AB Chile y Providencia preparan plan piloto en 58 mil departamentos para probar cómo opera un sistema masivo de recolección de reciclaje
El objetivo es alcanzar el 90% de los departamentos de la comuna, donde distintos operadores probarán sistemas de recolección y valorización en busca de las alternativas más costo-eficientes de cara a la implementación oficial -y masiva- de la Ley REP y de los sistemas de gestión de residuos en 2022. La municipalidad de Providencia ya ha inscrito más de 640 edificios del sector donde se iniciará el proyecto piloto, que parte en septiembre. En agosto se comienzan a realizar capacitaciones a los vecinos para maximizar la operación del sistema y disminuir al mínimo el descarte de residuos por técnicas deficientes de reciclaje.
Periodista
A contar del año 2022, las empresas productoras de envases y embalajes estarán obligadas a recuperar un porcentaje de los productos que ponen en el mercado una vez que cumplen su vida útil. Y aunque aún faltan más de dos años para que esas obligaciones empiecen a correr, las principales compañías del país ya trabajan de forma acelerada preparándose para ese momento, el que es definido por los expertos como el corazón de la Ley de Reciclaje y de Responsabilidad Extendida del Productos (Ley REP), ya que involucrará de forma masiva a la ciudadanía en el reciclaje.
Uno de los primeros pasos de la industria es la constitución del primer Gran Sistema Colectivo Domiciliario (GRANSIC) al alero de la asociación gremial Alimentos y Bebidas de Chile (AB Chile), que se lanzará oficialmente mañana y que estará encargado de la recolección domiciliaria, transporte, almacenamiento y valorización de los residuos de sus empresas asociadas.
Ya hay más de 20 compañías adscritas a este sistema, entre ellas Coca Cola Chile, Agrosuper, Falabella, Carozzi, CCU, Unilever, Nestlé y Natura, y según ha adelantado AB Chile el costo de mantener en funcionamiento el sistema será de US$200 millones anuales. Cifras que concuerdan con el cálculo realizado por el Ministerio del Medio Ambiente, que señala que la implementación de la Ley REP en el sector envases y embalajes tendrá un costo estimado de US$1.713 millones.
El segundo paso de este proceso será poner a prueba el sistema en la calle. Según establece el anteproyecto del decreto de metas de recolección y valorización para envases y embalajes de la Ley REP hoy en proceso de consulta pública, la recuperación de estos residuos se deberá hacer desde los propios domicilios de los ciudadanos, partiendo el año 2022 con al menos un 10% de las 6.500.000 viviendas existentes en el país (es decir, 650 mil viviendas al primero año) para llegar a un 85% de estas en 2030. O sea, 5.525.000 hogares.
Poner a prueba el sistema
¿Funcionará el sistema con una recolección masiva a esa escala? Eso es lo que se preguntan hoy los distintos actores del sistema, y lo que los lleva a cuestionar las metas de recolección y valorización definidas por el Ministerio del Medio Ambiente, principalmente por el alza que registrarán a partir del tercer año de operación.
Para que los residuos recolectados sirvan para ser valorizados, es decir, que puedan ser reincorporados al sistema como materia prima, o bien puedan ser reutilizados. Y eso requiere, por ejemplo, que vengan limpios y bien clasificados para minimizar el descarte de material, el que podría incluso terminar en un relleno sanitario si su calidad no permite el reciclaje. Y eso requiere de un trabajo activo de las personas.
“El desafío de recolección es buscar un sistema que sea costo-eficiente considerando que hay mucho residuo que es solo volumen, no es peso, como cartones y envases plásticos. Cómo hacer eso atractivo para una empresa es el desafío, y por eso en este convenio que estamos trabajando con AB Chile es una parte importante a considerar”
Con el objetivo de poner a prueba el sistema a gran escala, AB Chile realizará un proyecto piloto de reciclaje masivo previo a la entrada oficial de las exigencias de la Ley REP, el que partirá en septiembre próximo en la comuna de Providencia, a la que se sumarán luego dos comunas más.
Según Paloma Valenzuela, jefa del Departamento de Medio Ambiente de Providencia, la comuna se dividirá en tres zonas o cuadrantes. “Se está planificando una división de la comuna en tres macrozonas, según su densificación. El desafío que tenemos es que este crecimiento sea gradual, y por eso va a haber una diferencia de máximo cuatro meses entre el inicio del proyecto entre un sector y otro, para poder hacer la implementación, educación y capacitación de los edificios. A fines de 2020 tenemos que tener el 90% de la comuna con este sistema implementado”, explica.
La primera de ellas es la comprendida principalmente entre las calles Providencia, Tobalaba, Pocuro y Pedro de Valdivia, donde existe una alta densidad y la mayor concentración de edificios de la comuna.
Es en esa zona donde se iniciará en septiembre el proyecto piloto, que se denomina “Mi Barrio Recicla” y que tendrá una duración de dos años. La idea es que en una segunda etapa se sume la zona que comprende los barrios de Salvador, Manuel Montt, Baquedano y Bustamante, entre otros, dejando para una tercera etapa barrios menos densos como Bellavista o Pedro de Valdivia Norte. En total, el proyecto completo abarcará cerca de 2.145 edificios y casi 58 mil de los 65 mil departamentos que tiene la comuna de Providencia, el 90% del total.
Para implementar el sistema, AB Chile está trabajando en conjunto con el municipio para licitar la recolección y valorización de los residuos. Hasta ahora, a las empresas participantes de la licitación -las que ya hicieron una visita a terreno en la comuna- no se les está imponiendo un sistema de recolección o valorización, sino que la idea es que estas propongan soluciones para ir definiendo empíricamente cuales son las mejores. Por ello, serían varias las empresas que participarían de la ejecución del proyecto.
“El desafío de recolección es buscar un sistema que sea costo-eficiente considerando que hay mucho residuo que es solo volumen, no es peso, como cartones y envases plásticos. Cómo hacer eso atractivo para una empresa es el desafío, y por eso en este convenio que estamos trabajando con AB Chile es una parte importante a considerar. Por ejemplo, a lo mejor tiene que ser un camión que no sea tan grande para que pueda estacionar en cualquier parte, considerando la congestión, y que debiese maximizar las rutas para hacerlo rentable”, explica la jefa de Medio Ambiente de Providencia.
Lo mismo, dice Paloma Valenzuela, ocurrirá respecto de la valorización de los residuos recolectados: “Ese es el desafío máximo. Lamentablemente, las capacidades técnicas de separación intermedia son muy mínimas, no las tienen todos. Aquí, por el volumen de residuos que se va a recolectar, se necesitará incorporar tecnología y automatización, si eso no ocurre es imposible que con segregación manual se llegue a las metas de la Ley REP. Aquí estamos todos poniendo a prueba el sistema”.
Actualmente, de los 20 puntos limpios existentes en la comuna, solo es posible recuperar entre un 60% y un 80% del material que los vecinos dejan en el lugar: es decir, entre un 40% y un 20% no sirve para el reciclaje porque no cumple estándares de calidad o limpieza y termina convertido en descarte.
No más puntos limpios
La visión de Providencia, y de la alcaldesa Evelyn Matthei, es que la comuna tienda a ser cero residuos. Y en ese camino, una de las convicciones del municipio es que los puntos limpios no funcionan, y que la recolección selectiva es más eficiente. Esto tras más de 15 años de probar distintos sistemas piloto en esta materia, en una comuna que ha actuado como una especie de laboratorio de prototipos de sistemas de reciclaje porque tiene una población y una densidad que lo hace posible: es una comuna pequeña, está al paso de todo, tiene servicios y tiene residencia.
“El sistema de puntos de reciclaje en el espacio público no es lo que Providencia quiere ni lo que Providencia necesita. Para eso, hemos ido trabajando con diferentes actores probando pilotajes, y la recolección selectiva y la separación en origen han tenido muy buenos resultados en materia de caracterización y de calidad de residuos. En Providencia estamos convencidos de que esa es la vía”, dice Paloma Valenzuela.
Las cifras son claras. Actualmente, de los 20 puntos limpios existentes en la comuna, solo es posible recuperar entre un 60% y un 80% del material que los vecinos dejan en el lugar: es decir, entre un 40% y un 20% no sirve para el reciclaje porque no cumple estándares de calidad o limpieza y termina convertido en descarte, pese a que llevar los residuos a un punto limpio implica la existencia de una conciencia por parte de los vecinos que lo hacen, y también trabajo. Aún así, a estos puntos limpios llega de todo, incluida basura, lo que demuestra que aún queda un largo camino de educación en esta materia.
En contrapartida, en la comuna existen actualmente dos proyectos de recolección domiciliaria de residuos para el reciclaje. El primero, iniciado en 2017 junto a la empresa Rembre en el barrio Las Flores, abarca a 300 viviendas y recupera 18 toneladas de residuos reciclables al año, el 90% de ellos con un alto nivel de calidad. Un segundo piloto de reciclaje domiciliario, en conjunto con la empresa Recupac y denominado “Recicla tu mundo”, iniciado el mismo año en 300 edificios -9 mil departamentos- de la comuna recolecta cerca de 60 toneladas mensuales, con un 93% de material recuperable de alta calidad.
Cuando se definió el convenio que se firmará entre Providencia y AB Chile para implementar este proyecto piloto, se pudieron las cifras de este último programa en la mesa. En los últimos dos años, el porcentaje de departamentos de cada edificio incorporado en “Recicla tu mundo” pasó de 30% a más del 50%, y la cantidad de residuos reciclados también se duplicó.
“Ese 30% de participación de los vecinos es nuestro piso para ‘Mi Barrio Recicla´, y por eso a los edificios le estamos pidiendo que al menos el 30% de los vecinos firmen un compromiso para su participación en esto, con eso nos aseguramos un piso mínimo”, dice Paloma Valenzuela. A la fecha ya hay 644 edificios inscritos para participar de este proyecto piloto.
Y para mantener bajas tasas de descarte en la recolección del residuos reciclables, en agosto se iniciará un programa de capacitación para los vecinos, que incluirá campañas que enseñen a realizar una buena separación de los residuos -qué significan los números en éstos, por ejemplo-, educación y monitoreo de avances. Que sepan también que lo que no está bien tratado, es imposible de reciclar.
“La capacitación irá asociada principalmente a qué es lo que realmente se va a reciclar, que sepan que un residuo sucio o que no corresponde va a ir a descarte. La educación también va a apuntada directamente a que como consumidor exijas a las empresas que son parte de la REP que ese tipo de productos, los reciclables, estén disponibles para nosotros como consumidores, y así ir cerrando el ciclo”, afirma Valenzuela.