En las últimas semanas ha estado en la palestra noticiosa una discusión que ha polarizado a la sociedad ¿deberíamos retirar una fracción de los fondos previsionales para navegar la compleja situación económica que vivimos? Muchos de los expertos y por sobre todo el gobierno ha sido tajante en su opinión: NO. ¿La razón? retirar una fracción de los fondos previsionales hoy, nos hará más pobres en el futuro.

Me parece relevante reflexionar sobre este argumento y contrastarlo con otra discusión que ha pasado casi inadvertida socialmente: la agilización de inyección de capitales versus la rigurosidad de las evaluaciones de impacto ambiental (EIA).

Hace dos años el gobierno propuso modificar la ley de Bases Generales del Medio Ambiente, para flexibilizar estas evaluaciones, y así, generar una inyección de capitales más fuerte. Actualmente existen proyectos suspendidos en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), que alcanza el 40% de la inversión (US$ 18 mil millones) donde hoy el gobierno y algunos de la oposición, proponen reducir los plazos de las evaluaciones y así, acelerar la cartera de inversión pública y la reactivación económica.

No cabe duda de que es necesaria una modernización del estado para agilizar los procesos de evaluación. Sin embargo, eso no debe ir en desmedro de la rigurosidad en el cuidado de nuestro ecosistema, lo cual ya ha sucedido anteriormente. Por el contrario, el estado debe trabajar en aprobar proyectos de ley pendientes, como la ley marco de cambio climático, delitos y daños ambientales, uso del plástico y la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, entre otras, y que estas sean las bases para promover la inyección de inversiones sustentables.

Si retirar una parte de nuestros fondos de las AFP hoy, provocará más pobreza de la sociedad en un futuro, el comenzar proyectos de gran envergadura sin una correcta y transparente evaluación de impacto ambiental, ¿no nos hará también sistemáticamente más pobres?

Este enfoque convencional de pensamiento se contrapone al pensamiento creativo, necesario para activar procesos de innovación efectivos, que buscan romper los paradigmas mentales, derribar los supuestos implícitos y generar soluciones que aumenten el bienestar colectivo.

Una aún más deficiente EIA, pondrá en jaque los recursos de los chilenos en pro de una economía lineal que seguirá alimentando la corrupción y desigualdad, aumentando la desconexión entre el estado, las personas y su entorno.

Diego Pascual Villegas

MSc Innovación y Emprendimiento