Antonio Carracedo, de Recimat: “Chile necesita cuidar y fortalecer sus capacidades instaladas para una gestión responsable de los residuos peligrosos”
En el marco de la tercera edición del Foro REP, que la semana pasada reunió a todo el ecosistema de la Ley 20.920, la empresa Recimat fue parte del diálogo sobre la capacidad del sector automotor nacional de tener un modelo de economía circular. Con más de 15 años de experiencia en reciclaje de baterías de plomo-ácido, Recimat se ha transformado en un ejemplo de valorización de residuos peligrosos, como el plomo y el ácido sulfúrico. Para profundizar sobre la labor de la compañía y los desafíos que vislumbran en el contexto de la Ley REP, País Circular conversó con su director ejecutivo, Antonio Carracedo.


Las baterías son uno de los seis productos prioritarios incluidos originalmente en la Ley 20.920, conocida como Ley REP, y el único de ellos que aún no cuenta con un decreto que fije las obligaciones de los productores regulados. Mientras para neumáticos (NFU) y envases y embalajes (EyE) están vigentes las metas de recolección y valorización desde 2023, en el caso de aceites lubricantes (ALU) comenzarán en noviembre de 2026, y para aparatos eléctricos y electrónicos y pilas (RAEE+P) se está a la espera de la publicación del decreto ya aprobado. Además, en junio de este año se sumó un séptimo producto, textiles, para el cual aún no comienza la elaboración de dicho documento.
En cuanto a las baterías, el proceso de elaboración del decreto fue iniciado oficialmente en noviembre de 2023, con la publicación de la correspondiente resolución exenta del Ministerio del Medio Ambiente. En virtud de lo anterior, en febrero de 2024 fueron designados los integrantes del Comité Operativo Ampliado encargado de la elaboración del anteproyecto de decreto. En dicho Comité, uno de los representantes de los gestores de residuos de baterías es Antonio Carracedo Diez, director ejecutivo de Recimat, empresa que posee más de 15 años de experiencia en reciclaje de baterías de plomo-ácido.
Recimat fue uno de los protagonistas de la tercera versión del Foro REP, evento organizado por País Circular y que reunió la semana pasada a todo el ecosistema de la Ley 20.920, que “establece marco para la gestión de residuos, la Responsabilidad Extendida del Productor y fomento al reciclaje”, conocida como Ley REP.
Antonio Carracedo fue parte del panel “Oportunidades y barreras para crear un clúster de economía circular en el sector automotor” (jueves 16), donde bajo la moderación del consultor Alejandro Navech y junto a Cristina Perozo, líder Comercial de Morgan; Ricardo Ferrero, asesor estratégico de SIGALU; y Viviana Núñez, jefa de Operaciones y Gestión Ambiental de SIGA, se analizaron temas vinculados no solo con baterías, sino también con aceites lubricantes y neumáticos.
Sobre la capacidad de contar con una industria automotriz circular en el país, Carracedo comentó que, “hoy día, por ejemplo, en nuestro caso tenemos cerca de 2.400 toneladas mensuales -que son 88 camiones de los más grandes- que se mueven diariamente a la planta; nosotros captamos el 94, 95% de todas la baterías que se generan en Chile y las reciclamos en Calama, terminando con un producto final que es un plomo de alta pureza”.

“La tecnología que utilizamos en Recimat fue desarrollada en Chile, por chilenos, y validada internacionalmente. Es prueba de que la innovación también puede nacer desde la gestión ambiental”.
Antonio Carracedo valoró significativamente la participación de Recimat en el Foro REP 2025: “Esta instancia permite reflexionar sobre los avances logrados y, principalmente, sobre la necesidad de cuidar y fortalecer las capacidades instaladas que Chile ya posee en la gestión de residuos peligrosos, sumando más actores, infraestructura y colaboración para enfrentar los desafíos ambientales y de salud pública de nuestro país”.
“Poder conversar sobre la Ley REP desde una mirada integral es un beneficio para toda la industria. Para nosotros estar presentes en estas instancias es importante, especialmente al tratar residuos peligrosos, donde el primer paso es generar conciencia de su existencia y de los riesgos que implican”, comentó el director ejecutivo de Recimat.
En Chile se generan miles de toneladas anuales de residuos peligrosos, cuya gestión requiere visibilidad, educación y compromiso, subrayó Carracedo y añadió que mientras “otros tipos de residuos han avanzado con mayor rapidez en sus Sistemas de Gestión, los residuos peligrosos continúan siendo un ámbito donde persiste un bajo nivel de conciencia ciudadana y regulatoria”.
En cuanto a la regulación de esta industria, Carracedo comentó que Recimat ha sido testigo de su desarrollo, brechas y estancamiento, por lo que la empresa plantea que el desafío actual es no retroceder, sino avanzar hacia una industria más robusta, con mayor formalización, innovación y una regulación que motive nuevas inversiones en tecnologías limpias y seguras.
“Formalizar e incluir a los recolectores de base es una forma de construir una industria que crece sin dejar a nadie atrás y en eso la autoridad y las empresas debemos colaborarnos”.

Talento para innovar
Recimat, cuyas operaciones están en Calama, cuenta actualmente con cobertura nacional, recolectando y reciclando baterías desde Arica hasta Magallanes, incluyendo Rapa Nui, al tiempo que impulsa programas educativos para aumentar la conciencia sobre la importancia de reciclar residuos peligrosos. El ejecutivo de esta empresa de reciclaje cuenta que en el país existen solo 3 plantas que gestionan residuos peligrosos o baterías, y agrega que “el desafío es que sean muchas más. Chile necesita un ecosistema más diverso con capacidades distribuidas territorialmente y con incentivos claros para cuidar lo que ya hemos construido y seguir creciendo”.
Antonio Carracedo sostiene que “Chile cuenta con talento conocimiento y capacidad instalada para innovar, pero es necesario multiplicar y proteger esas capacidades para asegurar un desarrollo sostenible a largo plazo”. A modo de ejemplo, menciona que la tecnología utilizada por Recimat es patentada chilena y validada internacionalmente, desarrollada por profesionales locales.
Las baterías de plomo-ácido -usadas en autos, camiones y maquinaria industrial (mineras)- son un residuo peligroso por cuanto algunos de sus componentes -plomo y ácido sulfúrico- podrían generar daños a la salud y al medioambiente en caso de ser mal manipulados.
De acuerdo a la explicación entregada por Carracedo, en el procesamiento que realiza Recimat en su planta de Calama, bajo estrictas normas de seguridad, el ácido sulfúrico es neutralizado y transformado en yeso que luego es dispuesto, mientras que el agua industrial resultante la usan para humedecer la planta y regar una pequeña cancha de fútbol. En tanto, el plomo, principal producción del reciclaje hecho por Recimat, se transforma en lingotes de plomo que se destinan a la fabricación de nuevas baterías, y también se convierte en ánodos de plomo -una pancha de plomo, calcio y estaño- que se usa en la minería del cobre.
También recuperan el plástico -polipropileno- de la carcasa de las baterías, transformándolo en chips que se comercializan. “Es un modelo de economía circular”, subrayó el ejecutivo.

“El Foro REP es una oportunidad para recordarnos que la economía circular no se construye solo con tecnología, sino con conciencia, colaboración y compromiso compartido”.
Asimismo, el director ejecutivo de Recimat recuerda que Chile prohibió desde 2010 el movimiento transfronterizo de residuos peligrosos en virtud del Convenio de Basilea, pero considera que no basta con mantener esa prohibición, sino que se debe “fortalecer la capacidad nacional para gestionar los residuos dentro del territorio, aplicando el principio de proximidad, que busca que los residuos se traten lo más cerca posible de donde se generan (…) Esto implica infraestructura, conocimiento, conciencia y colaboración”.
En esta línea, el director ejecutivo de Recimat consideró que el Foro REP otorgó una oportunidad para relevar el valor de las capacidades ya instalas y promover su fortalecimiento: “Los residuos peligrosos no solo representan un riesgo ambiental, sino también sanitario y de seguridad. Aún existen trabajadores informales que recolectan y transportan baterías fuera de los marcos normativos (…) Así como ocurre en los sistemas de Envases y Embalajes, también en los residuos peligrosos existen recolectores de base que cumplen un rol relevante. Es fundamental incluirlos, reconocer su conocimiento y acompañarlos en su transición hacia la formalidad, para que sean parte de una cadena productiva más segura y sostenible”.
“El Foro REP nos brinda la posibilidad de compartir experiencias, sensibilizar y trabajar colaborativamente. Cuidar y fortalecer las capacidades instaladas es una tarea colectiva, que requiere visión de futuro, compromiso y responsabilidad compartida entre el Estado, las empresas y la ciudadanía”, concluye Antonio Carracedo Diez, director ejecutivo de Recimat.
“El trabajo conjunto entre el sector público, la industria y la ciudadanía es la única forma de asegurar una gestión realmente responsable de los residuos peligrosos”.