Primero fue la ley que prohíbe la entrega de bolsas plásticas en el comercio, las metas de reciclaje establecidas en la Ley REP y los ambiciosos desafíos adoptados por un grupo de empresas e industrias en el marco del Pacto Chileno por los Plásticos. Ahora se suma un nuevo paso en la regulación de los plásticos en el país, luego que ayer la Comisión de Medio Ambiente del Senado aprobara en una primera instancia el proyecto de ley que prohíbe la entrega de productos de un solo uso en locales de venta de alimentos -ya sean plásticos o de otros materiales no reutilizables-, y que al mismo tiempo regula las botellas plásticas.
En concreto, de prosperar el avance legislativo del proyecto en la Cámara de Diputados, los locales de venta de alimentos no podrán entregar vasos, tazas, cubiertos, palillos, bombillas ni envases -entre otros- de un solo uso para el consumo dentro de este, y de incumplir esta norma se arriesgan a multas que pueden llegar hasta las 5 UTM (poco más de $250.000). Lo mismo regirá para el expendio de alimentos en dependencias públicas. En el caso de la venta de alimentos para llevar, solo se podrán entregar en envases desechables si el cliente así lo pide expresamente, pero estos deberán ser de plásticos compuestos en su mayoría de origen renovable y diseñados para ser compostables en los domicilios.
“Valoramos la aprobación por parte de la Comisión de Medio Ambiente del Senado del proyecto de ley que regula productos desechables y los plásticos de un solo uso. Este es un paso más en la transformación hacia una economía circular; un proyecto que complementará y potenciará las exigencias propias de la Ley REP, porque se eliminan productos que difícilmente se lograrían reciclar. Además, introduce una exigencia de uso de material reciclado, generando mayor demanda por reciclar los productos establecidos en la propia ley REP”, dijo la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
El proyecto de ley fue presentado en mayo pasado al Congreso a partir de una iniciativa liderada por las ongs Oceana y Plastic Ocean, enfocado principalmente en limitar la generación de residuos plásticos y evitar su impacto en los océanos y el medio ambiente, considerando que en la actualidad solo un 14% de los envases de este material se reciclan a nivel global.
Sin embargo, a poco andar su tramitación la iniciativa comenzó a recibir una serie de cuestionamientos técnicos de expertos, la industria y el gobierno, principalmente por su intención de incluir las botellas de plástico PET dentro de los artículos a prohibir, y por la incorporación de una figura inexistente en el mundo del reciclaje y la economía circular, la de “plástico desechable certificado”.
En el primer caso, se estimaba que la prohibición del PET entraba en colisión con la Ley REP y su intención de impulsar una industria del reciclaje en Chile, ya que se trata del plástico más reciclado del país y que genera una importante tracción a la industria de valorización de residuos. Y en el caso del “plástico desechable certificado”, porque incluía una categoría que no encajaba en ninguna normativa a nivel internacional. Finalmente, ambas situaciones fueron solucionadas -las botellas se eliminaron- y mejoradas, para finalmente llegar a la aprobación de un proyecto de ley que generó amplio consenso.