We Techs facilita el acceso a agua potable rural con tecnología de punta y automatización
La empresa fundada por el ingeniero agrónomo Rodrigo Mena ofrece una propuesta de valor para mejorar la gestión del agua a través de la tecnología. Mediante el uso de Internet de las Cosas (IoT) e inteligencia artificial, alcanzó una alianza con AngloAmerican para trabajar con las comunidades rurales aledañas a las plantas mineras. El proyecto ha logrado que sectores de la provincia de Chacabuco, Los Andes y Quillota accedan a agua potable de forma permanente, con un mecanismo de automatización y control a distancia.
La alfombrada cancha de golf donde trabajaba Rodrigo Mena quedó convertida en maleza a causa de la megasequía que afecta al país desde hace 11 años. En ese minuto este ingeniero agrónomo comprendió la magnitud del drama humano. “Me generó angustia, pero lo entendí obviamente más cuando vi cómo era el tema del agua en las comunidades, las cuales perciben que este es un problema sin salida”, dice Mena, quien años después fundó su propia empresa We Techs.
Siempre interesado en buscar soluciones para mitigar los efectos de la escasez hídrica, We Techs nació con el objetivo muy claro: ofrecer una propuesta de valor que hiciera más eficiente la gestión del agua a través de la tecnología. Pero para llegar a emprender su propio proyecto contó con el apoyo de Corfo, Wayra (aceleradora de Telefónica), Fundación Chile y otros inversionistas.
Lo suyo era la implementación de sistemas de automatización y gestión remota del manejo del agua. Comenzó a trabajar con grandes empresas que compraban su servicio y lo usaban todos los meses como Copec, Codelco y Gasco, hasta que se abrió la gran posibilidad de extrapolar su sistema tecnológico a la realidad de las comunidades locales afectadas por la falta de agua.
Tras un levantamiento de capital de riesgo en torno a los dos millones de dólares, We Tech tejió una alianza con AngloAmerican a fines de 2018. Dentro de su estrategia de vinculación territorial en la zona de influencia de sus mineras, la multinacional quería proporcionar una mejoría sustantiva para los comités de agua potable rural (APR) en el acceso al recurso hídrico. Son comunidades que sufren permanentes cortes en el suministro, por lo que muchas veces no tienen posibilidades de cumplir las rutinas básicas de higiene.
“AngloAmerican nos propuso hacer un piloto en una comunidad de agua potable rural. Nosotros adaptamos lo que hacíamos en grandes empresas sanitarias a un APR. En noviembre de 2018 trabajamos con nuestro primer APR, lo automatizamos completamente y le pusimos una sala de control en su oficina, desde donde monitorean todos los puntos de operación que están distribuidos por toda la geografía”, explica Rodrigo Mena, fundador y CEO de We Techs.
Dicho de otro modo, We Techs automatiza todos los procesos que los operadores de agua potable rural hacían manualmente en sus respectivas comunidades: el llenado del estanque, la supervisión del funcionamiento de la bomba y otras. La tecnología empleada es el Internet de las Cosas (IoT), un concepto que refiere a la interconexión de objetos cotidianos con internet.
“Antes el operador se tenía que levantar a las 6 de la mañana para abrir una válvula y llenar el estanque abajo, y así durante el día. Ahora las partidas y paradas del pozo se automatizan de acuerdo a los niveles del estanque. Antiguamente la red se sobrepresionaba; ahora se hace automático ya que lo hacemos desde la nube”, agrega Mena.
“Es mejor maximizar la infraestructura que ya existe y hacerla 100 por ciento eficiente que construir nueva infraestructura”.
Gestión del agua a la distancia
El proyecto de We Techs funciona en todas las comunidades de la zona de influencia de las mineras de AngloAmerican. En total son 120 mil personas de entornos rurales las favorecidas por esta tecnología: corresponden a habitantes de la provincia de Chacabuco, Los Andes y parte de la provincia de Quillota.
En su experiencia de trabajo con AngloAmerican, Mena sacó una conclusión: que el 80 por ciento de la infraestructura que destina el Estado para los comités de agua potable rural está subutilizada. “El Estado invierte en estas estructuras, pero no se usan”, dice el fundador de We Tech, para quien es mucho mejor “maximizar la infraestructura que ya existe y hacerla 100 por ciento eficiente que construir nueva infraestructura”.
Si el programa logra hacer el manejo del agua 100 por ciento eficiente, con la infraestructura que ya existe, “se genera una continuidad operativa que evita los cortes permanentes del suministro y la rotura de matrices”. Según dice, con la aplicación del proyecto, las roturas de matrices han disminuido un 40 por ciento en las comunidades beneficiadas.
En cuanto al uso de Internet de las Cosas sirve para la intercomunicación entre los mismos equipos, y entre los equipos y las personas de las comunidades. “Ha cambiado la forma de relacionamiento con las personas”, asegura Mena.
El sistema funciona así: We Techs levanta la información desde cada punto de operación, sea un pozo o una bomba, y lo sube a la nube. Luego esos datos se procesan y se bajan a los controladores de equipos para generar la automatización. Asimismo, las personas pueden ver en tiempo real y visual el funcionamiento de sus aparatos.
La inteligencia artificial, agrega Mena, engarza perfectamente con la eficiencia deseada en cada proceso. Por eso, generan un proceso para hacer partir a los pozos más eficientes que consumen menos energía, y luego llegar a los pozos menos eficientes que consumen más energía.
En esa misma línea corren las alarmas inteligentes, que avisan cuando los estanques llegan a los limites de su capacidad. ¨Por ejemplo, el programa de We Techs soluciona un problema que sucede muy a menudo: los estanques llegan casi vacíos a la hora del peak de consumo en las casas. “En esos casos el consumo es mayor que la producción; el estanque se vacía y las casas se quedan sin agua. Con nuestro método, llegamos con los estanques llenos a la hora peak de consumo. Actuamos mediante modelos predictivos, de manera que el operador pueda llegar a tiempo si se produce alguna falla”, plantea Rodrigo Mena.
La otra ventaja que tiene el sistema, según Mena, es la transparencia en la información. “No se generan círculos viciosos en que nadie me ve, en que corto el agua y no le aviso a nadie. Como hay salas de control con pantallas, cada usuario ve su cuenta de agua, ve cómo funcionan sus pozos, sus estanques; ven cómo están bombeando el pozo, cuántos litros por segundo”. Es un modelo muy colaborativo”, revela él.
“Los operadores antes no sabían si iban a amanecer con el estanque vacío, estaban estresados. Hoy están más tranquilos. Ellos son clave: más que reemplazar al operador, les damos más herramientas para hacer su trabajo más eficiente”, prosigue Mena.
“Antes el operador se tenía que levantar a las 6 de la mañana para abrir una válvula y llenar el estanque abajo, y así durante el día. Ahora las partidas y paradas del pozo se automatizan de acuerdo a los niveles del estanque. Antiguamente la red se sobrepresionaba; ahora se hace automático ya que lo hacemos desde la nube”.
El escalamiento del proyecto a cinco regiones
“No hay nada más desigual que no tener agua”, afirma Rodrigo Mena. A tanto llega la urgencia por disponer del recurso que la solución inmediata que brinda We Techs ayudó a mejorar de forma prominente la relación entre AngloAmerican y las comunidades aledañas, siempre cruzadas por la desconfianza debido al impacto que las mineras generan.
“Se genera una mejor predisposición a la conversación con la empresa que, para ellos, se ve afectándolos”, indica el CEO de We Techs. El cambio pasa porque los vecinos ven que la empresa, según él, les está entregando no solo dinero, sino soluciones que repercuten en la vida diaria.
De acuerdo a Mena, “es terrible escuchar los relatos de las personas. Sentir que tienen que levantarse a las 3 de la mañana para tener presión en el agua y ducharse; o que tengan que juntar agua en un balde para lavar la ropa. El suministro permanente de agua cambia la visión y genera mesas de trabajo”.
El éxito de esta alianza llevó a We Tech a presentar el proyecto ante el Ministerio de Obras Públicas en noviembre de 2019. La reacción del MOP fue positiva ante la exhibición de los logros. En ese encuentro muy fructífero emergió la iniciativa de llevar este programa de tecnología y automatización a otros comités de agua potable rural de cinco regiones de Chile. Debido a la contingencia por el coronavirus, esta nueva fase aún está en receso.
“El mayor beneficio económico en aplicar este proyecto no es el ahorro energético, sino en enfocar mejor la inversión que hace el Estado en infraestructura y equipos para las comunidades. Ya no es necesario construir un pozo nuevo; hacemos más eficientes los pozos que ya existen”, reitera Mena, para quien la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) maneja “más información para tomar mejores decisiones de inversión”.
Hoy We Techs constituye la mesa nacional del agua junto al sector privado, reparticiones públicas y otros actores para mejorar el acceso del recurso a comunidades más desmedradas. Están en la fase de escalamiento del proyecto.
Sin embargo, Mena aclara que aún existen comunidades con cortes en el suministro, ya que “la megasequía ha profundizado el problema”. Con la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, añade, “es más urgente contar con el suministro de agua para cumplir las medidas de lavado de manos y otras acciones sanitarias”. Y lanza una última reflexión: “Las soluciones convencionales de construir nuevos pozos puede demorar hasta tres años; a través de We Tech el beneficio es inmediato”. Los resultados son evidentes: hay un 25 por ciento menos de consumo eléctrico, y 30 por ciento más de disponibilidad de agua en las zonas involucradas.