Seguridad alimentaria, medio ambiente y economía: las prioridades del consumidor post Covid-19
El medio ambiente, como principal preocupación, cayó al segundo lugar con un 49%, mientras que la preocupación por los problemas económicos se instala en tercer lugar, pasando de un 40% en 2019 a un 47% en 2020, lo que refleja una preocupación generalizada por el impacto de la pandemia en la economía, en particular en el empleo. El Covid-19, señala la publicación, ha transformado el panorama del consumidor.
Las primeras imágenes tras la declaratoria de la pandemia por Covid-19 alrededor de todo el mundo daban cuenta de un fenómeno común: supermercados y almacenes prácticamente desabastecidos frente a la necesidad de los ciudadanos de acaparar la mayor cantidad de alimentos posible frente a un escenario incierto, tanto en el tiempo como en la profundidad de la crisis. A ello le siguieron pronto las ollas comunes en Chile y las cocinas populares en Tailandia para ayudar a los miles de desempleados del turismo, o las banderas rojas colgadas en las ventanas de Colombia que pedían ayuda porque no había alimentos en casa, o las ong’s repartiendo alimentos a miles de personas en Nigeria, África. En julio de 2020, un informe de la ONU advirtió que a raíz de la pandemia podrían aumentar en 130 millones el número de personas afectadas por el hambre crónica en todo el mundo.
Como no ocurría hace décadas, de la mano del temor por el contagio y el quiebre en las cadenas globales de abastecimiento, la seguridad alimentaria se transformó en la principal preocupación de millones de personas en todo el globo. Y eso se reflejó rápidamente en el consumo. Así lo demuestra el Índice Tetra Pak 2020, recientemente lanzado por la multinacional sueca, publicación que desde hace 13 años da cuenta de las tendencias, preferencias y conductas de los consumidores en todo el globo. Si hasta 2019 la principal preocupación de las personas era el medio ambiente (63%), en 2020 el Covid-19 es el problema más urgente (64%) y el 68% de los consumidores están de acuerdo en que la seguridad alimentaria es una preocupación importante para la sociedad.
El medio ambiente, como principal preocupación, cayó al segundo lugar con un 49%, mientras que la preocupación por los problemas económicos se instala en tercer lugar, pasando de un 40% en 2019 a un 47% en 2020, lo que refleja una preocupación generalizada por el impacto de la pandemia en la economía, en particular en el empleo. El Covid-19, señala la publicación, ha transformado el panorama del consumidor.
Para Adolfo Orive, presidente y director ejecutivo de Tetra Pak, la pandemia ha transformado el status quo en todo el mundo, “ha acelerado las tendencias y ha creado un nuevo panorama de preocupaciones y necesidades de los consumidores, redefiniendo las reglas básicas para la industria y creando nuevos paradigmas”, afirma en la presentación del estudio.
Esto se refleja en que la seguridad alimentaria, dice, ascendió rápidamente en la lista de prioridades de los consumidores, para quienes además no se trata solo de una responsabilidad de los fabricantes, sino que debe transformarse en su prioridad. Pero, al mismo tiempo, agrega, la preocupación por el medio ambiente sigue siendo sorprendentemente poderosa. “Es cierto que ha sido relegado al segundo lugar de las preocupaciones de los consumidores globales por el Covid-19, pero todavía está sustancialmente por delante de todo los demás, con más de dos tercios de consumidores que creen que debemos cambiar nuestros hábitos rápidamente para mitigar un mayor impacto ambiental”, señala.
El Covid-19, señala el estudio, ha influido claramente en el comportamiento de las personas. La conciencia del virus generó una mayor demanda de productos de salud preventiva (el 45% de los consumidores europeos agregó más nutrientes a su dieta, y el 29% se interesó en alimentos que ayuden a su sistema inmunológico); la incertidumbre sobre el futuro llevó al almacenamiento y a un mayor sentido de resposabilidad por la seguridad alimentaria; y existe un fuerte enfoque en la higiene, que lleva a la preferencia por productos envasados, entre otros.
“La pandemia ha acelerado las tendencias y ha creado un nuevo panorama de preocupaciones y necesidades de los consumidores, redefiniendo las reglas básicas para la industria y creando nuevos paradigmas”
En cuanto a este último punto, el rol de los envases, los consumidores nuevamente vuelven a poner la seguridad alimentaria en primer lugar. En particular, creen que el empaque debe garantizar que el producto esté libre de contaminación (71%) y que esté bien protegido (70%). De hecho, las seis características principales de los envases consideran más importantes se relacionan con la seguridad alimentaria; la protección del contenido durante más tiempo y la garantía de higiene también obtienen una puntuación alta. La principal característica ambiental, la reciclabilidad, ocupa el séptimo lugar con un 41%.
“Los datos revelan que la seguridad alimentaria es una fuente creciente de ansiedad para los consumidores en todo el mundo (…) Los consumidores han dado a las empresas un mandato claro para liderar con soluciones que tranquilicen a las personas sobre los alimentos que consumen, resuelvan de manera tangible los desafíos del cambio climático y los envases, y aborden el desperdicio de alimentos, todo lo cual debe superarse para que tengamos un futuro”, afirma Dan Esty, profesor de la universidad de Yale y uno de los analistas del reporte.
Mejorar la confianza y reducir el desperdicio de alimentos
Este cambio en el comportamiento de los consumidores ha puesto a la confianza en la información como uno de los ejes centrales. Según los hallazgos del Índice Tetra Pak 2020, “la confianza claramente es un problema, particularmente en un momento la información errónea es frecuente”.
De acuerdo a los datos recogidos, una abrumadora mayoría de los consumidores responsabiliza a los fabricantes de la seguridad alimentaria (con un 55%, muy por delante del gobierno, que le sigue con un 45%). “Sin embargo -agrega el reporte-, hay relativamente poca confianza en ellos como proveedores de información sobre el tema. Están muy por debajo de los médicos, científicos y ong’s, y menos de una cuarta parte (23%) de los encuestados los considera confiables en materia de seguridad alimentaria”.
Esto ya había sido reflejado por el Barómetro de Confianza Edelman 2020, que había señalado que la actual crisis de confianza pública está empeorando, a lo que se suma una creciente sensación de inequidad y temor por el futuro. “Las empresas deben tomar la iniciativa para resolver la paradoja de la confianza porque tienen mayor libertad para actuar. La confianza está indiscutiblemente ligada a hacer lo correcto”, señaló el barómetro en sus conclusiones.
Otro factor que aparece con fuerza en el Índice, empujado por la crisis del Covid-19 y los problemas en las cadenas de abastecimiento, es un aumento en la preocupación de las personas por el desperdicio de alimentos. “Más de tres cuartas partes de los consumidores (77%), ahora ven el desperdicio de alimentos como una preocupación, y limitarlo se considera una de las tres prioridades principales para los fabricantes”, señala el reporte.
De hecho, cuando se les preguntó en qué problemas globales creían que podían tener un impacto como individuos, el 47% eligió “prevenir el desperdicio de alimentos”, seguido de un 40% por “plástico de un solo uso” y el 37% por “lidiar con los desperdicios de envases”.
“La pandemia de Covid-19 ha alterado el status quo, creando un nuevo panorama paradójico de preocupaciones y necesidades de los consumidores, donde los límites tradicionales se están volviendo cada vez más borrosos a medida que los problemas relacionados con la alimentación, las personas y el planeta se entrelazan más”, concluye el reporte.
Preocupación por el medio ambiente sigue alta
Aunque la pandemia y los problemas económicos se elevaron con fuerza en el Índice Tetra Pak 2020 entre las principales preocupaciones de la sociedad, la preocupación por el medio ambiente sigue siendo muy fuerte. De hecho, incluso más consumidores que el año pasado creen que nos dirigimos hacia un desastre ambiental a menos que cambiemos nuestros hábitos rápidamente (67% versus 66%).
“Además, casi dos tercios (63%) dicen que los confinamientos pandémicos han traído mejoras ambientales que les gustaría que se mantuvieran. Esto sugiere un deseo por el cambio, y oportunidades para un espíritu e iniciativas de ‘reconstruir mejor”, afirma el reporte. No obstante, advierte, hay un conjunto significativo “en los países emergentes que dicen estar hartos del escándalo que se hace acerca del medio ambiente, lo que representa aproximadamente un tercio de los consumidores en India, Nigeria y Pakistán”.
Sin embargo, se trata de excepciones a la regla general. “Incluso en medio de una crisis de salud mundial, la preocupación de los consumidores por los desastres ambientales sigue siendo alta, lo que confirma el entendimiento de que los problemas están entrelazados de manera difusa. Los datos muestran que las personas comprenden los desafíos que enfrentan y la urgencia de tomar medidas, y que la transición a sociedades con bajo desperdicio de alimentos y sistemas alimentarios seguros y sostenibles, presenta oportunidades tanto para su salud como para la salud planetaria”, afirma Johan Rockström, director del Instituto Potsdam para Investigación del Impacto Climático, al comentar el informe.
Y en esa línea, en el ámbito de acción de los consumidores, estos creen que claramente las actitudes hacia la sostenibilidad y los envases van de la mano. Su visión de una persona respetuosa con el medio ambiente es aquella que recicla (63%), evita el plástico (58%) y compra productos sin un embalaje mínimo (47%). De hecho, a las personas parece no gustarles el embalaje excesivo: el 57% de los consumidores de todo el mundo afirman que es probable que eviten los productos que tienen muchos envasados, con China (71%), India (60%) y Reino Unido (59%) a la cabeza.
No obstante, aún persiste un conflicto entre el deseo declarado por los consumidores, y lo que están dispuestos a gastar o puede pagar: el costo es considerado la mayor barrera para un estilo de vida más respetuoso con el medio ambiente, con un 43% de los consumidores que piensan que un “envase ecológico” es más caro y que transmite una sensación de “producto premium”.
El costo es una barrera aún más apremiante hoy en día. “Los datos recientes muestran que los consumidores se alejan del precio superior de los productos sostenibles; la higiene y la sostenibilidad no son insignificantes, pero parecen secundarias, ya que los consumidores buscan productos que les permitan ahorrar dinero”, afirma el reporte.
En definitiva, seña el Índice Tetra Pak 2020 en sus conclusiones, la pandemia de Covid-19 ha alterado el status quo, creando un nuevo panorama paradójico de preocupaciones y necesidades de los consumidores, donde los límites tradicionales se están volviendo cada vez más borrosos a medida que los problemas relacionados con la alimentación, las personas y el planeta se entrelazan más.
“La convergencia de la salud y el medio ambiente que observamos en el índice del año pasado -afirma- ha crecido para abarcar otras preocupaciones, a medida que los problemas de las personas y del planeta se superponen cada vez más. La salud ahora está vinculada con cuestiones relacionadas con la seguridad e higiene alimentaria. En el otro lado de la ecuación, la preocupación constante por el medio ambiente está relacionada con otros problemas de sostenibilidad, en particular el desperdicio de alimentos y un mayor sentido de comunidad”.