FLEXbio: el proyecto que convierte el aserrín en bioplástico viene de Concepción
Flamante ganador del prestigioso premio internacional Blue Sky Award, esta iniciativa desarrollada por el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (CIPA) de la capital del Biobío transforma este residuo de la industria forestal en bioplásticos útiles tanto para la agricultura como para envases de comida. “Tiene la ventaja además de ser un producto biodegradable y compostable”, dice el asistente de investigación del proyecto, el venezolano Jesús Rodríguez, quien arribó a Chile en 2016 a desarrollar su tesis de ingeniería y hoy es uno de los estandartes de la idea.
En 2016 el venezolano Jesús Rodríguez, por entonces estudiante de ingeniería en materiales en Caracas, aterrizó en Chile a hacer su tesis, aunque ya había incursionado con el trabajo sobre el aserrín. Lo hacía a través de mezclas con otros compuestos como las poliolefinas. Ese interés calzó perfectamente con una iniciativa liderada por Rodrigo Briones, integrante del Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (CIPA), quien analizaba los atributos del aserrín como precursor de bioplásticos. Finalmente los dos proyectos convergieron y en 2017 Rodríguez ya se quedó en Chile convertido en asistente de investigación de FLEXbio, el producto final del proceso de conversión de aserrín en bioplásticos para agricultura y otros usos.
“El aserrín por lo general se usa en combustión para conversión energética, entonces como tal no es aprovechado, queda descartado. Tú ves montañas y montañas de aserrín apilados. El proyecto encajó súper bien por los grandes volúmenes de biomasa que se generan y con la tecnología que venía desarrollando Rodrigo Briones. Tratamos de aplicar un proceso de conversión para obtener algo, y aplicamos conversión termoquímica hasta llegar a un líquido negro llamado biopoliol, precursor del bioplástico”, explica Jesús Rodríguez.
Luego del biopoliol, explica Rodríguez, se procesa hasta quedar en formato de pellets. Éstos son sometidos a procesos de transformación de plásticos como extrusión, soplo de película o inyección, tal como ocurre con los distintos plásticos presentes en el mercado. “Quisimos utilizar las mismas técnicas para procesar los plásticos convencionales para no necesitar maquinaria específica. Sería solo sustituir la materia prima, mas no el equipamiento”, aclara el ingeniero venezolano de 28 años.
“El aserrín por lo general se usa en combustión para conversión energética, entonces como tal no es aprovechado, queda descartado. Tú ves montañas y montañas de aserrín apilados. El proyecto encajó súper bien por los grandes volúmenes de biomasa que se generan y con la tecnología que venía desarrollando Rodrigo Briones”.
En principio, CIPA proveerá su producto FLEXbio a mipymes madereras y agrícolas de la región del Biobío. Mulchs para huertos, contenedores de trigo y bolsas de cultivo para plantas ornamentales, forestales y hortofrutícolas producidas en viveros. A Rodríguez le interesaba la procesabilidad del producto y pronto lo quiere escalar a envases para consumo de alimentos, pensando también en ser una alternativa para los plásticos de un solo uso que están siendo regulados por ley.
Rodríguez dice que el proyecto está a nivel de prototipaje, para luego ver la posibilidad de conseguir una empresa aliada que apueste por FLEXbio y le dé salida comercial. La otra gracia que tiene el producto, agrega el profesional, es su calidad de biodegradable y compostable.
“Que sea compostable coincide con las nuevas leyes que prohíben el plástico de un solo uso. La mayoría de ellos, como bandejas y tenedores, va a ser restringido y será también una alternativa para el delivery”, sostiene Rodríguez, quien agrega que el aserrín para las pruebas fue obtenido de empresas pequeñas de aserraderos.
“Quisimos utilizar las mismas técnicas para procesar los plásticos convencionales para no necesitar maquinaria específica. Sería solo sustituir la materia prima, mas no el equipamiento”.
Un galardón mundial
Este proyecto que adhiere al modelo de negocios inspirado en economía circular se adjudicó un galardón de amplio prestigio internacional. FLEXbio, de hecho, fue postulado por Madera21 de la Corporación Chilena de la Madera (CORMA) al premio Blue Sky Award, que distingue el talento innovador de jóvenes profesionales que trabajan en proyectos de innovación sobre el uso de materias primas forestales.
El premio, otorgado por el Consejo Internacional de Asociaciones Forestales y del Papel (ICFPA por su sigla en inglés), fue otorgado finalmente a tres proyectos, entre los cuales figuró FLEXbio. “Ha sido increíble el apoyo de Corma para nuestro proyecto. Los conocimos en la Semana de la Madera, donde presentamos el proyecto. Luego ellos lo postularon al concurso y estamos muy felices”, agrega Rodríguez, quien recordó que FLEXbio también ganó el Concurso de Innovación 2019, desarrollado justamente en dicha Semana de la Madera.