La ruta de Chile hacia la economía circular está en marcha, y ya se fija una visión consensuada entre los 33 representantes de la esfera pública, privada y de la sociedad civil convocados por el Ministerio del Medio Ambiente para construir la “Hoja de Ruta de la Economía Circular” que guiará este camino por los próximos 20 años. Esta busca que, al año 2040, “la economía circular regenerativa impulse a Chile hacia un desarrollo más sostenible, justo y participativo que ponga el bienestar de las personas en el centro”, y que se avance hacia “una sociedad que usa, consume y produce de manera sostenible y consciente, fomentando la creación de oportunidades para las personas y organizaciones a lo largo del país”.
Así lo indica el documento de la Hoja de Ruta que -tras dos años de trabajo desde que se lanzó la propuesta de creación de un roadmap– será presentado por el ministerio el próximo 21 de diciembre para ser sometido a consulta pública, y que en las últimas semanas ha terminado de ser consensuado por los 33 miembros del Comité Estratégico para la hoja de ruta, y al que tuvo acceso País Circular.
La Hoja de Ruta para la Economía Circular en Chile fija cuatro metas a alcanzar para el año 2040, con una meta intermedia para 2030, y que serán complementadas a principios del próximo año con un plan de monitoreo que le de seguimiento a su cumplimiento.
La primera de estas metas, relacionada con las “oportunidades circulares”, establece que al año 2030 la economía circular haya generado 100 mil nuevos empleos en actividades como la gestión de residuos, la logística, la remanufactura y la reparación, y que al año 2040 estos hayan llegado a 180 mil. Esto en base a una serie de estudios internacionales al respecto, entre ellos uno de la OIT en 2018 que estimó que la transición a la economía circular podría generar 50 millones de nuevos empleos en servicios globales a 2030, y más de 45 millones de nuevos trabajos en la gestión de residuos.
“Hay una cantidad importante de empleos que se van a generar en torno al reciclaje, donde los trabajos que existen hoy en esa industria se van a multiplicar por varios dígitos. Pero en la economía circular los empleos no solo se generan ahí, gran parte de ellos tienen que ver con los servicios circulares. La reparación, por ejemplo, es mucho más intensiva en mano de obra que simplemente comprar y botar cosas. Hay habilidades técnicas que se requieren para poder desarrollarlo, y por lo tanto hablamos de buenas fuentes de trabajo. Eso es lo que esperamos que venga de la mano de la economía circular”, explica Guillermo González.
Una segunda meta, bajo el concepto de “ciudadanía circular”, plantea que al año 2030 la generación de residuos sólidos municipales per cápita se haya reducido en un 10% -mientras en 2000 cada chileno generaba 295 kilos de basura al año, hoy genera 440 kilos anuales-, y que al año 2040 esta cifra alcance el 25%. Adicionalmente, se buscará que a 2030 la tasa de reciclaje de los residuos sólidos municipales haya alcanzado un 30%, y que diez años más tarde esta tasa llegue al 65%.
La idea es desacoplar el crecimiento económico del incremento en la generación de residuos, tal como ocurre en otros países de la OCDE. Mientras en Chile la generación de per cápita de residuos aumentó un 49% entre 2000 y 2018, el bloque de la OCDE disminuyó 6% en el mismo período, con casos notables: España disminuyó su generación de residuos en un 27%, mientras Japón lo hizo en un 22% y Holanda 14%.
“Hablamos de países que tienen casi el triple de ingreso per cápita que nosotros -dice González-, y tienen mucha menos generación de residuos. ¿Qué hacer para que eso suceda? Necesitamos cambiar los hábitos de consumo. Eso está pasando -por ejemplo- con la eco carga, donde las personas ven que optar por envases reutilizables de detergentes no solo es mejor ambientalmente sino que además es mejor para el bolsillo. Pero también la normativa es fundamental, y herramientas como el proyecto de ley que regula utensilios de un solo uso. en un patio de comida se genera una cantidad de residuos insólita, y van a cambiar drásticamente ese tipo de cosas. Entonces, tiene que venir un cambio en el modelo de negocios, acompañado también de la normativa. Obviamente tenemos que reciclar más, pero también generar menos residuos”.
En cuanto a “producción circular”, el documento establece como meta que al año 2030 la generación de residuos por unidad de PIB se haya reducido en un 15%, y que al año 2040 esta reducción alcance el 30%. También, que para 2030 la tasa general de reciclaje llegue a un 40%, y a un 75% diez años más tarde.
Hoy la información disponible muestra que la tasa de reciclaje de residuos domiciliarios en la Región Metropolitana no alcanza a llegar al 2%, muy por debajo de países como Holanda (56%), Alemania (67%) o Eslovenia (75%). Este último país llegó a esa cifra en 23 años, desde un 3% inicial, situación muy similar a la de Chile, lo que demuestra que es posible avanzar con fuerza en esta materia si se actúa con determinación.
También se fija una meta relacionada con la productividad material del país: el objetivo de la Hoja de Ruta es que al año 2040 la productividad material del país haya aumentado en un 60%, y que el año 2030 la meta intermedia alcance un 30%.
Al año 2017 la productividad material de Chile era de US$0,56 por cada kilogramo de material utilizado, lo que representa un aumento de un 22% respecto de la situación que había una década antes (US$0,46 en 1997). Pese al avance, Chile es el país con menor productividad material de la OCDE, donde el promedio del bloque para 2017 fue de US$2,88 por kilogramo de material. Países con una estructura productiva similar a la de nuestro país, como Canadá y Australia, lograron en el mismo período aumentos de productividad mucho más notables, de 36% y 56%, respectivamente.
“Estamos últimos por lejos entre todos los países de la OCDE, tenemos una brecha muy grande con los países hacia los que queremos acercarnos y necesitamos generar más valor a lo que hacemos. La circularidad juega un rol ahí porque al recircular los materiales estamos generando mucha más riqueza con la misma cantidad de insumos. Los servicios circulares son fundamentales para avanzar en esa vía, y la economía circular es la estrategia de desacople entre crecimiento y generación de residuos”, afirma Guillermo González.
Finalmente, la cuarta meta propuesta en este documento preliminar está relacionada con la “calidad de vida”: que al año 2030 se haya eliminado el 50% de los microbasurales del país, y que para 2040 esta cifra alcance el 90%.