Ecocitex convierte la ropa en mal estado en hilado de textil reciclado
La empresa, que tiene por finalidad eliminar todos los desechos textiles en Chile, se hace cargo de la ropa que no está en condiciones de ser reutilizada y la transforma en este producto de alta calidad. Con la ayuda de mujeres ex privadas de libertad, logran aislar los broches, etiquetas y botones para separar ese descarte textil por color. En ciertos casos, ese hilado ha servido para que otra empresa confeccione frazadas, cojines, mantas y todo tipo de productos de dormitorio.


La historia de Ecocitex es reciente, por lo que requiere ser contada con algunos antecedentes. En tanto fundadora de Travieso, empresa que reutiliza la ropa infantil en desuso, Rosario Hevia siempre quedaba con un descarte textil que no podía rescatar por más esfuerzos que hiciera. Lo suyo era recibir todo tipo de ropa infantil, “independiente de la marca y del estado, incluso ropa o manchada, lo cual es bastante diferenciador. En otras partes reciben solo ropa de marca; nosotros, como tenemos una visión sustentable, nos hacemos cargo de toda la ropa infantil”, indica Hevia.
Como parte de sus políticas sociales, Travieso dona el tercio de su ropa a niños y niñas en condiciones de vulnerabilidad. Otro porcentaje queda convertido en accesorios infantiles o juegos, para tratar de aprovechar al máximo todo el material textil antes de que caigan a la basura.
“En Travieso una vez generamos cinco kilos de basura textil y lo convertimos de forma manual en ecorrelleno, traperos que usamos en la tienda. El problema es que todo esto era de una forma muy poco industrial”, dice Rosario, quien empezó a elucubrar ideas para dotar de completa circularidad a su propuesta.
Septiembre fue un mes clave. Por esas fechas logró juntar en Travieso entre 400 y 450 kilos de ropa en pésimo estado, con alto porcentaje de algodón y poliester. Trató de hacer trapillos y ecorrellenos nuevamente. Consultó con empresa y barajó distintas alternativas. Todo empezó a cambiar cuando descubrió que había una hilandería que quizás podía procesar toda esa “basura textil” y darle un nuevo uso. Las máquinas de esa vieja hilandería de los años sesenta fabricaba lana procesada a partir de vellones de lana de oveja. El problema era que la lana era escasa, por causa de las importaciones de acrílico, por lo que el mercado se hacía más competitivo.
“Logramos sacar en prueba un hilado de textil reciclado en prueba. En Travieso le fue súper bien. 400 kilos de hilado se vendieron en una semana. La gente estaba maravillada, por lo disruptivo”, explica Rosario Hevia.
Volvió en octubre para seguir haciendo pruebas, pero se topó con una información que truncó su sueño: la hilandería estaba quebrada, ya que para poder ser sustentable económicamente necesitaba un volumen mucho mayor de materia primera. Cinco toneladas por lo menos.
La compra de la hilandería
Con la quiebra, Rosario Hevia visualizó una oportunidad. Así, en diciembre entró en una carrera para encontrar inversionistas y, junto a otros socios, logró comprar la hilandería para fundar Ecocitex. Rosario es una de las socias, siendo cinco en total, pero “cada uno tiene su propio emprendimiento independiente”. Explica que Travieso sigue siendo uno de los mejores puntos: todo los meses entrega a Ecocitex ropa en mal estado y compra hilado que venden en las tiendas de Travieso para cerrar el proceso de economía circular.
Una de las primeras donaciones que recibió Ecocitex fue de la empresa Ripley, quien ha entregado en total casi 20 mil prendas para convertirlas en hilado reciclado, divididas en uniformes de colegio antiguos y otros textiles. Del mismo modo, a partir de la alianza con Ripley, la empresa ANDE logró confeccionar implementos de dormitorio como cojines, mantas, cubrecamas y frazadas usando el hilado reciclado como materia prima secundaria.
De esta manera, Ripley también recibe en sus tiendas el hilado reciclado de Ecocitex y los productos de cama elaborados por ANDES a partir del hilo de Ecocitex. En total, dice Andrea Oyarce, subgerenta de marcas internacionales y proyectos sostenibles, Ripley ha recibido en sus tiendas 17.500 unidades, divididas en hilado y productos terminados.
“Nosotros queríamos hacer algo inteligente que pudiera tener una segunda vía que va en linea con nuestra mirada de construir un ecosistema circular”, agrega Oyarce.
Hevia, en tanto, valora el trabajo que logró realizar con ANDES porque al principio “nuestro hilado no era de muy buena calidad”, y a partir de los productos de cama confeccionados “nos ayudaron a mejorar la calidad, a ganar experiencia, a poner énfasis en el tema de la torsión para que sea un hilado resistente”.
“El reciclaje se percibe como un producto de menor calidad y, por lo tanto, debe tener un menor costo. Pero no es así: implica mucha mano de obra, es mucho más caro que el costo de un hilado importado de características técnicas similares. Se podría hacer, pero implicaría pagarles menos a mis trabajadores, y eso no lo haré porque es un emprendimiento ético”.

Lo importante para Hevia es que Ecocitex sigue trabajando bajo los principios de comercio ético y sueldo justo, logrando así un triple impacto económico, social y ambiental que conforman el manual de las empresas que fomentan la economía circular.
Con respecto a Travieso, lo que cambió en Ecocitex es que ahora también recibe ropa adulta en la hilandería adquirida. “Por eso es que decimos que queremos eliminar todo desecho textil en Chile”, acota Hevia. En línea con Travieso, Ecocitex trata de reutilizar todo lo posible o donar a otras empresas a partir de alianzas con otros emprendimientos o instituciones. Y lo que definitivamente no se puede reutilizar, se destina al hilado.
Para ello cuenta con el trabajo de la corporación Abriendo Puertas, en la que participan mujeres ex privadas de libertad que ayudan a retirar lo no textil (botones, cierres, etiquetas). Luego separan el textil por colores y se fabrica el hilado. Es importante consignar que todo el proceso se hace en Chile”, complementa Rosario Hevia.
Según explica la emprendedora, montar este proyecto, incluido comprar la hilandería, trae muchos costos asociados, por lo que no ha sido fácil mantenerse en pie. Mantener la hilandería operativa cuesta más de 30 millones mensuales. Encima, ha logrado abrir una línea para, gracias a la gestación de nuevas alianzas, ir a retirar la ropa en desuso a domicilio. Por eso es que Rosario invita a los clientes a atreverse a tejer con este hilado reciclado.
Además, conspira contra Ecocitex otra creencia injustificada: que lo reciclado per se debería ser más barato. Rosario lo desmiente por completo y por eso valida que el producto sea un poco más caro, sea una línea premium.
“El reciclaje se percibe como un producto de menor calidad y, por lo tanto, debe tener un menor costo. Pero no es así: implica mucha mano de obra, es mucho más caro que el costo de un hilado importado de características técnicas similares. Se podría hacer, pero implicaría pagarles menos a mis trabajadores, y eso no lo haré porque es un emprendimiento ético. Para poder sustentar este modelo de economía circular, este hilado tiene que ser un poco más caro”, cierra Hevia.