Pese a que la recolección de residuos y las redes de reciclaje fueron declaradas actividades esenciales en el contexto del coronavirus tras solicitar expresamente esta medida al gobierno, esta industria no logra liberarse de los problemas que acarrea la crisis sanitaria. El problema mayor, según los datos que pudo recoger la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR) tras encabezar un conversatorio virtual con sus 29 empresas asociadas, fue que la recolección de residuos reciclables disminuyó entre un 30% y un 45% en estos tiempos de pandemia y, para colmo, se ha intensificado en las últimas semanas.
“La industria del reciclaje recibe distintos materiales domiciliarios, industriales y del comercio que tienen que ver con residuos reutilizables, reciclables y compostables. Al principios de marzo no se notó, pero ahora sí. Esto se debe a una disminución en el consumo de las empresas en términos de menor productividad y, por lo tanto, menos elementos para retirar en las empresas y el comercio”, comenta Alejandro Navech, gerente general de ANIR.
De acuerdo a la multigremial, la baja tasa de recolección de residuos se traduce en el envío de mayores volúmenes a rellenos sanitarios, con su consecuente impacto ambiental. En ANIR temen que el panorama sea aun más sombrío, por cuanto de continuar esta tendencia, “hay estudios que estiman que en Chile el 90% de los desechos domiciliarios se irán a rellenos sanitarios”, dicen en ANIR, por lo que “la situación para las empresas recicladoras se volverá crítica en poco tiempo”.
En la baja en la recepción de elementos usados para darles una segunda vida útil, según Navech, no solamente incide la recolección. “Hay una gran labor que hacen los recicladores de base que está indexada a las botellas PET y a los cartones. Hay otros factores que tienen que ver con las empresas: al haber menos consumo de elementos automotrices, hay menos cambios de neumáticos y baterías, y eso también afecta”, recalca.
Según Alejandro Navech, “el consumo promedio por persona ha disminuido”, y la conclusión es que “no es que la basura se esté abultando”, sino que “se trasladó el origen de la generación de residuos a los domicilios”. De acuerdo al gerente general de ANIR, “todo lo que la gente consumía en el trabajo, en el casino o en un restorán, se trasladó a los hogares, es más domiciliaria que comercial”.
Otra variable que genera incertidumbre en la industria es qué pasará con los precios de los plásticos recuperados, atendiendo la caída histórica en el precio del petróleo derivada de la crisis sanitaria mundial. “Los insumos que se usan para la confección de polímeros vírgenes hoy provocan que la recolección de productos plásticos para el reciclaje sea totalmente descompetitivo”, expresa Navech.