Falta de regulación frena la posibilidad de asegurar el abastecimiento de agua potable en Chile
“En nuestro país no existe una normativa que regule la desalación para la industria sanitaria, por lo que es incierto invertir en ello, sin seguridad ni reglas claras. La realidad es que sin regulación no habrá inversión y es urgente resolver la cobertura de agua potable en regiones urbanas, además de las rurales que, por cierto, sufren otra trágica realidad en las zonas carentes de este vital recurso”
Chile enfrenta los efectos del cambio climático que se traducen en una aguda escasez hídrica sobre todo en la zona central. Aunque este invierno trajo más lluvias que en años anteriores, la falta de agua potable está muy lejos aún de tener una solución, especialmente si tomamos en cuenta que no es previsible que se produzca una recuperación en las fuentes superficiales y subterráneas continentales. Llevamos 11 años de sequía y la situación no da señales para pensar que el futuro será mejor.
La crisis es profunda y por ello es necesario avanzar a mayor velocidad en la incorporación de nuevas tecnologías que permitan implementar soluciones concretas. Debemos ser capaces de administrar mejor el recurso cuando esté disponible y, al mismo tiempo, buscar nuevas fuentes, como el reúso y la desalación de agua de mar, cuando ésta escasea o no está en condiciones aptas para su uso o consumo. Si el país no reacciona a tiempo, las consecuencias políticas, sociales y económicas pueden ser dramáticas; las crisis hídricas desatan una serie de efectos que repercuten en todos los sectores. Así lo demuestra la historia.
A propósito de la premisa anterior, el agua de los océanos representa el 97,5% de todo el agua disponible en la Tierra, es una fuente “inagotable del recurso”, por lo cual, la desalación se vuelve una alternativa eficaz y oportuna, de la mano de las tecnologías apropiadas, para garantizar el acceso a agua potable; especialmente como solución a regiones costeras cuyos costos de trasladar el agua desde el mar son reducidos en virtud de la cercanía. De igual forma, el reúso aplicado como norma y hábito en las industrias es una excelente estrategia para procurar el uso eficiente del recurso.
El gobierno de Chile ha anunciado mayor inversión en soluciones sustentables para el desarrollo de las ciudades, además de foco en abastecimiento y calidad de agua para las familias a través de los sistemas de agua potable rural (APR), saneamiento y manejo de cuencas. Sin embargo, más allá de dichos esfuerzos, es necesario que en nuestro país se invierta de forma concreta en desalación para dar seguridad y mayor cobertura de agua potable en zonas urbanas. Ésta es una de las principales temáticas que discute el Comité de Políticas Públicas de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, y que se revisará en profundidad en el próximo foro on line de la organización el 18 y 19 de noviembre de este año.
En nuestro país no existe una normativa que regule la desalación para la industria sanitaria, por lo que es incierto invertir en ello, sin seguridad ni reglas claras. La realidad es que sin regulación no habrá inversión y es urgente resolver la cobertura de agua potable en regiones urbanas, además de las rurales que, por cierto, sufren otra trágica realidad en las zonas carentes de este vital recurso.
La desalación de agua de mar puede proliferar en Chile a gran y pequeña escala. Esta tecnología es adaptable al tamaño de las necesidades, lo que permite solucionar el problema de abastecimiento de agua en forma rápida, segura y con costos menores que las medidas de emergencia habituales, como los camiones aljibe. Si la industria minera chilena tiene como fuente de agua segura “la desalación”, por qué no extrapolar estos resultados exitosos a otros sectores y muy especialmente a las respuestas ante la necesidad de agua para el consumo de la población y otras industrias que ameritan del recurso; es una cadena favorable en la que se generan fuentes de trabajo, ingresos y agua.
Hoy, la tecnología existe en nuestro país para enfrentar este problema y además hay experiencias exitosas a nivel mundial que así lo demuestran, replicables en la región . Podemos empezar por instalar plantas pequeñas y medianas, para solucionar el grave problema que enfrentan miles de familias en el país. Debemos dar solución a comunas en situación crítica que, cumpliendo con condiciones de cercanía al mar, puedan ver un cambio de rumbo radical en la calidad de vida, en la mantención de medidas básicas de higiene para enfrentar la actual pandemia y en potenciar sus actividades económicas, tan necesarias para surgir.
El Foro ALADYR del 18 y 19 de noviembre, “Políticas públicas para garantizar el acceso al agua”, presentará temas como: Políticas de fomento a la inversión en desalación y reúso; subsidios para los clientes de APR tal como existen para el agua potable urbana; agilización de trámites de permisos ambientales y sectoriales; creación de un modelo de tarifa progresiva para el agua potable; adaptar las normas de uso de suelo a estas nuevas necesidades, entre otros. ALADYR convoca a los diversos actores involucrados (minería, agua potable, agricultura, autoridades de gobierno, y representantes de la sociedad civil, ONG, Comités APR, etc…)a formar parte de esta iniciativa, cuya participación es gratuita y permite esbozar las bases para cambiar la realidad de Chile. Las inscripciones están disponibles en la web de ALADYR (www.aladyr.net).
*Autores: Ivo Radic, representante general de ALADYR para Chile y director ejecutivo de Grupo VIGA; y José Ignacio Zaldívar, representante para asuntos legales de ALADYR para Chile