En los últimos meses, la implementación de la Ley REP en Chile ha comenzado a tomar un ritmo acelerado a partir de la publicación en marzo del decreto que establece las metas de reciclaje para los envases y embalajes en el país. Ya son al menos tres los sistemas de gestión de residuos en proceso de formación legal, el Ministerio del Medio Ambiente ha avanzado en una serie de reglamentaciones específicas para la operación del sistema, la ecoetiqueta de reciclaje ya suma más de 1.600 productos con el sello en el mercado, y en general el ecosistema -las empresas, los recicladores, las organizaciones ciudadanas- se preparan para su entrada en operación formal en septiembre de 2023, cuando empiece a regir la exigencia del cumplimiento de metas.
Pero pese a los avances, una de las grandes preocupaciones de la industria es la falta de la infraestructura necesaria para un incremento sustancial de las tasas de reciclaje, lo que viene siendo planteado desde hace un par de años y que llevó al ministerio a fijas metas de reciclaje más conservadoras para los primeros años de vigencia del decreto.
Según un catastro realizado en 2018, en Chile existen 7.186 puntos verdes y 98 puntos limpios, estos últimos sitios de mayor tamaño que además de recibir material reciclado cuentan con infraestructura adecuada para su selección y posterior valorización, incluida la compactación y enfardado de residuos. De estos, el 60% está en la Región Metropolitana.
Pero uno de los aspectos más preocupantes es la concentración de las instalaciones de valorización de residuos. Prácticamente la totalidad de la capacidad instalada se encuentra en la Región Metropolitana, salvo algunos productos puntuales como el cartón, donde lidera por lejos la Región del Biobío con una capacidad instaladas de 13 mil toneladas mensuales; los aceites lubricantes, donde la Región de Valparaíso supera a Santiago con una capacidad de 9.603 ton/mes; y la madera, donde prácticamente toda la capacidad instalada de valorización se encuentra en la Región de O´Higgins, con 25 mil toneladas mensuales.
Y en un escenario de reciclaje masivo puerta a puerta, desde los domicilios de los ciudadanos, que es lo que exige el decreto de metas, se requerirá de grandes instalaciones industriales de separación y clasificación de residuos, las que hoy son casi inexistentes. Esta infraestructura se considera hoy como clave para el éxito de la Ley REP. Por ello, el sector de los envases y embalajes plásticos –a través de InvestChile y el Pacto por los Plásticos- está realizando una serie de acciones para mostrar a inversionistas internacionales las oportunidades que ofrece el país para la inversión en infraestructura para el reciclaje del plástico. Esto a través de un estudio dado a conocer en junio de este año, y de un webinar a través del formato InvestChile Talks realizado este mes.
Según Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente, las metas de reciclaje impuestas por el decreto de envases y embalajes implicará multiplicar por cinco las actuales tasas de reciclaje domiciliario. En el caso de los envases plásticos, por ejemplo, es más aún: de las actuales 14,225 toneladas que se recuperan actualmente, a 145.699 toneladas anuales en 2034.
“¿Qué significa esto? -planeta González-. Que necesitamos cinco veces más camiones saliendo y recogiendo el material, y necesitamos tener algo que no tenemos en Chile ahora mismo, que implica grandes inversiones y que tienen que ver con plantas de clasificación. Tenemos plantas de clasificación manual a muy pequeña escala, y lo que vemos es que la única forma en que podemos alcanzar estos objetivos es con plantas de clasificación industrializadas de alta tecnología, como las que se pueden ver en los países de la OCDE que ya tienen este tipo de regulación (…) Tenemos grandes oportunidades de inversión allí”.