A las 23.15 horas de ayer, Leticia Silva Valdés, vocera de Fundación Ecolety, se hallaba protestando por el crimen de la joven Ámbar Cornejo y por todas las mujeres víctimas de la violencia de género. Hace 10 años, esa situación de vulnerabilidad la llevó a ella y a otras mujeres a crear Fundación Ecolety, un proyecto de desarrollo sustentable con identidad de género y promotor del emprendimiento social que tiene domicilio en la comuna de San Bernardo.
“Nosotras somos mujeres que venimos con dificultades por el tema de la violencia. Es una realidad. Somos proletas, hijas de obreros. Nuestro objetivo era salir de la violencia económica a través de nuestros emprendimientos con herramientas colectivas, sustentables y amables”, recalca la fundadora, quien prefiere ser llamada como “La Pájara Valdés”.
Ecolety trazó su ruta a poco andar. Partió haciendo manualidades, pero de pronto surgió la necesidad de buscar materiales para poder funcionar y “no había capital para invertir, por lo tanto, ahí nace la idea de trabajar sobre lo reutilizado”, dice Valdés.
Así, optaron por recuperar jeans usados y desgastados, para luego desarmarlos y convertirlos en bolsos. A esa altura ellas no sabían que eso, en términos técnicos, se llamaba “suprarreciclaje” o “upcycling” en inglés, es decir, utilizar residuos para fabricar nuevos materiales más elaborados o de mejor calidad. “Para nosotras era un lenguaje súper nuevo, nosotros lo veíamos como un recurso”, añade la emprendedora.
“Teníamos que enseñar un oficio para que las compañeras pudieran salir de la violencia económica y generar ingresos”, comenta Leticia, para quien fue prioritario implementar un modelo de cooperativa para organizar y dividir los dineros, y transparentar las cuentas. Así, cada una de las mujeres que integra el colectivo recibe un porcentaje de ingresos por cada labor realizada en la cadena de producción desde los jeans hasta los bolsos.