La lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos cobra nueva fuerza ante la pandemia por Covid-19
Los problemas en las cadenas de abastecimiento a nivel global, así como los cambios de hábito de consumo de las personas debido al confinamiento -grandes acumulaciones de productos por compras concentradas, muchos de los cuales se terminan perdiendo- están incrementando la pérdida y desperdicio de alimentos en el mundo. Y esto ha llevado a que la seguridad alimentaria esté en crisis en varios países, alerta la FAO. Este año se celebrará por primera vez en el mundo el “Día Internacional de concientización sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos” para poner el foco en este problema, y buscar soluciones que eviten que un tercio de los alimentos del mundo se boten cada año. Y en esto, dicen los expertos, los envases tendrán un rol fundamental a través de nuevos diseños y materiales, y también la incorporación de tecnología.
Periodista
El próximo 29 de septiembre, se conmemorará por primera vez a nivel global el “Día internacional de concientización sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos”, instaurado el año pasado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). La iniciativa nace en respuesta a un informe elaborado por este organismo en 2011, que reveló que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo para consumo humano se pierden o se desperdician -aproximadamente 1.300 millones de toneladas-, que puso por primera vez el tema en relieve y que motivó a una serie de acciones a escala global y de los países para frenar este fenómeno.
Aunque se trata de un tema nuevo, nuestro país muestra incipientes avances que lo posicionan a la vanguardia en Latinoamérica en el trabajo en esta materia. Ya se ha logrado recopilar bastante información al respecto en algunos sectores productivos -cada familia desperdicia 63,3 kilos de pan al año en Santiago, por ejemplo-, existen iniciativas concretas como los Bancos de Alimentos para reducir las pérdidas, y se creó un Comité Nacional para prevenir la pérdida y desperdicio de alimentos donde 60 representantes públicos, privados y ong’s trabajan las directrices y estrategias para avanzar en esta línea.
Sin embargo, la crisis global causada por la pandemia de Covid-19 parece estar frenando los avances que se habían logrado hasta ahora en esta materia en el mundo, entre otras razones por el confinamiento obligado de miles de trabajadores del sector agroalimentario, los cambios de hábito en el consumo en los hogares, pero principalmente por las alteraciones en las cadenas de abastecimiento y suministro, según reveló un informe de la FAO en abril.
Un reportaje realizado ese mismo mes por The New York Times sobre el desperdicio de alimentos en la pandemia, describe como muchas de las granjas más grandes de ese país se vieron obligadas a destruir decenas de millones de libras de alimentos frescos que ya no podían vender por el cierre de restaurantes, hoteles y escuelas, entre otros. Esta situación de repite en decenas de países, y aunque el comercio minorista aumenta sus ventas por el incremento de personas que cocinan en sus casas, no es suficiente para absorber toda la oferta de productos.
Esto último, el incremento de personas cocinando en sus casas, está aumentando también el desperdicio de alimentos. Según revela un estudio realizado en España, durante las primeras semanas del confinamiento el desperdicio de alimentos en los hogares del país se incrementó en un 12% respecto del año anterior. Si antes de la cuarentena cada español tiró a la basura 3,8 euros a la semana, con el encierro esta cifra se incrementó a 4,7 euros por semana.
En esto ha incidido algunos cambios de hábitos, más allá de lo obvio -que cocinamos más-, como el hecho de realizar menos compras, pero con un mayor volumen de artículos comprados en cada ocasión, lo que deriva en una acumulación de productos que, si no se conservan adecuadamente o se consumen a tiempo, son una fuente potencial de pérdida de alimentos.
Las alteraciones globales causadas por la pandemia están teniendo un impacto importante en la seguridad alimentaria mudial, al punto que la FAO advirtió hace unos días que ya hay 27 países susceptibles de sufrir una crisis alimentaria a causa del Covid-19, en lo que podría ser la peor crisis alimentaria global en décadas. Y en ese escenario, disminuir la pérdida y el desperdicio de alimentos resulta hoy más importante -y urgente- que antes.
El rol de los envases inteligentes, la IA y la digitalización
Hoy se registran pérdidas de alimentos durante toda la cadena de producción, post cosecha, almacenamiento y transporte de los alimentos, mientras que el desperdicio de estos ocurre en la etapa posterior, y se refiere a botar alimentos que aún tiene valor el final de la cadena, en la etapa de venta o de consumo por parte de las personas. Una forma de enfrentar el problema es a través de normativa y legislación. En Francia, por ejemplo, ya la ley prohíbe botar comida que no se vende o que está cerca de su fecha de vencimiento, y en Chile está en trámite en el Congreso un proyecto de ley que va en la misma línea.
Pero para abordar el problema más de fondo, se requiere desarrollar sistemas globales de consumo y de producción sostenibles. Y en ello los envases juegan un rol fundamental, afirma Francisco Rodríguez, investigador Centro de Innovación en Envases y Embalajes (Laben Chile) de la Usach: “Hemos hecho pruebas en laboratorios, y un envase puede extender la vida útil de un producto al menos en un 50%, e incluso en 300% dependiendo del material. El packaging es crítico en esta materia”, explica.
“Que se pierda un tercio de los alimentos en el mundo, cuando tenemos un crecimiento de la población mundial y menos superficie cultivable, implica que tenemos un gran desafío por delante para lograr este equilibrio. Y ahí aparecen las nuevas orientaciones en ecodiseño y economía circular, para ofrecer una protección adecuada en un tiempo adecuado”.
La principal función del envase a lo largo de la historia, dice Rodríguez, es la de proteger los alimentos. “Esa es la función que hasta el día de hoy existe, y cuando uno habla de la industria del packaging, ese es el foco: cómo asegurar un producto de mayor calidad, y con mayor vida útil”.
Sin embargo, plantea nos hemos preocupado tanto de proteger los alimentos que dejamos de preocuparnos de los residuos de los envases, lo que hoy está llevando al desarrollo de nuevos materiales para proteger el medio ambiente. Ese es el gran -y complejo- desafío para seguir entregando un producto de calidad que perdure en el tiempo.
“Que se pierda un tercio de los alimentos en el mundo, cuando tenemos un crecimiento de la población mundial y menos superficie cultivable, implica que tenemos un gran desafío por delante para lograr este equilibrio. Y ahí aparecen las nuevas orientaciones en ecodiseño y economía circular, para ofrecer una protección adecuada en un tiempo adecuado”.
Un aspecto de este trabajo está en los equipos de procesamiento y envasado de alimentos. En este ámbito, empresas como la sueca Tetra Pak -dedicada al procesamiento de alimentos y fabricación de envases- está implementando equipos y procesos que buscan evitar que los alimentos se derramen o desperdicien durante el proceso de producción, incluso en las primeras etapas.
Esto se suma a las cualidades de los envases de cartón de Tetra Pak que, además de proteger los alimentos por su tecnología aséptica, permiten conservarlos por hasta seis meses sin necesidad de refrigeración y sin la adición de conservantes o preservantes. Además, los distintos tamaños permiten escoger el envase que se adapte a las necesidades de consumo y así evitar el desperdicio de alimentos.
Respecto de los procesos, Tetra Pak cuenta con sistemas que funcionan con Inteligencia Artificial (IA), y uno de ellos consiste en tomar fotografías de cada uno de los envases que salen de la línea de producción. A continuación, se analizan automáticamente para reducir los fallos. Su calidad y apariencia (arrugas, muescas o grietas) es una de las principales causas del desperdicio de alimentos.
“Una sola máquina fabrica unos siete envases por segundo. Esto hace que la inspección manual individual de cada envase resulte inviable”, afirma Johan Nilsson, vicepresidente de soluciones industriales y digitales 4.0 de Tetra Pak. “Con esta tecnología, Tetra Pak puede garantizar la calidad y la apariencia que se les exige a nuestros envases”.
Depende del tipo de alimento el proceso de control de pérdidas, explica Rodríguez, y normalmente entran en juego aspectos como la refrigeración. Estos procesos siguen siendo los mismos, pero se mejora el control de estas variables. Y cada día más el tema logístico está adquiriendo mayor importancia, y ahí se están incorporando aspectos como la inteligencia artificial.
A esto se suman innovaciones como los envases activos, que usan la misma configuración de material, pero se le incorpora de forma deliberada componentes al material del envase, que van a interactuar con el alimento de forma positiva. En general la legislación dice que la interacción del envase con el alimento debe ser nula, por conceptos de inocuidad, pero eso está cambiando en la legislación europea, cambia el paradigma del concepto de envase. Hoy puede incorporar una función adicional para hacer más lentos los procesos de deterioro de los alimentos.
Hoy la digitalización está cambiando la función del envasado. Un ejemplo de ello es la plataforma de envases conectados de Tetra Pak, que permite a los productores de alimentos y bebidas convertir sus envases en portadores de datos a gran escala que ofrecen mayor trazabilidad, información sobre los productos y experiencias geniales para los consumidores.
“En Chile hay envases activos clásicos, como los que incorporan un sachet dentro del envase que controlan el oxígeno remanente en el envase. Los sistemas de almohadillas que usa la industria cárnica también, que absorben el exudado de las carnes para impedir el desarrollo de microorganismos. Estamos trabajando desarrollos con empresas porque es de interés de la industria, sobre todo por las mermas de alimentos”, explica Rodríguez.
A esto se suma otro tipo de innovaciones, como el “envase inteligente” y el “envase conectado”. “El envase inteligente se concibe como un sistema que permite informar al consumidor la calidad del producto envasado. Por ejemplo, un sensor de temperatura que indique si se rompió la cadena de frío, mediante un sistema de semáforo, por ejemplo. Hay otros indicadores de fruta envasada que muestra colores en base a la madurez de la fruta. Hoy ha evolucionado a integrar información al cliente, como información nutricional o datos de trazabilidad, a través de códigos QR o sistemas de bluetooth”, explica Rodríguez.
Hoy la digitalización está cambiando la función del envasado. Un ejemplo de ello es la plataforma de envases conectados de Tetra Pak, que permite a los productores de alimentos y bebidas convertir sus envases en portadores de datos a gran escala que ofrecen mayor trazabilidad, información sobre los productos y experiencias geniales para los consumidores.
El envasado ya no se trata solo de la protección y funcionalidad del producto, sino que también se trata de la conectividad. El futuro del envasado es, sin duda, digital; y Tetra Pak está construyendo plataformas digitales que ayudarán a los clientes a adaptarse a la rápida evolución del envasado.
En el futuro, plantea la empresa, habrá un sistema de envasado inteligente donde el envase será la pieza central de la cadena de valor conectada. Piense en una situación cotidiana, como tratar de decidir qué cocinar para la cena. Un día, el envase inteligente se comunicará con los electrodomésticos inteligentes de la casa, como el refrigerador. “Obtendrá información instantánea y precisa no solo sobre la disponibilidad de productos en el hogar, sino también sobre la cantidad restante de cada producto y las fechas de vencimiento actualizadas dinámicamente. En función de su comportamiento anterior, sus preferencias alimentarias y sus recetas favoritas, recibirá sugerencias con ideas de platos para cocinar y reducir el riesgo de desperdicio de alimentos. Además, si le faltan algunos ingredientes, se le sugerirá el reabastecimiento de dichos productos de forma automática. Le permitirá ahorrar tiempo, será conveniente y minimizará el desperdicio de alimentos”, plantean desde Tetra Pak.
Todavía no hemos llegado a eso, pero con los desarrollos que se están produciendo rápidamente en el Internet de las Cosas y en la tecnología de envasado, esto puede convertirse en una realidad dentro de unos pocos años.