En el lejano 2014 Loreto Navarrete y su marido trabajaban en una comercializadora de algas en la comuna de Coronel que vendía a grandes empresas. En ese empleo notaron que el grueso de las algas que se extraen de los mares chilenos no se consume a nivel local, sino que se lleva al extranjero, en cuyos mercados aprovechan mejor las propiedades de estos productos.
“Me di cuenta que acá en Chile nos beneficiábamos poco de las algas”, dice Navarrete, quien hace un año decidió emprender camino propio y dejar en el mercado chileno las algas que son sacadas del mar como la luga y el huiro, por ejemplo. En ese proceso decidió montar un emprendimiento solo para promocionar el cochayuyo, pues también advirtió que el potencial saludable e inmunológico de esta alga rica en yodo se estaba desperdiciando.
Al alero del Centro de Emprendimiento Colbún (CEC), nació pues Marina Alimentos, cuya finalidad es rescatar los cochayuyos de las costas de la Región del Biobío para fabricar snacks, sazonadores, harina y otros productos alimenticios de alta calidad, saludables y con propiedades benéficas para el cuerpo humano.
“Para mí lo más importante es llevar el cochayuyo a las mesas chilenas, porque existe cierto prejuicio por el tema del olor y de la textura, pero no nos damos cuenta de las propiedades increíbles que tiene”, explica Loreto.