La pandemia pone freno a prohibiciones al plástico de un solo uso en EE.UU., y en Chile gobierno se abre a fijar excepción temporal
Ante el temor por el impacto del Covid-19 en Estados Unidos, diversos estados y ciudades han comenzado a revertir o retrasar la entrada en vigencia de prohibiciones a bolsas plásticos y utensilios de plástico desechable, mientras cadenas como Starbucks eliminó temporalmente los vasos retornables. En Chile, si bien la ley que prohíbe la entrega de bolsas plásticas de un solo uso ya está vigente y no sufrirá cambios, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, afirmó que se está conversando con parlamentarios para incluir en el proyecto de ley que regula los plásticos de un solo uso una cláusula de excepción temporal, que regirá en períodos de cuarentena sanitaria o estado de excepción constitucional por calamidad pública que signifique grave riesgo para la salud.
Periodista
La pandemia por el coronavirus no solo está afectando a la economía a nivel global, sino que también ha comenzado a impactar en avances ambientales que tardaron años en lograrse, principalmente en Estados Unidos, donde el temor al virus ha llevado a revertir prohibiciones que se estaban implementando en contra de los plásticos de un solo uso. En las últimas semanas, estados como Massachusetts e Illinois han prohibido o desaconsejado el uso de bolsas reutilizables, Oregón y Nueva York suspendieron la prohibición de entrega de bolsas de plástico, y lo mismo ha ocurrido en diversas ciudades y estados de ese país ante el avance de la crisis sanitaria y el temor al contagio por parte de trabajadores y consumidores.
Este fenómeno también se está replicando en algunas empresas, según reportan los medios de ese país, luego que cadenas como Starbucks y Dunkin Donuts prohibieron temporalmente el uso de vasos y tazas reutilizables en sus tiendas. En Europa la situación es similar: en Reino Unido, el gobierno decidió retirar temporalmente en cargo a los envases de plástico para las entregas online, con el objetivo de ayudar a acelerar el reparto de alimentos, y numerosos comerciantes minoristas en países europeos están rechazando las bolsas reutilizables.
En paralelo, la fabricación de plásticos de un solo uso ha sido considerada con frecuencia como “actividades esenciales” en varios estados de los Estados Unidos -las reglas al respecto varían entre uno u otro-, principalmente por su rol en la fabricación de suministros hospitalarios y para envases y envoltorios de alimentos.
Según un informe publicado por BloombergNEF -citado por dicha publicación-, al menos en el corto plazo las preocupaciones de los opositores a los plásticos de un solo uso frente al retroceso de las regulaciones podrían ser válidas. “Las preocupaciones sobre la higiene de los alimentos debido al Covod-19 podrían aumentar la intensidad de los envases de plástico, deshaciendo algunos de los primeros avances realizados por las empresas”, dice el informe.
Sin embargo, el análisis de BloombergNEF agrega que aún es demasiado pronto para saber con certeza si el Covid-19 está afectando la demanda de plástico en general, pero sí predijo que cualquier aumento probablemente sería temporal. “A largo plazo, no esperamos que este aumento de la demanda tenga un impacto significativo en la demanda de plástico o en los objetivos de la economía circular”, señala el documento.
No obstante, este escenario ha comenzado a mover a los actores. Por un lado, la Asociación de la Industria del Plástico de Estados Unidos envió una carta a Alex Azar, jefe del Departamento de Salud de ese país, pidiéndole que se pronunciara contra las prohibiciones de las bolsas de plástico que ponen en riesgo a consumidores y trabajadores, y la Alianza Estadounidense de Bolsas de Plástico Reciclable incrementó su oposición a las prohibiciones bajo la campaña “Bag the Ban” (“Embolsa la prohibición”).
“Estamos conversado con los parlamentarios para añadir una cláusula de excepción temporal (en el proyecto de ley que regula plásticos de un solo uso) que permita establecer excepciones especificas en periodos de cuarentena sanitaria o un estado de excepción constitucional por calamidad pública, que signifique grave riesgo para la salud o vida de los habitantes”
A fines de febrero, a través de un comunicado, el director de la Asociación de la Industria del Plástico de ese país, Tony Radoszewski, pidió que la industria sea declarada una actividad esencial y afirmó que “a medida que el virus COVID-19 se propague por todo el país, los plásticos de un solo uso serán cada vez más vitales. Vivimos más, más saludables y mejor gracias a los plásticos de un solo uso. Nuestros miembros están completamente preparados para satisfacer esa demanda y ayudar a proteger nuestras comunidades. Estos trabajadores son esenciales para esa lucha”.
Por el otro lado, los grupos ambientalistas también han alzado la voz. En una declaración emitida por Greenpeace en Estados Unidos a fines de marzo, bajo el encabezado “Cómo la industria del plástico explotó la ansiedad sobre COVID-19 para atacar las bolsas reutilizables” -firmado por la especialista en investigación de plásticos de la organización, Ivy Schlegel-, afirman que “la industria del plástico ha estado librando una guerra de relaciones públicas en un intento de interferir con la legislación que prohíbe o regula el uso de plástico de un solo uso, especialmente alrededor de las bolsas de plástico (..) La industria de los plásticos ha explotado la emergencia COVID-19 para crear temor sobre las bolsas reutilizables y afirmar que el plástico de un solo uso es necesario para mantener a las personas seguras”.
Gobierno se abre a excepciones en ley de plásticos de un solo uso
Frente a la discusión que se abre -principalmente en Estados Unidos- respecto de las prohibiciones a los plásticos de uno solo uso, ¿podría trasladarse este escenario a nuestro país? Al respecto, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, afirma que desde el Ejecutivo se trabaja en una agenda robusta para impulsar la economía circular y un desarrollo sostenible del país, incluyendo iniciativas legales para prohibir el uso indiscriminado de ciertos elementos de difícil reciclaje.
Avanzar en esta línea, afirma, “sigue siendo una de las prioridades del ministerio, porque produce múltiples beneficios: desde la reducción en la generación, traspaso y depósito de residuos; la reducción de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, hasta la generación de una nueva industria -innovadora y verde- que será esencial para que la reactivación post crisis sanitaria sea sustentable”.
No obstante, dice la ministra Carolina Schmidt, existen productos en que, por seguridad e higiene, se debe mantener el uso de materiales desechables como algunos tipos de plásticos. Y en el escenario actual de crisis sanitaria, el gobierno se está abriendo a realizar modificaciones al proyecto de ley que regulará los plásticos de un solo uso recientemente despachado por la Comisión de Medio Ambiente del Senado, aprobado de manera unánime tras un acuerdo transversal entre todos los sectores.
“Estamos conversado con los parlamentarios para añadir una cláusula de excepción temporal que permita establecer excepciones especificas en periodos de cuarentena sanitaria o un estado de excepción constitucional por calamidad pública, que signifique grave riesgo para la salud o vida de los habitantes”, afirmó la ministra Schmidt.
Si bien hoy el Congreso está dando prioridad a los proyectos de ley asociados directamente con los diversos impactos de la pandemia por Covid-19, en el ministerio señalan que el camino que se está evaluando es incorporar esta modificación una vez que el proyecto de ley de plásticos de un solo uso sea votado en sala previo a su despacho a la Cámara de Diputados para su segundo trámite legislativo.
“Cuando como industria insistimos fuertemente en no prohibir sino regular tiene que ver justamente con este tipo de cosas, porque en un escenario donde todos estos artículos están prohibidos y viene una crisis sanitaria y se dice ‘permitámoslos ahora’ -que me parece de toda lógica y toda sensatez-, de dónde los vamos a sacar. Probablemente no va a haber quien los produzca”
Aunque no se han entregado los detalles ni alcances de tal modificación, esto podría permitir, por ejemplo, que frente a un escenario sanitario en que existan altas posibilidades de contagio se permita la entrega de vasos plásticos desechables u otros utensilios, políticas que ya implementaron algunas cadenas de alimentos de Estados Unidos.
Esto no implicará detener el trabajo para dejar atrás el paradigma de la producción lineal, dicen en el Ministerio del Medio Ambiente, que incluye no solo el proyecto de ley de plásticos de un solo uso, sino también el trabajo en el Pacto Chileno de los Plásticos y el ecoetiquetado de envases reciclables, por citar algunos.
“Por supuesto, seguimos trabajando en la implementación de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que es la política pública estructurante de todos nuestros esfuerzos por hacer de Chile un país más circular”, afirma la titular del Medio Ambiente.
Industria del plástico: regular antes que prohibir
La modificación al proyecto de ley planteada por el Ministerio del Medio Ambiente fue bien recibida por la industria del plástico. “Nos parece súper bien que seamos capaces de mirar lo que ocurre en el entorno. Estos temas grandes y complejos requieren soluciones también complejas”, afirma Magdalena Balcells, gerenta general de la Asociación de Industriales del Plástico (Asipla).
“Cuando como industria insistimos fuertemente en no prohibir sino regular -agrega- tiene que ver justamente con este tipo de cosas, porque en un escenario donde todos estos artículos están prohibidos y viene una crisis sanitaria y se dice ‘permitámoslos ahora’ -que me parece de toda lógica y toda sensatez-, de dónde los vamos a sacar. Probablemente no va a haber quien los produzca, y cómo Chile está geográficamente lejos, tampoco es tan evidente que nos van a llegar esas cosas de otros lados, por muy globalizados que estemos”.
A juicio de la industria, la iniciativa del Ministerio del Medio Ambiente permite abrir un espacio a discusiones muy relevantes que hay que tener en materia de regulación de plásticos de un solo uso. El tema de fondo, dice la representante de la industria del plástico, es la forma de implementar este tipo de restricciones: “Nosotros como Asipla siempre hemos sostenido como postura que estamos por las regulaciones mucho más que las prohibiciones, porque las prohibiciones son en blanco y negro y nos dejan poco espacio de adaptación cuando nos enfrentamos a situaciones como la que estamos viviendo ahora”.
Y aunque esta crisis sanitaria es sin dudas excepcional, agrega, “va a seguir habiendo situaciones que requieran -en mucho mayor medida- ciertas materialidades y productos que en un escenario habitual, y en la lógica de conservación del medio ambiente, tratamos de reducir su uso. O más bien su abuso. Y de nuevo, eso corrobora el hecho de que tener regulaciones es mucho más efectivo que tener prohibiciones”.
Un ejemplo de ello, afirma, es el hecho de que tras la prohibición de entrega de bolsas plásticas en el comercio, se registró un fuerte incremento en la compra de bolsas de basura y de aseo. “Entonces se produce un trade off, donde la reducción de consumo de plástico por concepto de la prohibición de bolsas es bastante poco significativo al compararlo con el incremento que ha habido en las bolsas de aseo”.
Otro aspecto fundamental, dice Balcells, es que las regulaciones, como ocurre con la Ley REP, cumplen con la función de generar conciencia y educar a la ciudadanía en materia de sostenibilidad y consumo responsable, lo que no es posible con las prohibiciones porque no dejan espacio para pensar, evaluar y decidir. “Al final del día, la clave -pensamos- siempre está en cómo vamos a ser responsables en el uso de cualquier material, en el consumo y en cómo disponemos de esos residuos”.
“Para las generaciones venideras -agrega- debiera ser obvio que no es ideal celebrar un cumpleaños con artículos desechables, pero sin embargo cuando uno va a una clínica es lo que uno espera que le den por razones sanitarias. Hay que ir entendiendo los contextos, que son complejos y no solamente tienen una cara. Desde ese punto de vista nos parece una excelente iniciativa la que plantea el ministerio, y nos da un nuevo espacio de conversación. Que bueno que surja ahora que el proyecto está en discusión, porque nos permite que salga un mejor proyecto”.