Solidaridad: única salida
“Alentamos a las empresas de todo el mundo a asumir las medidas en forma inmediata e implementar aquellas que puedan contribuir más allá. En Chile, que todos asuman a cabalidad un plan estratégico común se torna más urgente que nunca. La compleja emergencia sanitaria requiere de una acción coordinada y un espíritu de cooperación público-privado para enfrentarla sin titubeos ni desconfianzas, con acción y decisión. Todos debemos ser capaces de ponernos de acuerdo, implementar las medidas y combatir el COVID-19 unidos”.
La magnitud de la catástrofe es inconmensurable. Con estupor, vemos en el mundo ciudades vacías, pueblos desiertos, personal de salud más allá de sus límites, lugares públicos transformados en hospitales para preparar la llegada de los contagiados, como en la peor película de ficción que hubiéramos podido imaginar. Una real pesadilla que sabemos podría materializarse también en nuestro país. Sin embargo, dependemos de cuán solidarios y responsables seamos ahora.
Hoy Chile tiene -todavía- la oportunidad de reaccionar, tomar consciencia de la grave situación que aqueja al mundo, y pensar en el otro. Es el momento de ser solidarios. El brote de COVID-19, conocido como coronavirus, no solo ha generado la más grave crisis de salud a nivel mundial, sino también está afectando de manera brutal la vida de las personas, sus fuentes de trabajo, la producción, el comercio y la economía global. Su impacto está creciendo a niveles nunca antes visto, y sabemos que se sentirá con más fuerza en los próximos días y meses.
Pacto Global de las Naciones Unidas -la iniciativa de sostenibilidad corporativa más grande del mundo-, hace un llamado a los líderes empresariales para que se unan apoyando a las personas, comunidades y empresas, grandes y pequeñas, afectadas por el brote. Esto, porque si las medidas impuestas por el gobierno no cuentan con pleno respaldo de todos, será imposible mitigar el impacto de la enfermedad. Y como consecuencia, los sistemas de salud aquí en Chile también se verán colapsados, porque según los expertos, no hay sistema de salud en el mundo que pueda sostener una propagación de esta envergadura.
Así, en un espíritu de responsabilidad, solidaridad y cooperación internacional, alentamos a las empresas de todo el mundo a asumir las medidas en forma inmediata e implementar aquellas que puedan contribuir más allá. En Chile, que todos asuman a cabalidad un plan estratégico común se torna más urgente que nunca. La compleja emergencia sanitaria requiere de una acción coordinada y un espíritu de cooperación público-privado para enfrentarla sin titubeos ni desconfianzas, con acción y decisión. Todos debemos ser capaces de ponernos de acuerdo, implementar las medidas y combatir el COVID-19 unidos.
Falta todavía, y ahí nos cabe a cada uno su rol, sensibilizar a la ciudadanía respecto del grave problema que se expande segundo a segundo, y compartir información de la OMS sobre precauciones y otras medidas preventivas. Junto a ello, llamamos al empresariado a ser flexibles, adoptar el sistema de teletrabajo para el personal que lo requiera, y así, quienes puedan, trabajen desde casa en estricta cuarentena. Y en la medida de lo posible, mantener la continuidad de las operaciones y servicios esenciales en beneficio de la sociedad, pero cuidando la salud de todas personas.
Las empresas hoy deben preocuparse, con especial dedicación, a velar por el cuidado de sus trabajadores, minimizando el riesgo de contagio tanto para ellos como para sus familias. Debemos colaborar con la autoridad sanitaria implementando las medidas preventivas y educativas que se han instruido, y que permiten, si no bloquear totalmente, al menos mitigar el contagio.
En medio de esta dramática pandemia, y mientras el mundo científico trabaja contra reloj para encontrar una vacuna, el gran desafío es lograr la cobertura sanitaria universal, el acceso a servicios de salud esenciales y la disponibilidad de medicamentos seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos, sin descuidar la permanencia de las fuentes de trabajo y la sobrevivencia de las pequeñas empresas y de los sectores productivos especialmente afectados.
Sin duda, esta emergencia sanitaria está generando una crisis económica global que está afectando fuertemente a nuestro país, lo que se suma a los graves efectos de la crisis social de la que hemos sido testigos. Es por esta razón que hoy la unidad entre el mundo político, económico, académico y social son fundamentales para salir adelante, de la mejor manera posible, de esta grave crisis. Una crisis donde la solidaridad es el mejor escudo protector que puede derrotar a la pandemia.