Ministro Carlos Montes: “La Estrategia Ciudades Verdes permitirá que todos los esfuerzos en infraestructura verde sean parte de una planificación como país”
Huertos y bosques urbanos, techos verdes, pavimentos permeables, plazas para infiltrar agua, reúso de aguas grises, son algunos de los múltiples sistemas conocidos como infraestructura verde, que buscan mejorar la calidad de vida en las ciudades, ayudar a la mitigación y adaptación al cambio climático, además de contribuir a una alimentación más saludable. Si bien en Chile se están realizando variados proyectos en ese sentido, no forman parte de un plan coordinado que permita maximizar los beneficios. Para subsanar esto, se va a comenzar a desarrollar una Estrategia Nacional de Infraestructura Verde, proceso que contará con el apoyo de la FAO y el financiamiento de Fondo Verde del Clima. Entre los ministerios que están impulsando este proyecto se encuentra el de Vivienda y Urbanismo, cuyo titular, Carlos Montes, conversó con País Circular para ahondar en los objetivos de esta iniciativa y cómo se complementa con los propósitos de su cartera.
En contraposición a la infraestructura gris que ha dominado las ciudades el último siglo, surge la necesidad de transitar ágilmente hacia la infraestructura verde, incorporando alternativas que en vez de arrasar y tapar con cemento la naturaleza, la integren con una doble función: de cuidado de los ecosistemas y de aprovechamiento de los servicios que los ecosistemas entregan.
No se trata de una moda, sino de algo urgente para hacer frente a la triple crisis ambiental: de contaminación, de biodiversidad y del calentamiento global. Así fue planteado este tema el martes pasado durante la Jornada “Ciudades Verdes y Sistemas Alimentarios Urbanos”, realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que en la oportunidad firmó junto a los Ministerios del Medio Ambiente (MMA) y de Vivienda y Urbanismo (Minvu), un convenio para desarrollar una Estrategia Nacional de Infraestructura Verde para Chile, a implementarse en noviembre de 2025.
Para ayudar a los países a avanzar en esa dirección, la FAO puso en marcha en 2020 su iniciativa Ciudades Verdes, que se centra en mejorar el entorno urbano y fortalecer los vínculos entre los medios rural y urbano, y la resiliencia de los sistemas, servicios y poblaciones urbanos ante las perturbaciones externas. Además, busca garantizar el acceso a un entorno saludable y dietas sanas procedentes de sistemas agroalimentarios sostenibles, e incrementar la disponibilidad de espacios verdes, mediante actividades forestales urbanas y periurbanas, entre otros beneficios para las personas.
Fue en ese contexto que la Representante de la FAO en Chile, Eve Crowley, junto a la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, y al ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, presentaron el proyecto “Fortalecimiento del marco institucional, la gobernanza, y evidencia técnica a nivel nacional para la expansión e integración de infraestructura verde y soluciones basadas en la naturaleza en áreas urbanas y periurbanas de Chile”, financiado por el Fondo Verde del Clima, marcando el inicio de un proceso participativo para desarrollar la futura Estrategia Ciudades Verdes.
Para conocer cómo se avanzará en este proyecto y la situación actual de las ciudades en el país en esta materia, País Circular conversó con el ministro Carlos Montes, quien subrayó que “no partimos de cero”, pues desde hace años se está avanzado en aumentar la cantidad y la calidad de los parques urbanos, así como en mejorar los barrios y las viviendas en materia de áreas verdes, eficiencia energética e hídrica, entre otros. No obstante, destaca que elaborar una estrategia con nuevos estudios y participación de la ciudadanía contribuirá a tener una nueva gobernanza y una mejor coordinación para concretar el objetivo de ciudades más verdes.
“Tenemos que ser mucho más creativos, colectivos y profundos en la manera de enfrentar los procesos y la toma de decisiones en esta materia, y el rol de FAO en este camino es fundamental. Este organismo es una ventana al mundo que nos mostrará cómo han avanzado las políticas de infraestructura verde en otros países y será un puente para fortalecer el trabajo intersectorial, con la academia, sector privado y la sociedad civil en general”.
-¿Cuál es la relevancia del acuerdo firmado con la FAO y el Ministerio del Medio Ambiente para desarrollar una “Estrategia Nacional de Infraestructura Verde para Chile”?
Durante su última cuenta pública, el presidente Gabriel Boric puso énfasis en la crisis ambiental, porque los efectos del cambio climático no son problemas del futuro, son problemas de hoy, y el acuerdo que firmamos con el Ministerio del Medio Ambiente y FAO se inscribe dentro de esta preocupación y sentido de urgencia con el que debemos trabajar.
Por ello, este tipo de alianzas es uno de los caminos que tenemos desde la política pública para enfrentar este desafío. Pero no estamos partiendo de cero, este trabajo que se inicia recoge los avances en la materia en los que hemos logrado y le dará una nueva gobernanza, una coordinación mayor. Esperamos que el diseño participativo de esta política y el diálogo con distintos actores, así como el nuevo conocimiento que nos aportarán nuevos estudios, nos permitirán trazar una hoja de ruta nítida para que todos los esfuerzos en infraestructura verde: parques, plazas, jardines, techos verdes, aguas grises, y bosques urbanos, como los núcleos nativos de Parquemet, entre otras iniciativas, no sean esfuerzos aislados, sino que parte de una planificación como país destinada a mejorar la calidad de vida de las personas.
-¿Qué instrumentos de gestión está aplicando actualmente el Minvu para promover y avanzar ciudades más verdes en Chile?
El ministerio contribuye desde distintas líneas a este objetivo. Hace unos días estuvimos en Machalí, región de O’Higgins, donde lanzamos junto a la ministra del Medio Ambiente un plan para reducir el uso de leña y aumentar la eficiencia térmica de viviendas, en una comuna afectada por la contaminación y que buscamos replicar en la zona sur del país, afectada por el mismo fenómeno. El objetivo es avanzar en barrios más sustentables, porque si bien como país hemos elevado la calidad de las viviendas, con envolvente térmica, aireadores, paneles solares y ventanas de termopanel, aún hay muchas familias que no cuentan con esos avances e innovaciones para moderar la temperatura, ruido y humedad interior.
También a través de nuestras líneas de inversión impulsamos acciones para acercar parques y plazas a las personas. Solo en la región Metropolitana Parquemet es visitado por siete millones de personas al año y cuenta con una red de más de 22 parques, en comunas como Estación Central, San Ramón, Cerro Navia, La Granja, Recoleta, Pedro Aguirre Cerda y Cerrillos, entre otras, que enfrentan déficit de áreas verdes.
En regiones, también hay experiencias que destacar, como el Parque Kaukari en Copiapó, que transformó el río que cruza la ciudad en una oportunidad para generar un espacio público de alto estándar. A estas obras urbanas se suman otras, como la transformación del Eje Alameda-Providencia, donde construiremos una ciclovía de 8 kilómetros, la más larga del país.
-¿Qué iniciativas está desarrollando el gobierno en materia de infraestructura verde para hacer frente a efectos del cambio climático como la crisis hídrica y desastres socionaturales?
Tal como lo señalé, no partimos desde cero. El Estado ha impulsado diversas iniciativas que van desde las leyes de cambio climático hasta el desarrollo de programas de parte de cada ministerio. En este camino el Minvu ha diseñado distintas estrategias a través de su historia con el fin de resolver distintos déficits de ciudad.
Tenemos un Programa de Parques Urbanos que a partir del año 1992 fortaleció la construcción, creación y mejoramiento de estos espacios. También desarrollamos una Política Nacional de Parques Urbanos que fija estándares de sustentabilidad para que los diseños se adapten a las diversas realidades geográficas y a los efectos del calentamiento global. Y hoy trabajamos en un plan para agilizar la actualización de planes reguladores, y la legislación de urbanismo y construcciones, para incorporar el impacto de fenómenos como el cambio climático, las parcelaciones en el territorio rural y la prevención del riesgo de desastres, además de responder oportunamente a la emergencia habitacional.
-Un concepto usado para hablar de ciudades sostenibles es la “ciudad de 15 minutos”, ¿qué se está haciendo en Chile para avanzar en ese sentido?
Desde el ministerio este es un desafío permanente y que hoy priorizamos en el Plan Ciudades Justas. La estrategia se inspira en los proyectos con visión de futuro que impulsó el Estado en el siglo pasado. La Remodelación San Borja y la Villa San Luis, son parte de esa historia. Estos proyectos innovaron al incorporar parques urbanos a la vida de las personas, equipamientos de salud y educación, espacios diseñados para promover la vida en comunidad y una conexión de las viviendas con la ciudad.
La estrategia también rescata iniciativas más contemporáneas como los Planes Urbanos Habitacionales (PUH), línea de acción del Minvu que se orienta a la planificación y desarrollo de los terrenos Serviu de más de cinco hectáreas. Existen 52 PUH con distintos niveles de avance en todo el país. El objetivo es construir parques, plazas, veredas iluminadas, centros de salud, escuelas, jardines infantiles y centros comunitarios; y mejorar la conectividad con el transporte público y los servicios del Estado, antes, durante, pero no décadas después para las familias.
-¿Qué se está haciendo para abordar el problema de la gran cantidad de residuos generados por el sector alimentario (como envases y residuos orgánicos, incluido el desperdicio de alimentos) y que se disponen en las ciudades, más allá de la Ley REP?
Los temas que plantea corresponden al trabajo específico de otros ministerios, como el del Medio Ambiente, Salud o Agricultura. Sin embargo, en el ámbito de la revalorización de residuos, desde el Minvu se aborda de distintas formas que van desde cómo planificamos los nuevos conjuntos habitacionales y barrios, hasta qué hacemos con la poda de nuestros parques urbanos.
En el primer caso, un ejemplo es el proyecto habitacional rural Alto El León en la región del Maule destinado a 40 familias. Aquí en cada vivienda se podrán reciclar los residuos orgánicos y reducir el consumo de agua. Las aguas de duchas, lavaplatos y lavamanos serán filtradas en un humedal artificial y usadas para el riego de las áreas verdes. Además, los espacios comunes se podrán usar para el desarrollo de iniciativas de educación ambiental de los habitantes de la comuna.
En el segundo caso, nos hemos puesto la meta que todos los parques urbanos que integran nuestra red se hagan cargo de sus residuos orgánicos al 2030, a través del compostaje. Vamos en un 60% de la meta y esperamos avanzar y multiplicar esta experiencia, y compartirla con las comunidades que viven en el entorno de los barrios.
“Nuestro objetivo es avanzar en la emergencia habitacional sin renunciar a la construcción de mejores barrios y ciudades para las personas, cualquier otro camino sería repetir los errores del pasado, en que miles de chilenos y chilenas terminaron viviendo en los bordes de las ciudades, sin equipamientos y servicios, y en viviendas que hemos tenido que demoler o mejorar con el paso del tiempo”.
-Cuál es la importancia de tener el apoyo de organismos internacionales como la FAO para avanzar hacia Ciudades Verdes?
Tenemos que ser mucho más creativos, colectivos y profundos en la manera de enfrentar los procesos y la toma de decisiones en esta materia, y el rol de FAO en este camino es fundamental. Este organismo es una ventana al mundo que nos mostrará cómo han avanzado las políticas de infraestructura verde en otros países y será un puente para fortalecer el trabajo intersectorial, con la academia, sector privado y la sociedad civil en general. De esta forma, esperamos que esta sea una oportunidad para enriquecer la discusión del contenido de lo que son las ciudades.
-¿Cómo se puede abordar la llamada “crisis de vivienda” en Chile de una manera sostenible?
El Plan de Emergencia Habitacional, a través del cual hemos entregado 122 mil viviendas de las 260 mil comprometidas durante el gobierno del presidente Gabriel Boric, tiene entre sus principios rectores la sustentabilidad. Porque sabemos que, en un contexto de crisis ambiental y cambio climático, es esencial impulsar el desarrollo de proyectos sustentables que promuevan el cuidado del medioambiente y mejoren la calidad de vida de las personas.
En este sentido, nuestro objetivo es avanzar en la emergencia habitacional sin renunciar a la construcción de mejores barrios y ciudades para las personas, cualquier otro camino sería repetir los errores del pasado, en que miles de chilenos y chilenas terminaron viviendo en los bordes de las ciudades, sin equipamientos y servicios, y en viviendas que hemos tenido que demoler o mejorar con el paso del tiempo. El país no resistiría pasar de nuevo por lo mismo, por eso es que, desde el primer minuto, cuando nos hicimos cargo de la crisis habitacional, asumimos el compromiso de avanzar de la mano de la sustentabilidad.
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