Tras más de una década de trabajo, estudios y debates para implementar formalmente el principio de “el que contamina paga” en la normativa ambiental, y a casi cinco años de la promulgación de la Ley REP, el primer reglamento que concretará dicho principio a una escala masiva -literalmente casi en cada vivienda del país- entra hoy finalmente en vigencia con su publicación en el Diario Oficial del decreto que regula el reciclaje y la valorización de envases y embalajes. Un hito que sería relevado a primera hora de esta mañana por la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, desde uno de los edificios de departamentos que forman parte del plan piloto de reciclaje domiciliario de MSUR en el centro de Santiago.
Si bien el primer decreto en ver la luz en el marco de la Ley REP fue el de neumáticos, su espacio de acción es más acotado ya que, a nivel ciudadano, prácticamente se limita a los puntos de recambio de estos. Los envases y embalajes, en cambio, están por decenas en todos los hogares del país y son uno de los residuos con mayor presencia en el medio ambiente. En Chile, cada año se generan poco más de 2 millones de toneladas de residuos de envases y embalajes, y hoy solo se recicla casi un 27%.
Incrementar esa cifra en cinco materiales específicos es el principal desafío de este decreto que regula el reciclaje y valorización de envases, que fija como meta el llegar a un 60% de reciclaje en cartón para líquidos, 55% en metales, 70% para papeles y cartones, 45% del plástico y 65% del vidrio en un plazo de 12 años, a partir de metas que se inician el primer año entre un 3% y un 11% dependiendo del material, para luego incrementarse de manera gradual año a año.
Y así como será de alcance masivo en la ciudadanía, también lo será en la industria, donde los productores de estos residuos deberán financiar la recolección, transporte, almacenamiento y valorización de los residuos que generan sus envases y embalajes una vez que terminan su vida útil. Se estima que existen más de 14.500 empresas que estarán afectas a esta regulación, de la que solo estarán exentas las microempresas y aquellos productores que introducen menos de 300 kilos de envases al año, así como los envases reutilizables.
Los plazos que empiezan a correr
Lo cierto es que a partir de hoy, con la publicación del decreto en el Diario Oficial, comenzarán a regir formalmente los plazos para materializar todas las exigencias contenidas en la normativa. El primero de ellos, y el más importante, es que en 30 meses más comenzarán a regir las metas obligatorias de recolección y valorización de envases y embalajes. Es decir, a partir de septiembre de 2023.
Y el mismo plazo correrá para la obligación del diseño, cobertura y operación de instalaciones de recepción y almacenamiento de residuos, así como de los sistemas de recolección selectiva del reciclaje desde los hogares del país.
En el primer caso, se refiere a instalaciones donde los ciudadanos podrán ir a dejar sus residuos, lo que será obligatorio para todas las comunas con una “población corregida”, es decir, la suma de sus habitantes más la población flotante que llega -por ejemplo- en verano, superior a 15.000 personas. Con esto, se espera que el sistema llegue a todos los lugares del país.
Lo segundo es la obligación de realizar una recolección selectiva de los residuos de envases desde los domicilios de los consumidores, que se iniciará con un 10% de las viviendas del país en el primer año de operaciones, hasta llegar a un 80% de cobertura al año 12. Es decir, se partirá con 650 mil viviendas en 2023, para llegar a 5.525.000 hogares con recolección segregada de reciclaje en 2035.