Cerca de 40 comunas del país iniciaron 2019 con un decreto de escasez hídrica vigente debido al escenario de menor disponibilidad de agua que se ha ido presentando en los últimos años.
Dictado con el objetivo de proveer ciertas herramientas a usuarios de agua y a la población en general, el decreto gestionado por la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas busca reducir al mínimo los daños derivados de la sequía, y da atribuciones a la autoridad para establecer criterios y delimitaciones para las autorizaciones de extracción de aguas.
Este panorama da cuenta de los problemas que está generando uno de los fenómenos más notorios del cambio climático: la evidente falta de precipitaciones en el país, situación que ha marcado algunos hitos en diversas zonas en los últimos años. Por ejemplo, la Región de Los Lagos tuvo un año 2015 sin lluvias en todo el primer trimestre, situación que no se había vivido durante las últimas décadas o, sin ir más lejos, 2018 se transformó en uno de los años más secos de la historia en gran parte de la zona central de Chile.
Precisamente ante la falta de recurso hídrico toman importancia las soluciones que impliquen un mejor rendimiento y un uso menos intensivo de agua en pastos y praderas. Y en esta coyuntura las soluciones innovadoras han ido ganando espacio.
Un caso de éxito es el de Likid, emprendimiento nacional que implementa soluciones de hidrogel en pasto que permite ahorrar entre un 40% y un 50% del consumo de agua para riego. ¿Cómo? Una máquina recorre un campo ya existente inyectando partículas de hidrogel en las raíces, las que luego de unos días de monitoreo son capaces de contener por más del tiempo normal el agua y los nutrientes y así permitir un cambio en la cantidad de agua destinada para su mantención, reduciendo considerablemente el gasto en esta materia.
Felipe Gracia, socio fundador de Likid, explica que “en 2017 empezamos a ver que el tema de la escasez hídrica tomaba importancia en la agenda nacional y pensamos en que podría haber soluciones que no se estaban analizando, así que partimos a California, donde hubo una sequía de 10 años, para buscar soluciones y la que más nos hizo sentido era la que trajimos, que permite ahorrar entre un 40% y un 50% del agua de riego, dado que se puede inyectar hidrogel, que es un material que se usa hace cerca de 30 años en la agricultura”.