haciendo las cosas”.
“Toda la regulación -agrega González- siempre fue diseñada en una lógica lineal, y por lo tanto si queremos hacer esta transformación eso implica cambios en la regulación, pero también en materia de cómo hacemos nuestros procesos productivos, y cómo consumimos los distintos productos. Es una transformación bien profunda y vemos que ya está parttiendo, y la respuesta a esa necesidad es el trabajo que estamos haciendo con la hoja de ruta”.
Construcción consensuada, con asesoría internacional “de lujo”
¿Cómo se construirá este proceso? El trabajo será coordinado desde dos instancias principales. La primera es un comité ejecutivo compuesto por el Ministerio del Medio Ambiente, Corfo, la Agencia de Sustentabilidad de Cambio Climático y el equipo de consultores que apoyan el proceso, el que dirigirá el trabajo desde lo ejecutivo.
Este grupo estará asesorado además por un comité asesor internacional de primer nivel, que está compuesto por la Unión Europea y algunos de sus países miembros (Francia, Finlandia y Holanda), quienes son los principales impulsores de la economía circular a nivel global; la OCDE, el BID, el Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen MacArthur, que lidera la promoción de la adopción de los principios de la economía circular en el mundo.
“Tenemos un comité de lujo, que la idea es que nos aporte con la experiencia en el desarrollo de las hojas de ruta, que nos aporte con contenidos técnicos. Aquí nos vamos a meter en temas bien complejos, y ellos han comprometido ese apoyo y ya estamos trabajando en líneas más específicas”, afirma Guillermo González.
Los 25 miembros del Comité Estratégico para elaborar la Hoja de Ruta son: U. de Chile, U. Católica de Valparaíso, Fundación Chile, Fundación Avina, Fundación Basura, Innova Chile, ODECU, Movimiento de Recicladores de Base, Sofofa, CChC, Consejo Minero, Acción Empresas, Cámara de Comercio de Santiago, Gonzalo Muñoz y Petar Ostojic. Además, los ministerios del Medio Ambiente, Energía, Ciencias, Hacienda, Salud, Economía y Agricultura (a través de Odepa); Corfo, Subdere y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático.
A ello le sigue lo que se denominó un Comité Estratégico, un consejo público-privado designado por el gobierno que estará compuesto por representantes del sector público, privado, la academia y la sociedad civil. Será el máximo órgano de orientación estratégica y gestión técnica de la iniciativa, liderando el desarrollo y cumplimiento de los objetivos planteados. Estará constituido en marzo para comenzar a sesionar en abril.
Este comité estará compuesto por la Universidad de Chile, la Universidad Católica de Valparaíso, Fundación Chile, Fundación Avina, Fundación Basura, Innova Chile, la Organización de Consumidores y Usuarios (ODECU) y el Movimiento de Recicladores de Bases representando al mundo académico, la sociedad civil y la innovación.
Por el sector público están los ministerios del Medio Ambiente, Energía, Ciencias, Hacienda, Salud, Economía y Agricultura (a través de Odepa); a los que se suman Corfo, la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático.
Finalmente, en lo que respecta al mundo empresarial y privado, fueron convocados la Sofofa, la Cámara Chilena de la Construcción, el Consejo Minero, Acción Empresas, la Cámara de Comercio de Santiago y dos de los principales expertos en la materia: Gonzalo Muñoz (CEO de TriCiclos y Champion de la COP25), y Petar Ostojic (CEO de Neptuno Pumps).
“Lo que esperamos con este comité es obviamente recibir la mayor cantidad de insumos de parte de cada uno de estos actores, pero lo que más nos interesa es que alcancemos consensos respecto de a dónde tenemos que ir en este tema. Estamos en pañales, esta es una transformación profunda que no la vamos a hacer en dos años, en cuatro años; la vamos a hacer en dos décadas. Así como en la Ley REP ha habido consenso transversal en los últimos diez años de que este es el camino en el que tenemos que avanzar, y eso es lo que ha permitido que ya estemos a punto de materializar los primeros sistemas de gestión, creemos clave ir construyendo consenso también en otros ámbitos para poder asegurar una transformación que sea perdurable en el tiempo”, dice Guillermo González respecto del trabajo de este grupo.
Si bien se optó por convocar a gremios empresariales más que a empresas particulares a este comité estratégico, se crearán una serie de instancias paralelas y mesas temáticas donde sí estarán convocadas -así como otros múltiples actores- para trabajar en aspectos específicos y recoger su visión, conocimiento y experiencia en estas materias para la construcción de la hoja de ruta.
A esto se sumarán procesos de participación ciudadana a través de encuestas y consultas públicas, así como la realización de dos a tres talleres de participación ciudadana que tendrán como objetivos informar a los consumidores lo que es la economía circular, definir cuál es el perfil actual del consumidor (criterios de compra y hábitos de consumo), determinar cuáles son las brechas actuales para lograr un consumo sustentable y finalmente, y en base a la informacion levantada, generar propuestas para lograr el cambio de paradigma hacia un consumidor circular.
Modelo francés como inspiración
Si bien ya existen experiencias de este tipo en países como Finlandia, Francia, Holanda, Escocia y Eslovenia, elaborar una hoja de ruta es un proceso propio de cada país y se construye con actores locales, por lo que este consejo tendrá un rol preponderante. La idea es que se representen los intereses de toda la sociedad para elaborar una estrategia con una visión compartida de largo plazo, con sus respectivas líneas de acción, proyectos concretos, metas e indicadores definidos.
El Ministerio del Medio Ambiente optó por abordar la elaboración de la hoja de ruta con un enfoque transversal y no sectorial, en base a tres áreas de acción ya definidas: producción sustentable, consumo sustentable y gestión de residuos. La idea es establecer metas y acciones claras, con horizontes de evaluación a 2030 y 2040.
En ese sentido, cada país es el que va definiendo su enfoque en esta materia. Por ejemplo, la hoja de ruta de Finlandia (2016) tiene un énfasis en determinados sectores productivos clave, mientras que la de Francia (2018) está enfocada en áreas más transversales: producir mejor, consumir mejor, gestionar mejor los residuos y movilizar a todos los agentes.
En base a esos cuatro enfoques, Francia fijó en su roadmap 50 medidas para alcanzar algunos objetivos concretos, como reducir en un 30% el consumo de recursos en relación con el PIB para 2030, en comparación con 2010; reducir en un 50% la cantidad de residuos no peligrosos vertidos para 2025, en comparación con 2010; tender hacia plásticos 100% reciclados en 2025; diminuir la emisión de 8 millones de CO2 extra al año a través del reciclaje del plástico; y crear hasta 300 mil trabajos adicionales.
Este último camino, de un enfoque transversal, es el que eligió el Ministerio del Medio Ambiente para la construcción de la hoja de ruta de la economía circular, en tres áreas: producción sustentable, consumo sustentable y gestión de residuos. La idea es plantear en la hoja de ruta metas claras, con horizontes de evaluación a 2030 y 2040.
La decisión de no optar por un foco en los sectores productivos, explica el jefe de la Oficina de Economía Circular del ministerio, es que en los últimos años se han registrado ya una serie de avances en distintos sectores. A nivel de productos de consumo masivo, por ejemplo, ya hay un trabajo importante a partir de la Ley REP y del Pacto Chileno por los Plásticos; en el sector construcción se está avanzando en la incorporación de la economía circular en sus residuos, y lo propio ha ocurrido en la agricultura, por citar algunos ejemplos.
“Lo que hemos ido viendo en este tiempo -explica Guillermo González- es que hay ciertos elementos que se empiezan a repetir, y que ninguna de estas iniciativas sectoriales por sí solas tienen la potencia para resolverlos. Por eso hemos decidido más bien abordar elementos transversales en estos tres ejes: producción sustentable, consumo sustentable y gestión de residuos”.
“Ahora -agrega- vamos a tomar esos temas amplios y sentarnos a la mesa, y por eso hemos convocado a los actores claves que han participado en cada una de estas iniciativas sectoriales, justamente para ver e identificar entre todos cuáles son las piedras de tope, donde están las principales palancas que necesitamos mover para generar efectivamente esta transformación que nos va a tomar tiempo, y por donde partimos para poder acelerarlo lo más posible”.
Los temas que estarán sobre la mesa
Aunque por ahora solo están definidas las tres áreas estratégicas sobre las que se construirá la hoja de ruta sobre economía circular en Chile, ya hay algunos temas que el Ministerio del Medio Ambiente quiere poner en la discusión, ya que se trata de materias transversales a varios sectores.
El primero de ellos es el bajo costo de la disposición final de residuos, es decir, de botar basura en un relleno sanitario, una materia que ya se había planteado abordar en instancias como la discusión de la Ley REP y de la estrategia nacional de residuos orgánicos, pero que ahora se instalará en la discusión de la hoja de ruta aprovechando la multiplicidad de actores allí reunidos.
“Hoy llevar los residuos a un relleno sanitario es muy barato y fácil, cuesta menos de $10 mil por tonelada en promedio a nivel nacional. Cuando ese es mi precio sombra, se me hace muy difícil viabilizar proyectos de valorización y reciclaje para los plásticos, para los orgánicos, para los residuos de la construcción. Ese es un tema transversal en materia de gestión de residuos que tenemos que abordar”, adelanta Guillermo González.
Para esto hay dos grandes alternativas de solución. Una es incrementar el precio de disposición final, y la otra es restringir el acceso de cierto tipo de residuos a rellenos sanitarios. Muchos países hicieron esto hace años, y algunos prohíben los residuos orgánicos, y otros los reciclables. “No estamos casados con ningún mecanismo porque queremos hacer ese trabajo con el Comité Estratégico, con el apoyo técnico de la OCDE y el BID, para ver las distintas opciones y llegar a un consenso, pero creemos que es fundamental abordarlo”, agrega.
“Creemos que este es el espacio para poder discutir y ojalá lograr consenso respecto de los temas que generan la mayor cantidad de oportunidades, pero también los que generan más ruido. Tenemos que ponerlos acá, discutirlos y llegar a consensos, eso es lo que esperamos hacer en este proceso. En este tiempo que está tan polarizado, confiamos en que este es un tema que sí congrega voluntades”
Otro propuesta que se pondrá en la mesa es que en la hoja de ruta se fije un objetivo ambicioso: que al año 2040 solo un 10% de los residuos llegue a relleno sanitario. Esta es una ambición que ya se impuso la Unión Europea, y esto implica que deberán hacerlo países como Alemania, pero también Rumania, que tiene un PIB similar al de Chile.
“Eso implicaría hacer un cambio enorme en muchos ámbitos, y el 10% a relleno sanitario no es un número cerrado sino con el que queremos abrir la discusión, pero nos parece que hay que llegar a la mesa con ambición, y ese es el nivel de ambición que estamos planteando”, afirma González.
También se incorporarán a la discusión nuevos instrumentos que han ido apareciendo en la actualización del Plan de Acción para la Economía Circular de la Comisión Europea, como el “derecho a reparar” de los consumidores, o iniciativas como la limitación de la obsolescencia programada. “Ese es el tipo de mentalidad a nivel regulatorio para hacer la transformación en el consumo y la producción, y es el tipo de soluciones que vamos a poner sobre la mesa”, dice Guillermo González.
Y esto incluye también abrir a discusión iniciativas que van a generar un mayor debate, como el waste to energy, o la quema de residuos para la generación de calor y energía. “Lo vamos a tratar en esta discusión”, adelanta González, “como ministerio estamos mirándolo con la mayor objetividad posible, sabiendo que no es la solución a todos los problemas ni tampoco es el mal en este ámbito”.
El hecho es que a juicio del ministerio el waste to energy sí podría tener espacio en la solución de algunos problemas respecto de la disposición de residuos, más aún pensando en una meta de solo un 10% a relleno sanitario. Un ámbito donde ya existe trabajo y desarrollo, por ejemplo, es el uso de digestores anaeróbicos que pueden producir biogás a partir de residuos orgánicos.
El tema es distinto cuando se plantea quemar otros tipos de basura, como plásticos, donde genera fuerte polémica. La idea es incorporarlo a la discusión precisamente para ver -dicen en el ministerio- cuál es el espacio que como sociedad le daremos a este tipo de soluciones.
“Hay residuos que hoy no tienen salida, pero también hay gente que plantea que si empezamos a quemar nunca van a tener salida. Por eso, en algunos ámbitos esto puede tener salida y en otros no, pero no necesariamente es todo o nada. Lo que queremos justamente es ‘desgranar el choclo’ y establecer si como país vamos a tener este tipo de tecnologías para algunas cosas, y limitarlo para otras, pero que entre todos podamos llegar a un consenso al respecto”, explica el jefe de la Oficina de Economía Circular.
“Creemos que este es el espacio para poder discutir -agrega- y ojalá lograr consenso respecto de los temas que generan la mayor cantidad de oportunidades, pero también los que generan más ruido. Tenemos que ponerlos acá, discutirlos y llegar a consensos, eso es lo que esperamos hacer en este proceso. En este tiempo que está tan polarizado, confiamos en que este es un tema que sí congrega voluntades”.
Experiencia europea para elaborar la hoja de ruta
A la licitación del Ministerio del Medio Ambiente para la elaboración de la hoja de ruta de economía circular en Chile se presentaron 19 instituciones, y fue adjudicada a Fundación Empresarial Eurochile -entre otras razones- porque “presenta un equipo de trabajo con la máxima formación académica requerida para este estudio”. Entre su equipo de trabajo, por ejemplo, se encuentra Ladeja Godina Kosir, fundadora y directora ejecutiva de Circular Change.
Con amplia experiencia en economía circular, Godina es una de las personas claves detrás de la estrategia nacional de economía circular de Eslovenia, y quien dirigió el equipo de proyecto y es coautora de la hoja de ruta para la economía circular de ese país. Desde 2018 es presidenta del grupo de coordinación de la European Circular Economy Stakeholder Platform (ECESP), y ese mismo año fue finalista de The Circular Leadership Award 2018 entregado en el World Economic Forum de Davos.
En esa línea, Eurochile plantea en su propuesta aprovechar la experiencia ya avanzada en Europa, no solo a través de reuniones de Ladeja Godina con el consejo público-privado y el traspaso de su experiencia, sino que propone además organizar una visita de algunos miembros del consejo a ese continente para reunirse con stakholders que ya realizaron este proceso, como Francia, Finlandia y Eslovenia, y también con el Grupo de Coordinación de la Plataforma Europea de Stakeholders de la Economía Circular.