En los últimos meses, de manera silenciosa pero intensa, el Pacto por los Plásticos de Chile -o “Circula el Plástico”- ha estado trabajando vía streaming con distintos actores en la definición de una serie de iniciativas que permitan avanzar, de manera concreta, en el cumplimiento de las cuatro metas que en julio de 2019 esta instancia se fijó para el año 2025: tomar acciones para eliminar los empaques plásticos de un solo uso que sean problemáticos e innecesarios a través del rediseño, innovación y modelos alternativos de reutilización; que el 100% de los Envases y Embalajes diseñados para ser reutilizables, reciclables o compostables; que 1/3 de los envases y embalajes plásticos domiciliarios y no domiciliarios deben ser reusados, reciclados o compostados; y que los envases y embalajes deben tener, entre sus distintos formatos, en promedio un 25% de material reciclado.
Para ello se con formaron una serie de grupos de trabajo en temáticas específicas, que han ido generando las primeras propuestas para dar cumplimiento a las 81 iniciativas de corto, mediano y largo plazo definidas en su hoja de ruta para las 15 empresas que forman parte del Pacto y de ellas ya hay una veintena definidas como prioritarias para ejecutar en lo que queda de 2020 y el año 2021.
Andrea Cino, quien lidera el proyecto desde Fundación Chile, adelanta en esta entrevista cuáles son estas iniciativas priorizadas, y profundiza en los criterios que llevaron a considerarlas como imprescindibles para comenzar con la fase de implementación de las metas propuestas, y entregarles el financiamiento para avanzar.
Y entre las primeras, consideradas iniciativas con quick wins para ejecutar este 2020, se encuentra la definición de un listado prioritario de plásticos problemáticos e innecesarios en el contexto chileno, así como generar compromisos de eliminación y rediseño por parte de empresas y consumidores. También, afinar la información disponible. Para ello se realizará un estudio de línea base del potencial de mercado de plástico reciclado en el país, por industria y territorio; la identificación de oportunidades y barreras normativas -y tecnológicas- para aumentar la capacidad de recolección, separación, pre-tratamiento y valorización; y un tercer estudio respecto de normativa nacional e internacional asociada al uso de material reciclado en envases y embalajes.
A nivel ciudadano, se desarrollarán campañas público-privadas con un relato unificado, para fomentar la eliminación, reutilización y reciclaje de elementos plásticos en la ciudadanía, y a nivel de las empresas se apunta a desarrollar acuerdos de colaboración entre productores, valorizadores e instituciones para intercambiar información que facilite la vinculación de los procesos de diseño, producción y logística, entre otros.
“Con los recursos con que cuenta el Pacto, y que son aportados por sus socios, hicimos una priorización respecto de qué podemos abordar y qué no en estos primeros meses. Muchas de las herramientas que generamos son como guías habilitadoras, que ayudan a todos, y al final llegamos a cerca de 20 iniciativas que determinamos que podemos hacer con los recursos que tenemos para 2020-2021. El número no dice algo en sí mismo, porque cada iniciativa tiene un impacto distinto, pero varias tienen un resultado concreto este año”, dice Andrea Cino.
¿Cuáles son las iniciativas fundamentales de implementar rápido, que pueden generar un mayor impacto y que son habilitantes para los próximos desafíos?
Las distintas guías de diseño que tenemos son claves, porque eso habilita que las empresas empiecen a hacer los cambios con confianza. Hoy las empresas saben lo que es reciclabe o no, pero en lo que no es reciclable tienen distintas opciones: me voy por lo compostable, cambio de material, etc., y tienen que hacer un análisis técnico y financiero de las distintas opciones. Entonces tener estas guías, que te den una recomendación de la industria -como por ejemplo decir que los envases de yogurth debieran transitar a una determinada materialidad- ayuda y facilita a que esas decisiones se tomen más rápido. Entonces, las guías de diseño son súper habilitadoras para que las empresas hagan el cambio.