Reducción de emisiones de CO2 y menor consumo de agua destacan entre los beneficios socioambientales de reciclar chatarra ferrosa
La empresa AZA Acero Sostenible dio a conocer su Declaración de Valor Circular, donde se evidencia que por cada tonelada de chatarra que recicla para transformarla en “acero verde” se ahorra una cantidad de agua equivalente al consumo anual de más de 21 personas, y se evitan emisiones de gases de efecto invernadero correspondiente a lo que absorbe casi una hectárea de bosque nativo. “Estamos muy orgullosos”, dijo Juan Greibe, gerente de compras metálicas de AZA, al presentar estas mediciones durante un seminario web.
Es sabido que reciclar contribuye a cuidar el medio ambiente, principalmente porque se reduce la cantidad de residuos que terminan en rellenos sanitarios pues se transforman en materia prima secundaria. Además, hay otros beneficios ambientales y sociales, que varían según los materiales que sean reciclados. Sin embargo, ¿cuál es la real magnitud de estos beneficios?
La empresa AZA Acero Sostenible (aza.cl), que lleva más de 40 años reciclando chatarra ferrosa, se hizo esa pregunta y decidió cuantificar tres aspectos en los cuales está aportando en materia medioambiental: reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI, principal causante del Cambio Climático), ahorro de agua y ahorro de energía.
Los resultados de esa medición, así como la metodología utilizada, fueron presentados por el gerente de compras metálicas de AZA, Juan Greibe, y el gerente de estudios y proyectos de Bioscience Consultores, Nelson Urra, en el seminario web “Beneficios socioambientales de reciclar la chatarra ferrosa en Chile”.
Según explicó Greibe, AZA es el mayor reciclador de chatarra ferrosa en Chile, cuyos productos de “acero verde” son utilizados en la construcción, industria y minería. Es así como en 2021 reciclaron 500 mil toneladas y a lo largo de su historia han reciclado 7,5 mil millones de kilogramos de chatarra, evitando que esa inmensa cantidad de residuos se transformaran en basura potencialmente contaminante.
Asimismo, el representante de AZA señaló que la medición de sus impactos positivos está en línea con los compromisos que la empresa ha adoptado en materia medioambiental y entre las que destaca la meta de reutilizar el 100% de sus residuos a 2025, así como alcanzar la carbononeutralidad antes del 2050. En este mismo sentido, en 2021 cumplieron por adelantado una meta que se habían propuesto para 2030: reducir sus emisiones de CO2 en un 50%. Este logro está estrechamente relacionado con el hecho de que, a diciembre del año pasado, el 100% de la energía eléctrica que usan en sus procesos proviene de fuentes renovables (certificado I-REC).
“La huella de carbono alcanzada recientemente es de 0,23 toneladas de CO2 equivalente por tonelada de acero producida, mientras que el promedio de toda la industria alcanza 1,89 toneladas de CO2 equivalente (…) Estamos muy orgullosos”, dijo Greibe.
Además, con los resultados de la cuantificación AZA generó una “Declaración de Valor Circular”, la que fue entregada a sus clientes como certificación de su compromiso con el valor ambiental que significa la producción de un acero más verde, es decir, “el acero con menos huella de carbono disponible en Chile (un séptimo del promedio de la industria siderúrgica mundial)”, indicó Greibe.
En ese marco, durante el seminario participaron representantes de empresas socias de AZA, que dieron a conocer su experiencia de trabajar con la mayor productora de acero verde en Chile y de qué forma proyectan el camino hacia la economía circular en sus rubros. Estuvieron presentes Gianfranco Arrigoni, director del Grupo Arrigoni; Joaquín Cuevas, jefe de Manejo de Residuos y Medio Ambiente de Constructora Viconsa; y Eric San Martín, director de Medio Ambiente (I), Gerencia de Sustentabilidad y Asuntos Externos División El Teniente-Codelco Chile.
Declaración de valor circular
“El proceso que realizamos con la chatarra busca conectar a los diferentes sectores productivos con la economía circular del acero verde y cómo este valor de la eficiencia que se genera por participar en nuestra economía circular impacta en el medio amiente. Es así como recientemente entregamos esta Declaración de Valor Circular a nuestros proveedores y a las industrias que entregan sus excedentes metálicos y chatarra a AZA”, señaló Juan Greibe.
“Esta Declaración muestra de forma explícita cuáles son los beneficios socioambientales de esta producción de un acero más limpio”, añadió el ejecutivo y detalló algunas de las cifras que aparecen en el documento y que reflejan el resultado de sus procesos cada vez más eficientes. Las cifras están expresadas en relación con el beneficio que genera reciclar una tonelada de chatarra ferrosa, junto con una ecoequivalencia que hace más fácil entenderlas: se evita la emisión de 1.170 toneladas de CO2 equivalente, que representa la cantidad de CO2 que puede absorber 0,6 hectáreas de bosque nativo; se ahorran 1.324 metros cúbicos de agua, que corresponde al consumo anual de 21,3 personas; y se ahorran 3.546 megavatios de energía, que equivale al consumo anual de 439 hogares.
“Entregamos esta Declaración como una muestra del valor de ser parte de nuestra cadena a todos los proveedores que están participando con nosotros de la economía circular del acero”, subrayó Greibe.
Metodología
El detalle de cómo se llegó a esas cifras fue entregado por Nelson Urra, de Bioscience Consultores, entidad encargada de generar la metodología para realizar los cálculos. “Esta mirada, desde la economía circular, nos permite conocer cuál es el beneficio socioambiental que se produce cuando disponemos nuestra chatarra en los puntos de reciclaje o en los puntos de recuperación de chatarra que tiene AZA en las distintas obras de construcción y en otros puntos a lo largo del país”, comentó el consultor.
Para comenzar, Urra explicó que una de las premisas de la economía circular es “conseguir que los productos, componentes y recursos de un proceso mantengan su utilidad y valor en todo momento” y que eso conlleve un valor ambiental y social. A continuación, recordó que el acero es uno de los materiales más nobles de la civilización humana, puesto que puede ser reciclado infinitamente sin perder sus propiedades y, de ese modo, el acero y su principal residuo que es la chatarra, se insertan plenamente en una economía circular.
“La chatarra en nuestro país tiene distintos orígenes: la minería, los procesos de la construcción (despuntes, por ejemplo), la industria metalmecánica y el nivel domiciliario (…) Esto otorga la oportunidad de acceder a nuevas materias primas que generan un bajo impacto y es precisamente ese impacto el que hemos sido capaces de medir y presentar a través de la Declaración de Valor Circular”, señaló Urra y entregó algunas cifras generales. A nivel mundial, dijo, cerca del 30% del acero que se está usando proviene de fuentes secundarias (chatarra). En Chile, agregó, cerca del 90% de la chatarra generada en los últimos 20 años ha sido reciclada, aunque esa cifra fluctúa según las condiciones del mercado.
Para determinar cuál es el beneficio ambiental de ese reciclaje, explicó el consultor, establecieron una metodología que tiene básicamente tres pasos. El primero es la cuantificación de la cantidad de acero producido a partir de la chatarra recolectada (que llega a la acería de AZA, donde existe un proceso de fabricación y transformación). Otro paso es la estimación de los beneficios ambientales (emisiones de GEI evitadas, agua y energía ahorradas). Y finalmente la estimación de las ecoequivalencias relacionadas, para entender la magnitud del beneficio ambiental.
Los tres pasos
Aplicados esos tres pasos al modelo de mil toneladas de chatarra reciclada, en primer lugar se tiene que, a partir de esa cantidad, se obtienen aproximadamente 842 toneladas de acero final.
Luego, al estimar los beneficios ambientales (paso 2), en el caso de las emisiones de GEI, la producción de acero en la industria de acerías integradas -que recurre al mineral de hierro y no a la chatarra como fuente primaria- tiene una tasa de emisión de GEI que oscila entre 1,4 y 2,2 toneladas de CO2 equivalente por tonelada de acero producido. En cambio, “en la industria de arco eléctrico, que es el sistema productivo que ocupa Aceros AZA, eso disminuye a un promedio de 0,34”.
“Para la Declaración, el cálculo se realiza mediante la diferencia entre la intensidad de emisiones de GEI reportadas por AZA para la producción de acero a partir del reciclaje de chatarra (ISO 14.404-2) y la intensidad de emisiones reportadas por la Asociación Mundial de Acero para la industria. Cuando se hizo este análisis, en 2020, teníamos una diferencia de 0,5 versus 1,9; sin embargo, como explicó Juan Greibe, esas emisiones se redujeron aún más a diciembre de 2021, a 0,23”, señaló Urra.
A partir de esa diferencia se concluye que por cada tonelada de chatarra reciclada se evitó la emisión de 1.170 toneladas de CO2, dijo el consultor, lo que llevado a una ecoequivalencia (paso 3), representa el contenido de carbono promedio (suelo y bosque) almacenado por una hectárea de bosque nativo de la Patagonia chilena.
“Tenemos aquí una mirada específica respecto del beneficio ambiental en materia de Cambio Climático que conlleva en su equivalencia el reciclaje de la chatarra en AZA”, dijo Urra.
En cuanto al consumo de agua, la industria de acero hace uso intensivo del recurso, no obstante buena parte es devuelto a los cauces naturales, según indicó el representante de Bioscience Consultores. “Las cifras que maneja la industria son del orden de 3,3 mt3 por tonelada de acero crudo en las acerías integradas, y 1,6 mt3 en las acerías EAF (arco eléctrico)”.
En el caso de AZA, el año pasado cuantificó su huella hídrica (metodología ISO 14.046/2014) y obtuvo una intensidad de consumo de 1,28 mt3 por tonelada. “Al comparar con el promedio de la industria mundial, que es de 2,85 mt3, podemos decir que al reciclar mil toneladas de chatarra para fabricar acero, AZA evita el consumo aproximado de 1.324 mt3 de agua. Esta cantidad representa lo que consumen al año 24 personas (basado en consumo promedio de agua por habitante de 170 litros diario).
En cuanto al tercer beneficio socioambiental evaluado, es decir, el ahorro de energía (tanto eléctrica como térmica), Urra comentó que según cifras de la industria existe un consumo de unos 18-22 GJ (gigajulios) por tonelada en la industria de acería integrada, mientras que al arco eléctrico (que incluye chatarra) disminuye a 5-7 GJ.
“Durante 2020, al término del periodo, AZA registró un consumo promedio de 4,7 GJ por tonelada a lo largo de todo su ciclo de producción, mientras que el promedio de la industria fue de 19,8 GJ. Eso implica una reducción superior a los 3.500 MW/hora de energía por tonelada de chatarra, lo que tiene una ecoequivalencia con el consumo anual de 439 hogares (según datos del Ministerio de Energía chileno)”.
“Por lo tanto, reciclar acero con los procesos de AZA genera beneficios en estas tres líneas ambientales”, concluyó Urra.
Socios y aliados
A partir de estas cifras, pero sobre todo sobre la base de su experiencia de trabajo con AZA, los ejecutivos de empresas invitados como panelistas del seminario mostraron un gran entusiasmo por ser parte de este modelo de economía circular a partir del reciclaje de chatarra ferrosa.
“En el Grupo Arrigoni estamos en una etapa de cambio y definición de objetivos, nos estamos subiendo al carro de la economía circular; nuestra primera meta es tener cero residuos que vayan a relleno sanitario (actualmente reciclamos el 90%) y estamos en vías de ponernos a trabajar en los temas agua, energía y emisiones (…) AZA ha sido un impulsor muy importante en el mercado, que partió mucho antes que toda la industria”, contó Gianfranco Arrigoni.
Y en este sentido, estimó que la Declaración de Valor Circular es un “plus” para que los proyectos sean más sostenibles.
Respecto a la necesidad de crear sinergias para avanzar en este camino, Arrigoni consideró que “debemos partir por casa, por el hogar mismo, con una cultura circular y no lineal, para luego aplicarla en la empresa, en el trabajo, con los clientes… porque al final es un beneficio para la compañía, para la industria y para todo el país”.
En tanto, Joaquín Cuevas, de constructora Viconsa, valoró la Declaración y sostuvo que “AZA es el primer proveedor que lo hace y está dando un ejemplo, esto los marca como pioneros en tener la información para tomar decisiones, porque si no tenemos la información es muy difícil tomar decisiones”.
En el rubro de la construcción, que es un gran consumidor de acero, “ha pasado históricamente que los residuos se desechan mezclados (…) pero cuando los empezamos a separar en la obra vemos los materiales y vemos que mucho del acero que desperdiciamos se va enterrado entre los escombros. Entonces esta alianza con AZA y este Valor Circular ayuda mucho, sobre todo a crear conciencia, porque estamos en un camino que es de largo recorrido y nos ayuda a observar que existe mucho más que el valor económico de las cosas”, comentó Cuevas.
Asimismo, dijo, se han dado cuenta de que han estado desperdiciando mucho material, “y la gracia de trabajar con AZA es que podemos tener una batea en la obra, hay un sector de acopio, un tema logístico que nos ha ordenado bastante. Es un proceso formal, con guía de despacho, programación de los camiones; Y esto es un beneficio económico bastante grande; tiene valor económico, ambiental y social, porque los maestros aprenden, se preocupan de separar. Ha sido una súper buena experiencia”.
Desde la División El Teniente de Codelco, Eric San Martín habló de los compromisos de sustentabilidad de la corporación para 2030, donde uno de los pilares es la economía circular, con el desafío de reciclar el 65% de los residuos no peligrosos.
“En esta relación con AZA, que ya tiene varios años, hemos reciclado del orden de 50 mil toneladas de chatarra, lo que le ha generado a la corporación un ingreso del orden de 6 millones de dólares, una cifra no menor”, explicó San Martín.
El ejecutivo de El Teniente comentó que para ellos un ícono de esta sinergia es observar “cómo la chatarra que se lleva AZA desde acá se devuelve al proceso a través de un perno de fijación. Este ejemplo lo están mirando desde la corporación como un ejemplo, entonces estamos viendo cómo ir a buscar otros elementos para nuestros procesos, otros repuestos, otros insumos a partir de la chatarra”. De hecho, contó que para se comprometieron a aumentar el 20% de chatarra reciclada respecto a 2020.
En este marco, para hacer frente a esos desafíos de sustentabilidad, dijo San Martín, AZA ha sido un excelente aliado.