Con el objeto de analizar las prácticas de las grandes empresas mineras en América Latina en su gestión de asuntos económicos, ambientales, sociales y de gobernanza (EESG por su sigla en inglés), el Centro Vincular de la PUCV -en conjunto con Responsible Mining Foundation (RMF)- elaboró el informe “¿Minería Responsable en América Latina y el Caribe? Evaluando como las empresas mineras abordan cuestiones de interés público”, que fue dado a conocer ayer y que se articula en base a las acciones que realizan las compañías en comparación con las expectativas de la sociedad.
El estudio se centra en las 20 empresas mineras que tienen operaciones en la región y 49 yacimientos, y revela cómo se están implementando los compromisos y sistemas corporativos a nivel local. Para ello se revisaron más de 4.000 documentos e informes públicos de empresas, y se realizaron consultan con todas las partes interesadas, entre ellas las propias compañías, gobiernos y comunidades locales. Y los hallazgos no son muy alentadores.
“Los resultados revelan un sorprendente desfase entre los compromisos y sistemas a nivel corporativo, por una parte, y la acción a nivel de explotaciones mineras, por otra, en temas de importancia primordial para la región”, señala el documento. Si bien las 20 compañías evaluadas en la región obtuvieron una puntuación promedio del 68% por haber asumido compromisos formales para gestionar sus impactos ambientales de manera sistemática, “en temas como el consumo de agua, gestión de relaves y preparación para emergencias, estos acuerdos a menudo no se traducen en acciones y transparencia a nivel de explotaciones mineras”, agrega.
En esto, el tema de la información aparece como clave. La evaluación realizada se basa en pruebas, y por tanto refleja lo que las empresas pueden demostrar que están haciendo. Por tanto, explicó la gerente de operaciones del Centro Vincular, Ingrid Koch, durante la presentación del informe, “esto no significa que las empresas no lo hagan, sino que no están proporcionando evidencia pública de que lo hagan”.
En materia de consumo de agua, por ejemplo, “los resultados muestran una acción débil e inconsistente”, señala el reporte. Las 20 empresas que operan en la región obtuvieron un promedio de un 30% en sus acciones a nivel corporativo para monitorear, reportar y actuar pare mejorar su gestión del consumo de agua, mientras que sus explotaciones mineras evaluadas alcanzaron como promedio solo un 21% en esta materia. De hecho, un tercio de los 49 yacimientos recibió una puntuación de cero para este indicador.
Y en cuanto al manejo de relaves, uno de los asuntos más críticos relacionados con la minería en la región, “de nuevo vemos resultados muy decepcionantes a nivel de explotaciones mineras”, afirma el estudio. Las 20 empresas obtuvieron un promedio de 78% en la divulgación a nivel corporativo sobre la ubicación y seguridad de sus instalaciones de relaves. Estos resultados bastante sólidos, agrega, se deben en gran medida a la presión de los inversionistas.