Local Compost ayuda a los municipios a transitar a una gestión sostenible de los residuos orgánicos
Junto a las empresas Armony Sustentable y Chicureo Sustentable, Local Compost mantiene programas en cinco comunas -Providencia, Renca, Ñuñoa, Zapallar y Vitacura- para ayudarlas en la recolección y valorización de los residuos orgánicos, en coherencia con la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos (ENRO). La estrategia tiene tres pilares: educación, logística y revalorización.
Apenas había sido fundada en 2021, la empresa Local Compost conformó el comité asesor para la formulación de la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos (ENRO). Este emprendimiento nació precisamente para colaborar con la gestión de los residuos orgánicos, cuya tarea se ve minimizada en contraste con el empuje que tienen los residuos inorgánicos, para lo cual existe en la legislación actual chilena la Ley REP.
Después de jugar un papel relevante dentro del comité asesor, los emprendedores detrás de Local Compost elucubraron cuál sería la mejor manera de ayudar a los municipios a manejar los residuos orgánicos. Así nació una alianza colaborativa con las empresas Armony Sustentable y Chicureo Sustentable -ambas también habían sido parte del comité- para dar vida a programas que apoyan a los municipios en la transición hacia una gestión sostenible de dichos residuos.
“Esta alianza surge con la intención de hacer la bajada de la ENRO a los gobiernos locales. En el fondo, es una herramienta privada para el mundo público cuyo objetivo es transitar a un manejo sostenible de los residuos orgánicos”, comenta Gianni Sichel, socio y fundador de Local Compost.
En estos tres años de operación, el programa Local Compost, Armony Sustentable y Chicureo Sustentable se implementa en los municipios de Renca, Vitacura, Providencia, Ñuñoa y Zapallar. “En la Región Metropolitana trabajamos con las plantas de compostaje que tienen Armony y Chicureo, en Pudahuel y Chicureo, respectivamente. Fuera de Santiago, donde no hay infraestructura de valorización de orgánicos, desarrollamos plantas de compostaje para los municipios. Ese es el caso de Zapallar, cuya planta la hicimos en Catapilco”, agrega Gianni Sichel.
De acuerdo al emprendedor, la planta desarrollada en Zapallar es de escala mediana y permite montar una “tecnología inicial que permite echar a andar este volumen de residuos orgánicos que buscamos”. Sin embargo, esa escalabilidad tiene la condición de “no crecer alocadamente, validando el modelo de mediana escala, porque no podemos permitir que las plantas de compostaje se transformen en vertederos o rellenos sanitarios”.
“Lo que tratamos de hacer con los municipios es sustituir el camión de la basura por el camión de reciclaje orgánico que pasa una vez por semana”, complementa el socio fundador de Local Compost, quien explica que el modelo descansa en tres pilares: educación, logística y revalorización.
Según detalla Sichel, “los programas de educación que tenemos son muy robustos, porque hay que cambiar muchos hábitos de las personas. Tenemos también logísticas diferentes de retiro (drop-off o retiro domiciliario). Y, por último, la valorización que termina con los certificados de disposición final, el informe de trazabilidad y la devolución en compost para las áreas verdes de cada comuna asociada. Algunos municipios optan por la devolución en compost puerta a puerta, pero eso es más complejo y más costoso. Es un modelo integral”.
“Lo que tratamos de hacer con los municipios es sustituir el camión de la basura por el camión de reciclaje orgánico que pasa una vez por semana”.
Los ejes uno por uno
Uno de los objetivos centrales de Local Compost y su programa en colaboración es que cada vez lleguen menos residuos inorgánicos dentro de la recolección de residuos orgánicos a las plantas de compostaje, tanto la de Armony como la de Chicureo y la de Zapallar (Catapilco). Para tal función, Local Compost desarrolla distintos tipos de estrategias de educación ambiental.
“Se realiza educación ambiental al personal de cada municipio asociado y también hay programas puerta a puerta. Tenemos también material digital y material físico, así como talleres. Es bien diverso según cómo se comporta la comunidad. Es un plan inicial que se va profundizando”, añade Gianni Sichel.
“Tenemos una tasa muy baja de desviación de residuos inorgánicos en los programas. Hemos ido creciendo gradualmente y co-construyendo la politica pública con los municipios”, complementa.
Respecto de la logística, el programa mantiene un sistema de drop-off (por el cual, las y los vecinos van a plazas de la comuna a depositar sus residuos orgánicos) en Renca, Ñuñoa y Providencia, mientras que en Zapallar y Vitacura van dos pasos adelantados y retiran los orgánicos a domicilio. “En todas partimos con el drop-off, ya que es el modelo más barato, pero la idea es seguir escalando”, dice Sichel.
En el caso de los retiros a domicilio, la infraestructura destinada a los domicilios depende del tipo de contrato con el municipio. “Hay municipios que financian contenedores de acopio, otros lo hacen con bolsas compostables y a veces ambos sistemas. Cuando esto crezca, los municipios no van a poder financiar ni contenedores ni bolsas, y deberían tender a funcionar como los países que resolvieron esto: a través de ordenanzas municipales y otros instrumentos”, puntualiza.
En cuanto a la cobertura municipal, el programa llega al 70 por ciento de la comuna, con una recuperación de 800 toneladas de residuos orgánicos, mientras que los primeros dos años en Vitacura el modelo logró impactar a 4.000 personas, con lo que se recuperaron cerca de 300 toneladas, las que deberían triplicarse en consonancia con el crecimiento del programa en dicha comuna.
Sichel cree que el programa está impactando positivamente y se alinea perfectamente con las metas fijadas en la ENRO, aunque está consciente que es un desafío gigante. “Cuando participamos del diseño de la ENRO se decía que menos del 1 por ciento de los residuos orgánicos en Chile se valorizan”, plantea.
“Las metas que plantea la ENRO es al 2030 valorizar el 30 por ciento de los orgánicos, mientras que al 2040 el 66 por ciento. Son metas altísimas, pero hay una necesidad, ya que el 70 por ciento de los orgánicos en Chile está degradado o en vías de estarlo, y la única manera para recomponerlos es con materia orgánica. Hoy gestionar los residuos orgánicos es ultra necesario no solo por la reducción de metano, sino porque puede ser un insumo esencial para un país que tiene tanta agricultura como Chile”, detalla. Eso se entrelaza con el tercer pilar del programa de Local Compost, que es la conversión de todo el material orgánico en compost para las áreas verdes comunales.
Lo más importante, para Sichel, es que logren sustituir ese gasto ingente de los municipios “en el camión de la basura lineal y tradicional”, porque es tiempo de hacerse cargo de los residuos orgánicos, ya que los inorgánicos ya tienen una política pública definida.
El programa, en el corto y mediano plazo, pretende crecer en la cantidad de municipios con los cuales trabajar. “Hay 345 municipios en Chile, 52 en Santiago. La idea es seguir sumando municipios en distintas partes del país. En Santiago podemos seguir trabajando con las plantas de valorización de Armony y Chicureo, pero fuera de la capital es necesario montar más plantas de compostaje donde no hay infraestructura. Estamos en varias conversaciones con municipios. Sólo se puede avanzar con la participación del mundo publico y privado”, cierra Sichel.