Karu: maceteros de caucho reciclado que no generan hongos y mantienen la aislación térmica
Menos de un año lleva Alexis Torres con Karu Reciclaje, una empresa familiar que advirtió las ventajas de sembrar una planta en un macetero sobre la base de este material. Hay de distintos tamaños y colores, y con ello evita que miles de neumáticos vayan a parar a los vertederos o a los mares. El proyecto funciona en la propia casa del emprendedor, que pretende crear una nueva línea de productos con este material, como bancas y posavasos.
Alexis Torres ríe al advertir que vive en El Bosque y tiene un emprendimiento verde. Tras varios aprendizajes, logró fundar hace menos de un año Karu Reciclaje, emprendimiento que gestiona desde su propia casa en el paradero 28 de Gran Avenida.
Junto a su hijo de seis años y su esposa, conformaron esta empresa que fabrica maceteros hechos con caucho reciclado de neumáticos. Él partió haciendo palmetas anti golpes con este material, de esas típicas que se encuentran en las plazas, pero al tiempo conoció una técnica para moldear hasta llegar a un prototipo.
“Al principio me costó hacerlo porque después de moldear, el producto amanecía como chocolate derretido. Tuve dos meses de ensayo a prueba y error hasta lograr un macetero durable y resistente. Uno los hace rebotar contra la pared y rebotan, no les pasa nada”, dice Torres, quien contó con la ayuda de su hijo para hacer los primeros moldes.
Por ahora, el emprendedor trabaja con una empresa que le provee el caucho ya molido, pero su pretensión es realizar el proceso completo. “La idea a largo plazo es recibir el neumático, reciclarlo, molerlo y hacer el macetero; a corto plazo ya estamos diseñando nuevos productos como bancas y posavasos”, detalla el fundador de Karu Reciclaje.
Según Torres, el macetero de caucho posee varias ventajas sobre otros construidos en base a plástico o cemento. De partida, indica, “el caucho es muy resistente, no genera hongos y tiene propiedades de aislación térmica”. Como el caucho es granulado, asegura, este macetero no requiere un orificio para botar el exceso de agua en la planta, porque “lo drena de forma natural”.
Una vez este egresado de auditoría le vendió un macetero a una amiga. Ella hizo una suerte de experimento: sembró una planta de un mismo tamaño en dos macetas distintas, una Karu y otra de otro material. ¿El resultado? “La planta de nuestros maceteros creció cuatro centímetros más. No sé si esa habrá sido la única razón, pero es un indicador”, apunta Alexis Torres.
“El caucho es muy resistente, no genera hongos y tiene propiedades de aislación térmica. Tampoco requiere hacer un orificio porque como el caucho es granulado, el agua drena naturalmente”.
Pese a que en el colegio ya reciclaba, Torres recién se embarcó en su propio proyecto sustentable en 2018. Consciente del impacto ambiental que generan los neumáticos, él siente que de alguna manera evita que este material termine en los mares o los vertederos. “Ahora el porcentaje de reciclaje de los neumáticos ha aumentado a un 10 por ciento, pero todo el resto se bota y eso es preocupante”, sostiene.
El negocio fue bien evaluado por el Centro de Negocios Sercotec San Bernardo, una entidad que le brinda asesorías y permanentes capacitaciones para mejorar la calidad del producto. “Estamos orgullosos de lo que ha logrado Alexis y Karu Reciclaje en el tiempo que lleva como cliente de nuestro Centro. La reutilización de neumáticos convirtiéndolos en estos maceteros, que sacan el máximo provecho a las características propias del caucho, nos parece una buena forma de darle un uso a un material, que de otra forma, sólo contaminaría nuestro ambiente”, indica Romain Charnay, director del Centro de Negocios Sercotec San Bernardo.
Torres ofrece sus maceteros sustentables (la cuenta de Instagram es @karureciclaje) vía online y en ferias. Preocupado del tema estético, los hay de diferentes tamaños y colores, por lo que también les llama “artesanía decorativa”. Los pinta con un pigmento en polvo especialmente adaptado para el caucho reciclado que no provoca daño medioambiental “porque no se le puede poner cualquier pintura”. Los precios van desde los 1.500 pesos en adelante, en formato souvenir y viene con la planta incluida. “Había gente que quería listos para regalar o para su propia casa, así que integré la opción de venderlos con plantas, pero también vendo los maceteros solos”, explica. Las más requeridas son las calas y suculentas.
Desde su casa de El Bosque, todavía cuenta con la ayuda de su pequeño y de su esposa educadora de párvulos para hacer los moldes de los maceteros. “Mi hijo ya lleva como dos buzos manchados ayudándome, esta es una empresa familiar”, cierra.