Un dicho popular plantea que “la mujer del César no solo debe serlo, sino también parecerlo”. En materia de sostenibilidad, la premisa debiera ser al revés: la economía no solo debe parecer sostenible, sino serlo. Subrayar este punto no es antojadizo, pues se han hecho habituales prácticas como el greenwashing o el socialwashing, donde las empresas usan para su publicidad acciones supuestamente amigables con el medio ambiente o con sentido social, pero que son solo apariencia.
Sobre este punto, la directora ejecutiva de la Fundación Observatorio Fiscal, Jeannette von Wolfersdorff, subraya que la mejor forma de garantizar que una actividad sea realmente sostenible es mediante la transparencia, es decir, que pueda ser medible y monitoreada por la ciudadanía.
Von Wolfersdorff, alemana radicada en Chile, fue la primera mujer en integrar el directorio de la Bolsa de Comercio -cargo al que renunció a fines del año pasado-, y desde comienzos de este año es parte -y presidenta- de la “Comisión Asesora Ministerial para mejorar la Transparencia, Calidad y el Impacto del Gasto Público”, órgano consejero del Ministerio de Hacienda. La especialista ha adquirido mayor notoriedad pública a partir de mayo cuando, junto a un nutrido grupo de personas y organizaciones, lanzó una convocatoria para que las medidas que se impulsaran para la reactivación económica post pandemia tuvieran un carácter sustentable.
Ese llamado a la acción, a aprovechar la crisis y repensar las formas de producir y de consumir, con “mejores estándares de transparencia, tanto desde el Estado como en las empresas e inversionistas”, fue firmado por más de 1. 800 individuos y casi 700 organismos de toda índole. Sin embargo, los grandes gremios empresariales no se han sumado.
En el marco de la Cuarta Semana del Clima, Von Wolfersdorff realizará mañana, a las 10.30 horas, una presentación sobre “Criterios para una reactivación económica sostenible”. La actividad, en formato virtual y organizada por el Programa Regional de Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina (EKLA), de la fundación alemana Konrad Adenauer, es gratuita, previa inscripción (www.semanadelclima.cl).
-¿Cuáles son los criterios que debe contemplar una reactivación sostenible?
En el llamado a la acción que realizamos en mayo señalamos que la reactivación de la economía tiene que ser bajo los principios de la sostenibilidad y de la resiliencia. Eso significa hacerse cargo no solamente de los aspectos pendientes en materia medioambiental y social, sino también de la falta de transparencia que existe en el aspecto de sostenibilidad en los mercados, en las empresas, en los inversionistas, para poder así dar incentivos adecuados.
La gran pregunta es cómo hacer que esta reactivación no sea un concepto teórico de marketing, sino una promesa cuyo cumplimiento todos los ciudadanos podemos ir observando y monitoreando.
Desde mi punto de vista, el principal criterio para una reactivación sostenible es que tiene que ser medible, transparente, con datos claros y criterios confiables, para lo cual ya existe una taxonomía internacional. Aun así, vemos ahora que a nivel mundial, inversionistas, empresas de auditoría, reguladores y distintos stakeholders están justo pidiendo avanzar más allá. Se han creado múltiples sistemas de medición, índices, y estándares a los cuales hace falta darles una base común que permita comparar empresas, con información de calidad. Actualmente, la mayoría de las empresas dicen que son sostenibles, pero ¿cómo definen eso, qué significa en verdad? ¿Significa que contaminan algo menos… o que realmente son sostenibles?
– Esto es válido también para Chile, ¿qué se está haciendo al respecto?
También en Chile, para monitorear cuán sostenible y favorable contra el cambio climático es nuestra reactivación económica -y para saber cuán sostenible es, en general nuestra economía- es necesario crear un estándar que permita comparar empresas, sectores, regiones en materia de sostenibilidad. De ese modo, en el marco de la reactivación, se podría observar cómo esas distintas regiones, rubros y compañías –según tamaño- van evolucionando efectivamente, reactivándose de manera sostenible.
Por ejemplo, por parte del Ejecutivo hemos visto un compromiso de que un 30% de la inversión pública total -presupuestada en general y vía el FondoCovid-, unos 34 mil millones de dólares entre 2020-2022, será bajo criterios de sostenibilidad; se entiende que en materia de obras públicas habrá obras que son de economía circular, otras que contribuyen a la NDC (compromisos nacionales en el contexto del Acuerdo de París), y otras que sencillamente tienen que cumplir el marco normativo actual en materia medioambiental y social. Pero no hay más detalles.
En este sentido, es importante hacer un llamado al Ejecutivo para que pronto le diga a la ciudadanía cómo podremos monitorear esa inversión, cuáles son los indicadores clave (KPIs) para ver cómo vamos a definir la sostenibilidad de esas obras públicas y poder comprobar que, efectivamente, lo que se va financiando y ejecutando responde a criterios sostenibles. Sabemos que el Ministerio de Hacienda, a través de su Mesa de Finanzas Verdes, se encuentra trabajando en el desarrollo de una Plan de Acción para desarrollar una taxonomía de actividades verdes que se espera entregar durante el primer semestre del próximo año. Asimismo, el Ministerio de Medio Ambiente ha estado abordando en específico el tema de la infraestructura pública en respecto a su sostenibilidad, y se sabe que hay una mesa de trabajo con la dirección de OO.PP. con el objetivo de tener indicadores. Pero el llamado es a tenerlos ahora, a no esperar más, para poder iniciar ya el monitoreo desde la ciudadanía.