Ley de prohibición de bolsas plásticas en Chile: Impactos y alternativas disponibles
“Si bien las bolsas de papel parecen ser la opción más económica, ya que se venden entre $ 100 y $ 150, al tener que comprarlas en forma reiterada su impacto económico al cabo de un año resulta ser muy significativo comparado con las bolsas reutilizables que se necesita comprarlas sólo una vez al año. Una familia tipo que realiza 200 compras al año de 15 Kg. cada compra, podría gastar $ 44.000 al año comprando bolsas de papel (debe comprar dos bolsas por cada compra a un precio promedio de $ 110) en lugar de $ 990 al año si comprara una bolsa reutilizable vegetal sólo una vez”.
El próximo 3 de Agosto se cumplen dos años desde que se publicó la Ley 21.100 de Prohibición de bolsas plásticas para el comercio. De esta manera Chile se transformaba en el 1er país en America en prohibir las bolsas plásticas para todo el país a través de una ley. Esta ley tuvo una implementación progresiva, primero permitiendo hasta dos bolsas por compra durante 6 meses, luego en Febrero de 2019 prohibió la entrega de bolsas para grandes empresas (principalmente supermercados y Retail) y el próximo 3 de Agosto de 2020 la ley comenzará a aplicarse también para comercios de barrio, pymes y ferias libres. De esta manera se busca erradicar completamente las bolsas plásticas de comercio en todo tipo de empresas. Esta ley también aplica para las ventas a través de Internet.
Las bolsas que están prohibidas son aquellas que se usan para el transporte de productos, pero no aquellas que constituyan el envase primario de alimentos que sea necesario por razones higiénicas o porque su uso ayude a prevenir el desperdicio de alimentos, por lo que las bolsas plásticas que se entregan en la feria que van en contacto directo con las frutas y verduras si están permitidas.
Esta ley es fiscalizada por las municipalidades y aplica multas de hasta 5 UTM por cada bolsa plástica entregada a cualquier título por el comercio. Esta multa va en beneficio de cada comuna.
A los efectos de esta ley, se considera bolsa plástica a toda bolsa compuesta fundamentalmente por polímeros derivados del petróleo, independientemente de su capacidad de reutilización o de su comportamiento al finalizar el ciclo de vida. Esto fue ratificado por la Contraloría en el Dictamen 32.648 de Diciembre de 2019 en base a una consulta realizada por la Asociación de Bolsas Reutilizables. Este dictamen ratificó que las bolsas reutilizables de TNT Tradicional fabricadas a base de polipropileno y las bolsas reutilizables de polipropileno laminadas (rafia) que aún se pueden encontrar a la venta en algunos locales de retail, también están prohibidas.
Este es un tema que ha sido ampliamente cuestionado desde la publicación de la ley, ya que la misma no considera si una bolsa es reutilizable, reciclable, biodegradable o compostable. Sólo hace referencia a su composición, por lo que sólo se permiten bolsas fabricadas con polímeros bio basados, bolsas de fibra vegetal o bolsas de papel.
De acuerdo a datos entregados por el Ministerio de Medio Ambiente, la implementación de la ley 21.100 en Chile ha evitado a la fecha, la entrega por parte de supermercados y del retail, de aproximadamente 5.000 millones de bolsas plásticas.
Pero, ¿ha sido un cambio totalmente positivo para el medio ambiente? Lamentablemente, no. Esta ley ha duplicado la demanda de bolsas de papel, las que también son bolsas de un solo uso y tienen muchas limitaciones. Se humedecen, no resisten mucho peso, no tienen gran capacidad. Pero lo más importante es en su proceso de producción y fin de vida. Las bolsas de papel son más sustentables cuando se fabrican a base del reciclaje de papel pero cuando éstas se fabrican en base a pulpa proveniente de explotación forestal. Esto es sin duda muy perjudicial para el medio ambiente. Un documento de investigación elaborado por la Asamblea de Irlanda del Norte en 2011 indicó que “se necesita cuatro veces más energía para fabricar una bolsa de papel que para una bolsa de plástico”.. En cuanto a su fin de vida las bolsas de papel son reciclables, pero siempre que estén limpias y secas. De lo contrario, no se pueden reciclar.
Entonces, ¿qué pueden hacer los comercios si no desean en realidad cambiar un residuo plástico por uno de papel? La alternativa es optar por bolsas reutilizables.
Las bolsas reutilizables que permite la ley 21.100 son las fabricadas con biopolímeros, tales como las bolsas reutilizables vegetales fabricadas a base de PLA (Acido poliláctico, un polímero bio basado proveniente del almidón de maíz) o las bolsas de algodón. Pero, ¡cuál de estas bolsas reutilizables es realmente más sustentable?
Para medir la sustentabilidad de una bolsa se debe analizar su ciclo de vida completo, desde la extracción del recurso natural, su producción, uso y fin de vida. Esto se mide en nivel de emisiones de CO2 en Kg. La cantidad anual de CO2 emitida por una bolsa reutilizable vegetal, según datos aportados por Unibag, la principal fábrica de bolsas reutilizables vegetales en Chile, es 2.500 veces menor a la de las bolsas de papel (aun suponiendo que se le da un segundo uso a la bolsa de papel). Además, la bolsa reutilizable vegetal es compostable y cierra su ciclo de vida post consumo en Chile a través del Programa de Recuperación post consumo impulsado por Unibag, el cual consiste en recuperar junto el retail las bolsas ya usadas y enviarlas a una planta de compostaje industrial para su transformación en compost en menos de 5 meses. Este programa cuenta con el patrocinio del Ministerio de Medio Ambiente.
En cuanto a las bolsas reutilizables de algodón que se venden en Chile, éstas son mayormente fabricadas en Asia. No se pueden reciclar en Chile para volver a confeccionar otras bolsas con material reciclado y tampoco son compostables. Además, muchas veces están mezcladas con poliéster (un polímero plástico) para hacerlas más resistentes y económicas. Las bolsas de algodón tienen que reutilizarse por lo menos 200 veces al año durante al menos 6 años para igualar el impacto ambiental de una bolsa reutilizable vegetal.
Pero el impacto ambiental no es lo único relevante sobre la prohibición de bolsas plásticas. Dada la actual coyuntura económica a causa de la pandemia es importante analizar el impacto económico en el consumidor, porque ahora las bolsas ya no se regalan sino que normalmente se venden en la mayoría de los comercios, sobre todo los supermercados. Si bien las bolsas de papel parecen ser la opción más económica, ya que se venden entre $ 100 y $ 150, al tener que comprarlas en forma reiterada su impacto económico al cabo de un año resulta ser muy significativo comparado con las bolsas reutilizables que se necesita comprarlas sólo una vez al año. Una familia tipo que realiza 200 compras al año de 15 Kg. cada compra, podría gastar $ 44.000 al año comprando bolsas de papel (debe comprar dos bolsas por cada compra a un precio promedio de $ 110) en lugar de $ 990 al año si comprara una bolsa reutilizable vegetal sólo una vez.