En marzo pasado, la Comisión de Medio Ambiente del Senado aprobó el proyecto de ley que prohíbe los productos de un solo uso, y que establece además otras regulaciones para algunos plásticos desechables. En lo esencial, el proyecto establece la obligación de incorporar un 25% de material reciclado en las botellas plásticas en 2025, y un 50% para el año 2030, una exigencia mayor incluso a la fijada por la Unión Europea el año pasado. De hecho, apunta a llegar a un 70% en 2050.
Además, obliga al gran comercio a tener entre sus productos envases retornables, lo que regirá incluso al comercio electrónico como Cornershop y aplicaciones de delivery. Prohíbe la entrega de todo tipo de envases de un solo uso que no sean reciclables en los establecimientos que vendan alimentos, y establece además la figura de “acción popular” en su fiscalización. Es decir, cualquier ciudadano podrá denunciar una infracción a la ley para ayudar a exigir su cumplimiento.
Ahora el proyecto de ley deberá ser tramitado por la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, y para analizar sus alcances -y posibles modificaciones- País Circular invitó al diputado Sebastián Torrealba (integrante de dicha comisión); a Magdalena Balcells, gerenta general de la Asociación de Industriales del Plástico (Asipla); y a Alejandro Chacón, experto en ecodiseño y fundador de Ecodiseño.cl, a participar de un webinar y debatir respecto de esta regulación.
Entre las primeras cosas que se destacaron, es que se trata de un proyecto de ley que ha avanzado rápido. Mientras las mociones parlamentarias tardan cerca de tres años en tramitarse, en este caso se aprobó en el Senado antes de un año después de ser presentado a través de una propuesta de un grupo de parlamentarios junto a las ong’s Oceana y Plastics Ocean.
“Los políticos en su gran mayoría actúan por incentivo, y cuándo hay una presión ciudadana respecto de ciertos temas las cosas salen mucho más rápido. El tema medioambiental está teniendo una presión ciudadana potente, y cuando no se mezcla con ideologías los proyectos salen muy rápido; y cuando ocurre lo contrario se traban, como ha ocurrido en la reforma al SEIA. Me imagino que en este proyecto va a haber un espacio grande para consensos también en la Cámara, y se ve un interés genuino del Ministerio del Medio Ambiente para que estoy sea rápido una ley”, reconoce el diputado Torrealba.
En su rápido avance han confluido principalmente dos aspectos: el consenso transversal respecto del problema del plástico, y los acuerdos alcanzados en la comisión entre todos los actores (parlamentarios, gobierno, industria, expertos) en base a antecedentes técnicos. Un aspecto que ayudó además a que no entrara en colisión con los aspectos que están ya regulados en la Ley REP.
“El proyecto de ley estuvo bastante tiempo en la Comisión de Medio Ambiente del Senado porque se trabajó mucho técnicamente sobre su redacción, de manera que por un lado no compita con la REP sino que sea un complemento, al abordar lo que en la industria llamamos plásticos de servicio de un solo uso, que son distintos al envase de un producto de un solo uso, que ya están abordados por la Ley REP”, explicó Magdalena Balcells.
“En este proyecto -agrega- participamos activamente en que tuviera un foco claro en esos plásticos para fomentar la reutilización, las materialidades más amigables con el medio ambiente, lo compostable, y varias alternativas donde la innovación es clave. En el caso de las botellas, lo que hace el proyecto es acelerar la implementación de la Ley REP”.
Con el proyecto ya bien avanzado, a juicio de Torrealba en la Cámara sí podrían incluirse algunas indicaciones. Una de ellas podría ser en los plazos de la obligación de incorporar material reciclado en las botellas desechables.