PET, el plástico que abunda en Chile pero que hoy se debe importar para sostener una industria de reciclaje clave para la Ley REP
El Tereftalato de Polietileno (PET) es un plástico 100% reciclable que se usa principalmente en la fabricación de botellas. Cada año ingresan al país más de 55 mil toneladas de este material virgen y menos de un 15% vuelve a ser utilizado, mientras que empresas que usan PET reciclado (rPET) como materia prima se ven obligados a importar más de 10 mil toneladas para abastecer sus fábricas. El decreto que regula la Ley REP para el sector Envases y Embalajes, cuyo anteproyecto acaba de ser publicado, debiera ayudar a aumentar las cantidades recicladas y dejar ese tipo de importaciones en el pasado.
En el mundo, y en Chile, existe hoy una fuerte ofensiva en contra de los productos plásticos de un solo uso, que busca eliminar del mercado aquellos envases y utensilos de corta vida que tras un uso puntual -como los revolvedores de café o las cucharas plásticas- terminan rápidamente en la basura. Pero hay otros plásticos que a veces caen en esta categoría, como el Tereftalato de Polietileno(conocido como PET), que no solamente es completamente reciclable, sino que además sostiene una creciente industria en torno a su reciclaje. Por ello, eliminarlo no solo genera contaminación, sino que además es un desperdicio de dinero y materias primas.
Las cifras al respecto son elocuentes. Según estimaciones de la Asociación de Industriales del Plástico (Asipla), cada año se usan en el país más de 55 mil toneladas de PET virgen para la fabricación de botellas de bebidas, jugo, agua y otros líquidos. Tras su consumo, menos del 15% de ese total llega a plantas de reciclaje para ser transformado en PET reciclado (rPET) y ser usado en nuevos envases y otros productos.
Según un estudio reciente de Asipla sobre reciclaje de plástico en Chile, el PET de origen domiciliario reciclado no alcanza las 8 mil toneladas al año (7.889 toneladas). Por otra parte, desde hace años en el país hay fábricas que utilizan el rPET como materia prima, pero como la recuperación en Chile es tan baja, deben importar más de 10 mil toneladas al año de plástico reciclado. En simple: de desechos y envases recuperados en otros países.
Según los especialistas, el problema está en una deficiencia en los sistemas de recolección de los envases de PET usados, por varios factores: falta de educación y cultura de reciclaje, inexistencia de incentivos para aprovechar el recurso, escasez de normativa que apunte a fomentar y fiscalizar estos procesos, entre otros.
“Necesitamos implementar un sistema de mayor alcance para la recolección de residuos reciclables, porque lo que existe son operaciones que están atomizadas. En TriCiclos manejamos la red más amplia de recolección de materiales reciclable (puntos limpios) y lo que manejamos, comparado con el total, es bajísimo, porque todavía no entra en vigor la Ley REP y esto no es obligatorio”, explica Verónica de la Cerda, gerenta general de TriCiclos.
La implemenótacin de la Ley REP, de hecho, debiera cambiar este panorama. Según la gerenta general de Asipla, Magdalena Balcells, “a nivel de la industria de los alimentos y bebidas se está planteando tener un sistema donde el fuerte del volumen (de material para reciclar) no va a venir de los puntos limpios, que si bien son muy útiles a la hora de sensibilizar y enseñar, no generan volumen. Este se genera con recolección segregada, es decir, retirando los residuos desde los hogares por grupos separados, por una parte la basura y por otra todo lo que es reciclable, donde el plástico en general -y el PET en particular- tienen un tremendo potencial”.
“Estamos convencidos de que al alero de la Ley REP van a empezar a producirse cambios más rápidos, porque va a haber una exigencia en cuanto a la recuperación y la valorización de los materiales, y a nivel domiciliario el PET es clave porque es fácilmente identificable”
Felipe Dutilh es el gerente general de la principal planta recicladora de PET en Chile, Recipet, y de la fábrica de envases Typack, líder en uso de rPET. Según afirma, hoy “estamos atrasados 30 años en comparación con países desarrollados donde el reciclaje está incorporado en su cultura, que no tienen vertederos ni rellenos sanitarios porque la basura se separa y sigue un camino virtuoso que es el de la economía circular de los distintos materiales prioritarios (plásticos, vidrios, metales, cartón, etc.), que se reciclan o se utilizan para generar energía”.
“Tenemos casos como Alemania, donde el 90% del plástico es reciclado, o los países nórdicos, incluso sobre el 95%. En Chile el reciclaje es menor al 10%, algo que es preocupante”.
Dutilh comenta que en Recipet compran entre 5 mil y 8 mil toneladas de botellas de PET post consumo al año (casi el total de lo que se recicla a nivel domiciliario) para transformarlas en hojuelas de rPET, materia prima para otros productos. Antes importaban una buena cantidad de botellas desde otros países de la región, pero no es lo óptimo, porque “hay toda una logística, condiciones de pago, internaciones, a veces el material no llega en buen estado”, por lo que este año están haciendo un esfuerzo por reciclar solo material nacional y no han procesado “ninguna botella post consumo extranjera”.
A la espera de que entre en operaciones la Ley REP
Este problema de recolección de las botellas de PET post consumo provoca que en Recipet, así como en otras plantas recicladoras nacionales, exista capacidad ociosa. Es decir, se podrían reciclar muchas más botellas. Según el citado estudio de Asipla, para plásticos en general (no solo PET, tambiénPolietileno, PE, y Polipropileno, PP) solamente se ocupa el 48% de la capacidad instalada de molienda, y el 57% en el caso de la peletización.
Esto es una gran oportunidad, a juicio de la gerenta general de Asipla, Magdalena Balcells, porque significa que “tenemos capacidad disponible para reciclar el doble, sin hacer nada más que asegurar que llegue el material en condiciones óptimas a los distintos centros de reciclaje”.
La recolección debiera mejorar significativamente, dice Balcells, una vez que entre en vigencia la Ley Marco para la Gestión de Residuos, la Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley 20.920, conocida como Ley REP), firmada en 2016 y que establece que los productores deben responsabilizarse de que un porcentaje de los materiales que usan sean reciclados y vuelvan a las cadenas productivas.
“Estamos convencidos de que al alero de la Ley REP van a empezar a producirse cambios más rápidos, porque va a haber una exigencia en cuanto a la recuperación y la valorización de los materiales, y a nivel domiciliario el PET es clave porque es fácilmente identificable (se distingue por el símbolo de un número 1 en medio de una triángulo hecho de tres flechas)”, dice Balcells.
La aplicación de esta ley se ha demorado debido a la tramitación de los reglamentos para cada material; ya está vigente el que regula los neumáticos y recién se publicó el anteproyecto del que regula los envases y embalajes, que regulara por primera vez a productos de consumo masivo donde se incluyen los plásticos y establece metas de recuperación y valorización hasta el año 2030.
“El PET industrial actualmente se recicla casi un 100%, no necesita intervención, ahí opera el mercado. En cambio, en el caso del PET post consumo domiciliario el porcentaje de reciclaje es bajísimo”
Según Verónica de la Cerda, de TriCiclos, “existe una necesidad de sofisticación en la industria de envases y embalajes para incorporar material reciclado y para encontrar más salidas que sean aún más sustentables”. En el caso del plástico, agrega, como está hecho de petróleo, “es un recurso natural bien importante y lo último que deberíamos hacer es utilizarlo en algo de un solo uso; necesitamos reincorporarlo en la cadena productiva y que no termine en la naturaleza”.
Al respecto, Felipe Dutilh, gerente de Recipet, es optimista. “Creo que la Ley REP va a ayudar mucho y deberíamos llegar, cuando ya esté en régimen, a 60% de reciclaje en unos ocho años si queremos subirnos al carro de países desarrollados y con metas ambiciosas”, afirma. No obstante, advierte que en el caso del PET, hay que ser cuidadosos al momento de establecer las metas y no mezclar los dos principales orígenes de este material: domiciliario e industrial.
“Las empresas que generan un PET post consumo debido a fallas de calidad no lo tiran a un vertedero, está todo en valor y nos lo venden a nosotros (Recipet) o a otro. El PET industrial actualmente se recicla casi un 100%, no necesita intervención, ahí opera el mercado. En cambio, en el caso del PET post consumo domiciliario el porcentaje de reciclaje es bajísimo”.
Material importado
En las plantas de reciclado como Recipet las botellas post consumo son procesadas para convertirlas en hojuelas de rPET, y esto es lo que se usa para fabricar nuevos productos. En el caso de Typack son utilizadas para la elaboración de distintos tipos de envases, como cestos, bandejas y clamshells (cajas tipo ostra) para fruta fresca, tanto para consumo interno como para exportación. En este último caso, algunos países que importan fruta chilena son cada vez más exigentes con los requisitos de los envases, que deben contener un porcentaje de material reciclado, según comenta Magdalena Balcells, de Asipla.
Pero la producción de hojuelas de Recipet no es suficiente para cubrir la demanda de Typack y otros de sus clientes, por lo que deben importar hojuelas de rPET y también material virgen, generalmente desde China o India.
Como el PET, al igual que los otros plásticos, está hecho de petróleo, el precio del material virgen está sujeto a los vaivenes de la economía internacional, explica Dutilh. “Está muy ligado al precio del petróleo; cuando este está en las nubes, el PET virgen está en las nubes”. Por eso, en general el rPET es mucho más barato. Y respecto al costo ambiental, antes de ingresar a la línea de producción “la huella de carbono de PET virgen en planta es mucho mayor que un reciclado”.
Otra empresa que debe importa hojuelas de rPET para su producción en Chile es Fromm, fabricante suizo líder en sistemas de embalaje para transporte, donde destacan los zunchos (huinchas para asegurar mercadería) de PET reciclado. El Director de Fromm para Latinoamérica, Aldo Arias, comenta que cuando tomaron la decisión de instalarse en Chile, en 2006, tenían información de que el reciclaje empezaba a ser importante en el país, “que se iban a hacer leyes para reciclar, montar sistemas marco para poder captar los residuos”, pero eso no ocurrió y debieron importar su materia prima.
“En Chile las botellas van a dar a los rellenos sanitarios, a las plazas, a los ríos, a las playas, al mar, a las calles, al campo, es impresionante”.
En 13 años eso no ha cambiado. “Sigue siendo un problema, igual que el día uno. No ha mejorado en nada la cantidad de PET reciclado disponible en Chile, sigue siendo ridículamente pequeña”.
Mientras tanto, Fromm ha aumentado su producción de zunchos, por lo que cada vez importa más rPET. Al principio producían entre 200 y 250 toneladas al mes, cifras que se han elevado a 500-600 toneladas. Como la producción es prácticamente uno a uno, requiere 600 toneladas mensuales de rPET. De esas, unas 300 las trae de Alemania, de la empresa Texplast del mismo holding; otras 200 llegan de proveedores en Latinoamérica (Argentina, Perú Ecuador, Colombia, México); y solo 100 las consigue en Chile.
Aldo Arias hace un cálculo simple y concluye que a Fromm Chile le alcanzaría para cubrir su producción total con el reciclaje de tan solo el 15% del PET virgen que ingresa al país para botellas (más de 55 mil toneladas). Frente a esto, el ejecutivo lamenta el panorama y la falta de reciclaje: “En Chile las botellas van a dar a los rellenos sanitarios, a las plazas, a los ríos, a las playas, al mar, a las calles, al campo, es impresionante”.
Múltiples ventajas
El director de Fromm en Chile comenta que antes los zunchos eran metálicos, principalmente de acero, pero gracias a las múltiples ventajas que presenta el PET, a su empresa le ha sido muy fácil reemplazar casi por completo los zunchos de acero en el mercado. “Producir un kilo de rPET es mucho más económico que producir un kilo de acero, es más eficiente y más amigable con el medio ambiente, por el gasto energético y por el residuo que se genera”.
“Desde el punto de vista del usuario final, el PET ofrece casi la misma resistencia que el acero pero es 5 a 6 veces más liviano, con lo que el tema logístico y el transporte cambia; el PET no se oxida en cambio el acero sí y contamina los materiales, su elongación permite adaptarse a la forma de los materiales y evitar que se suelten, dando mayor seguridad. Además, es mucho más inseguro trabajar con acero por el peligro de heridas, que se caiga, se entierre; todo eso con el PET se elimina”, menciona Arias, entre otros beneficios.
En esta misma línea, las conclusiones del mencionado estudio de Asipla destacan que el reciclaje de materiales plásticos genera menores emisiones de CO2 y supone un ahorro de agua y energía, además de crear empleos.
Otro ejemplo exitoso de uso de rPET es el de la empresa Foss, líder mundial en elaboración de fibras para alfombrado en la industria automotriz y algunos tipos de embarcaciones. Rodrigo Bejarano, empresario que trajo la marca a Chile hace poco más de un año, cuenta que Foss comenzó en Estados Unidos a fines de los ’60 como una idea pionera de usar el material de las botellas plásticas usadas para fabricar otros productos. La empresa desarrolló la Eco-fi, una fibra con la que actualmente fabrica alfombras, muebles para terrazas, ropa, zapatillas, entre otros.
Bejarano, quien distribuye en el país las alfombras de Foss -cuya certificación establece que están hechas con un mínimo de 95% de PET post consumo-, comenta que las ventajas del rPET han permitido su fácil introducción al mercado. “Es resistente a la humedad, a las manchas, y a la radiación UV”, y en el caso de las alfombras, el precio es similar a un producto convencional y, dependiendo del gramaje, puede ser incluso más conveniente.
“Existe una necesidad de sofisticación en la industria de envases y embalajes para incorporar material reciclado y para encontrar más salidas que sean aún más sustentables”
Además, dice Bejarano, el cliente final valora los productos más ecológicos. “Esto no es un tema país, es un tema planeta, uno no puede decir que el cambio climático o el plástico en los océanos es de un solo país, las nuevas generaciones están teniendo mucha más conciencia y están prefiriendo este tipo de productos hechos con material reciclado”.
El empresario comenta que si bien ha pensado en fabricar las alfombras en Chile actualmente no se dan las condiciones por falta de materia prima, es decir rPET. “Para un metro cuadrado se necesitan 70 botellas, por lo que requieres una importante cadena de abastecimiento. Instalar la infraestructura es una inversión grande y no se puede realizar si no tienes garantizada la materia prima”.
Multas, prendas e incentivos
Los principales desafíos a corto y mediano plazo en materia de reciclaje de plásticos, sostiene la gerente general de Asipla, Magdalena Balcells, son los siguientes: aumentar la educación y sensibilización de la población; mejorar la recolección, considerando que a nivel logístico el país es complejo; ajustar la coordinación de todos los actores (sistema de gestión); y asegurar, en materia tecnológica y regulatoria, la incorporación de materia prima reciclada a los procesos productivos. En el caso del rPET, un asunto por resolver es su uso para la fabricación de nuevas botellas.
En la Ley REP, dice Balcells, se contemplan una serie de incentivos para que las empresas realicen acciones necesarias para valorizar y recuperar parte del material que pusieron en el mercado, especialmente en el ámbito de la enseñanza y la recolección.
Según el gerente de Recipet, Felipe Dutilh, para lograr esos objetivos también debe haber mucho esfuerzo de las municipalidades, de las autoridades en general, y se requiere de sistemas de gestión eficientes, que aseguren la recolección por parte de las empresas productoras y la trazabilidad del proceso.
Para Aldo Arias, Director de Fromm Chile, en cuya planta en Quilicura se firmó en 2016 la Ley REP, la normativa no va a servir si no hay fiscalización o no contempla sanciones. Asimismo, considera que ha faltado voluntad política para impulsar un cambio real y promover una cultura del reciclaje, frente a lo cual pone como ejemplo lo que se ha hecho en varios países de Europa, “donde hace 50 años decidieron penalizar a quienes no actuaran de acuerdo a las medidas de protección del medio ambiente y así, si por ejemplo botas una botella o un vaso plástico donde no corresponde te aplican una multa”.
El ejecutivo añade que si bien la educación es necesaria para sensibilizar, no es suficiente para lograr un cambio de conducta. “Los residuos se pueden segregar en el origen, en la casa, pero no lo hacemos porque nadie nos obliga a hacerlo”.
Para lograr ese cambio, Arias cree que hay varios modelos de reciclaje inteligente que se pueden aplicar en Chile y que han dado buenos resultados en otros países. Uno de ellos es poner una prenda a las botellas, es decir, su precio de venta es un poco más alto porque considera un monto que el vendedor retiene hasta que el comprador le devuelve el envase; el vendedor acopia las botellas usadas y luego el reciclador se las compra en volúmenes considerables. En Chile, dice, cuesta aplicar este tipo de medidas porque “imponer multas o prendas tiene un costo político grande porque el consumidor va a tener que pagar, y los políticos no están dispuestos a asumir ese costo”.