“No te creo que exista esta maravilla. Yo he recorrido todas las ferias del mundo y no he visto ninguna máquina que no genere ruido ni vectores”, le dijo el director de aseo y ornato de la Municipalidad de Las Condes a Marcela Rodríguez. El funcionario no daba crédito a lo que le contaba la emprendedora acerca de una tecnología que convertía residuos orgánicos de todo tipo en abono de alta calidad.
Rodríguez le hablaba del Bioprocesador Express, una máquina de diseño y fabricación brasileña -Dar Vida- que esta ingeniera civil informática instauró a Chile con la razón social Vida Ambiental SPA, aunque su página web es www.yocuidoelplaneta.com (@yocuidoelplaneta_chile en Instagram). Ella misma, en tanto socia de Dar Vida, había llegado a las pruebas finales en la etapa de construcción del aparato, cuyo inventor es el brasileño Washington de Souza.
Cuando Rodríguez hubo de comprobar las virtudes de la máquina, el director de aseo y ornato de Las Condes se convenció de que era una buena idea. Era diciembre de 2019 y el proyecto consistía en hacer talleres de educación ambiental para niños y niñas de las escuelas dependientes de la corporación municipal a partir del aprendizaje en el uso del Bioprocesador Express.
A esa altura, Las Condes ya conocía las ventajas únicas de esta máquina procesadora de residuos orgánicos: que se podían introducir incluso huesos y cítricos, previa trituración a cargo de otra máquina anexa. La otra ventaja es el breve tiempo en que el artefacto logra cumplir su objetivo: es capaz de convertir una tonelada de residuos orgánicos en abono en el transcurso de una hora. Además, el uso de la máquina no requiere grandes capacitaciones y puede ser operada por niños, niñas y cualquier tipo de persona.
“El primer objetivo del desarrollo de esta máquina no fue el cuidado del medioambiente, sino era ver qué hacer con la cantidad de personas que quedarán sin trabajo en la era digital. Se trata de personas que por distintas razones no tienen un nivel alto de escolaridad, entonces yo pensaba qué trabajo digno le doy. La máquina es muy fácil de usar y le podría dar empleo a estas personas de más bajos recursos”, explica Marcela Rodríguez.