Mañana, en Casa Piedra, se realizará el XIX Encuentro de Desarrollo Sostenible de Acción Empresas, organización que reúne a 135 empresas que, en conjunto, suman cerca del 16% del PIB del país. Será un encuentro, dice la gerenta general de Acción, Marcela Bravo, para desafiarlas y movilizarlas a que tomen acción, en un escenario de crisis producto del cambio climático.
Si el año pasado este encuentro tuvo como foco principal explicar a través de expertos científicos la importancia y gravedad de este desafío –lo que derivó luego en la realización de un estudio sobre la adaptación de las empresas al cambio climático y la creación de dos programas de trabajo en esta materia-, la rapidez con que se están generando los cambios y el impulso que ha dado a esta temática la realización de la COP25 en Chile lleva a que hoy el llamado a las empresas sea a ponerse a trabajar.
“Este año el mensaje es de un sentido de urgencia mayor, un “SOS” ante la crisis climática.
Creo que es tanto lo que avanza, tanta la rapidez, que creo que a este sentido de urgencia si no le llamamos crisis, de decir ‘de verdad reaccionen’, no va a pasar. Y nosotros sentimos la obligación de que las empresas vayan cambiando no paulatinamente, sino que se transformen. Que hagan un switch rápido”, dice Marcela Bravo.
¿Cómo se debiera generar esto?
La pregunta es qué hacen las empresas: las empresas producen de una manera ‘x’, y la urgencia está en que esa manera en que producen se la cuestionen y la cambien. Cómo estoy usando los recursos, cómo uso la energía, el agua. Qué tipo de bienes son los que estoy poniendo en el mercado. Y por otro lado, nos preocupa también el consumidor, que es el que decide y el que compra, y si no lo compra las empresas lo van a cambiar. Entonces el rol fue llamar también a que el consumidor ejerza su rol.
¿Ese rol pasa solo por la decisión de compra, o se trata de una responsabilidad personal en todos los ámbitos, desde todas sus facetas en la sociedad?
Pasa porque exija. Y el consumidor no puede solo alegar, es parte de la solución también porque ese consumidor también trabaja en una empresa, y tiene que hacer las cosas con mucha más conciencia. Aquí el cambio pasa finalmente por las personas. Cuando en una empresa hay un líder que hizo ‘click’ y se compra el tema y entiende su responsabilidad, y conoce además el propósito de esa organización y que se espera de ella, ves que toda la empresa se empieza a entusiasmar. Siento que genuinamente todas las personas tenemos ansias de eso, pero hemos tomado como un rol que se juega en la empresa y después está la vida. No, uno vive en la empresa y el impacto lo puede hacer desde ahí mismo. Las empresas están formadas por personas, y esas personas estamos llamadas a hacer las cosas distinto a como las hemos venido haciendo hasta ahora.
Este año se ha acelerado este proceso, ¿ve en la COP25 un catalizador de esto?
Yo creo que la COP aceleró el proceso, y además porque el cambio climático hizo que las personas empezaran a ver este tema en documentales, en matinales, en todas partes. Desde hechos como las sequías y los incendios hasta cómo y qué consumimos. Esto ya está en el lenguaje de la calle, en lo cotidiano. En parte creo que ha sido porque los medios han entendido que este es un tema relevante para las personas, para la vida misma, pero también porque el hecho de que vayamos a ser los anfitriones de la COP ha instalado el tema. Así y todo, siento una especie de negación en algunas personas, que dicen ‘ya nos están pidiendo más ambición, pero esto hay que compatibilizarlo, tiene que ser de una manera más gradual’. Yo entiendo que no podemos ser irresponsables de perjudicar la economía a un nivel que nos termine dañando, pero si tengo que ser consciente de cuánto esfuerzo puedo poner para de verdad hacer las cosas distinto.