Economía circular avanza en Valparaíso: crean red de intercambio y valorización de residuos entre industrias de la región
Inspirada en el concepto “ecología industrial”, la plataforma Industria Circular busca generar interconexiones entre los diferentes sectores productivos a nivel regional, de modo que los residuos de uno sirvan como materia prima de otro, fomentando un círculo virtuoso. Este espacio virtual, en pleno desarrollo, tendrá la capacidad de estimular las interacciones comerciales entre oferentes y demandantes para generar un impacto positivo en el medioambiente y, adicionalmente, ahorro económico. “La industria de la construcción tiene un gran potencial como receptora de los residuos del mismo rubro y de otras industrias como el agro”, dice Patricia Martínez, directora del proyecto.
Las cenizas volantes de las plantas generadoras de electricidad como materia prima de la industria del cemento y el hormigón. Ese es solo un ejemplo del intercambio entre las diferentes industrias de la Región de Valparaíso que quiere fomentar la plataforma Industria Circular, proyecto cuyo soporte informático iniciará durante esta semana las pruebas de funcionamiento y de testeo en uno de sus módulos.
Se trata de un espacio colaborativo, en pleno desarrollo, inspirado en el concepto de “ecología industrial” y, más específicamente, “simbiosis industrial”, que abreva de experiencias internacionales en España, Dinamarca, Francia y otras latitudes. En otras palabras, es una red que promueve las interconexiones entre las diferentes industrias a nivel regional, de manera tal que los residuos de un rubro productivo puedan ser valorizados como materia prima o materiales (MPM) por otro rubro.
Industria Circular es un proyecto de la Universidad de Valparaíso (UV), liderado por la académica Patricia Martínez, y cuenta con financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional. El objetivo de la iniciativa, dividida en cinco etapas, es generar una sinergia entre las diferentes industrias de la región para avanzar hacia la consolidación de la economía circular en dicho territorio, midiendo el triple impacto asociado a su implementación: ambiental, social y económico.
“La primera etapa del proyecto, ejecutada en 2017, consistió en conectarse con la industria para alinearla con la necesidad real del sector productivo. Analizamos qué tipos de residuos había y entre qué industrias se podría generar una simbiosis. En una segunda etapa, puesta en marcha en 2019, hicimos una jerarquización de los volúmenes de residuos que más se generan y otros que, quizás no son importantes en cantidad, pero que tienen un potencial importante para convertirlos en materia prima”, explica Patricia Martínez, quien aclara que los residuos peligrosos no fueron considerados en el proyecto.
La plataforma cuenta con un soporte informático que se debería inaugurar oficialmente a fines de año y, en el futuro próximo, una arquitectura institucional que le entregue continuidad en el tiempo. Este espacio digital, agrega Martínez, cuenta con tres módulos: uno será un directorio de empresas, gestores, asesores y transportistas, es decir, todos los actores del ecosistema; un segundo se abocará a la información para hacer el seguimiento y difusión de datos relevantes para empresas e instituciones; y por último, una especie de “marketplace” en que oferentes y demandantes pueden hacer transacciones de sus residuos y materiales.
Este tercer módulo, según aparece en la web de Industria Circular http://plataforma-industria-circular.cl/, es una “solución tecnológica geo-referenciada del tipo B2B (business-to-business) orientada a la transacción de los residuos, desechos y subproductos (RDS) industriales, que puedan ser utilizados como materias primas y materiales (MPM), así como productos que contengan MPM reciclados o reutilizados”.
“Es un mercado donde se transan residuos para convertirlos en recursos. Por ejemplo, habrá una empresa oferente que dirá: ‘tengo 1.000 kilos de ceniza” y saldrá otra empresa demandante (cemento) que dirá: ‘me interesan esos 1.000 kilos de ceniza’. Ahí entran en la negociación distintas empresas productoras de cemento”, grafica Martínez, docente de la Facultad de Ingeniería de la UV, quien aclara que la plataforma permitirá calcular todos los impactos ambientales, sociales y económicos de las industrias que allí converjan. En particular, figura como puntal el factor de la huella de carbono, ya que es éste el que permite cumplir las metas como país del Acuerdo de París, y también con miras hacia la descarbonización al año 2050.
“Es un mercado donde se transan residuos para convertirlos en recursos. Por ejemplo, habrá una empresa oferente que dirá: ‘tengo 1.000 kilos de ceniza” y saldrá otra empresa demandante (cemento) que dirá: ‘me interesan esos 1.000 kilos de ceniza’. Ahí entran en la negociación distintas empresas productoras de cemento”.
El rol clave de la industria de la construcción
La industria de la construcción es uno de los actores prominentes de la naciente plataforma en la Región de Valparaíso, ya que aporta un 8% del PIB regional y tiene una vasta distribución por el territorio. Y, por sobre todas las cosas, los residuos de construcción y demolición (RCD) son uno de los máximos contribuyentes al cambio climático por su alto nivel de emisiones de dióxido de carbono. En Chile se cree, además, que menos del 1% de la industria de la construcción declara sus RCD ante el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), lo que se presta para una serie de irregularidades y microbasurales clandestinos, con su consecuente impacto medioambiental.
Sin embargo, los RCD guardan un gran potencial de revalorización dentro de la misma industria, lo cual trae aparejados beneficios ambientales y, del mismo modo, ahorro económico. Así lo ha demostrado una de las empresas integrantes de la plataforma, la constructora Viconsa, que ha reportado una rentabilidad mayor al 10 por ciento desde que adoptaron como política la gestión de los residuos: en particular, han internalizado la reducción de residuos, la venta de residuos valorizados y ahorro por reutilización en obra. Adicionalmente, lograron reducir la tasa de accidentabilidad y aumentar la productividad.
Para el jefe del Departamento de Medio Ambiente de Viconsa, Joaquín Cuevas, la plataforma Industria Circular es un paso muy importante hacia la promoción de la economía circular en la Región de Valparaíso. “Yo que soy regionalista, me parece muy bien este tipo de instancias. Sirven para hacer un poco de ruido. Se trabaja mejor con ecosistemas más pequeños y acciones más concretas cuando somos menos y nos conocemos todos. Este tipo de iniciativas pueden generar ciertos cambios, ya que no todas las empresas de la construcción están dispuestas a hacerlo”, plantea el representante de la constructora.
Otra de las empresas del rubro invitadas a participar de la mesa es Revaloriza, una plataforma que se especializa en “gestionar los residuos inertes que producen las obras de construcción de forma responsable y eficiente, con el fin de reutilizar y reciclar los materiales previa disposición controlada”. Además, Revaloriza trabaja en la recuperación agrícola de terrenos habilitados como rellenos controlados para residuos de la construcción y demolición. En particular, se encuentran operativos en un sector de Limache utilizado como terreno de extracción de áridos para la construcción, y que ante las crecidas cíclicas del río Aconcagua representan un eventual peligro para las comunidades aledañas.
En tanto promotores de la gestión de RCD -entregando metal, cartón, plástico de la construcción para insertarlos en otro ciclo productivo- Revaloriza aprueba la instancia generada por la plataforma Industria Circular, ya que “la conducta general de la industria de la construcción ha sido enfocar los esfuerzos en construir y tener margen. Dentro de las prioridades, el residuo está en el último escalafón. Mezclan todos los residuos que se generan y cuando buscan el lugar donde depositarlos, le endosan la responsabilidad al transportista. Así pierden la trazabilidad del material y por eso en la noche aparecen los microbasurales”, comenta Karen Aguilera, ingeniera ambiental y gerenta general de Revaloriza, cuya repartición de residuos de la construcción se destina, por una parte, a fines sociales, como ocurrió con la escuela autosustentable de Lo Zárate, en Cartagena.
Como sea, según Patricia Martínez, directora de Industria Circular, a la industria de la construcción le cabe un papel determinante en la red en tanto receptora de los residuos tanto del mismo rubro como de otros sectores productivos. Lo dice porque cada vez, según ella, es más compleja la extracción de áridos naturales por el impacto que genera. Se vuelve perentorio, entonces, apelar a materia prima secundaria para confeccionar cemento y hormigón en la construcción.
“Hemos visto usos potenciales en los lodos de las plantas de tratamiento de aguas servidas para valorizarlos como material cementicio suplementario (materiales complementarios que contribuyen en las propiedades de una mezcla de cemento). Eventualmente podríamos desarrollar otros insumos para la construcción. Ya mencioné lo de las cenizas volantes para la fabricación de cementos. Pero la idea es, en línea con la economía circular, mantener los recursos circulando dentro del sistema y evitar la extracción de materias primas vírgenes. La industria de la construcción tiene un gran potencial como receptora de residuos y reutilización de materias primas secundarias”, complementa la académica de la Universidad de Valparaíso.
Martínez señala que no está muy claro cómo los RCD podrían ser valorizados en otras industrias como el agro, por ejemplo. Pero sí plantea que los mismos RCD pueden reutilizarse en otros procesos dentro del mismo rubro constructivo. “La industria de la construcción puede ser receptora de la misma industria. Las cerámicas se pueden triturar y pueden ser materia prima de cemento, o bien llevarlo a piedra para convertirse en hormigón”, agrega.
“La conducta general de la industria de la construcción ha sido enfocar los esfuerzos en construir y tener margen. Dentro de las prioridades, el residuo está en el último escalafón. Mezclan todos los residuos que se generan y cuando buscan el lugar donde depositarlos, le endosan la responsabilidad al transportista. Así pierden la trazabilidad del material y por eso en la noche aparecen los microbasurales”.
Un hito en la Región de Valparaíso
Si bien el sector de la construcción será el gran paraguas de la plataforma, en tanto receptora de los residuos del resto de las industrias, Industria Circular estudia casos de potenciales cruces entre otros rubros de la región. “Algunos residuos del agro tienen el poder calorífico para reemplazo de combustibles. También en compostaje como mejoramiento en el suelo, pero se le puede dar aún más valor”, dice Martínez.
En el diagnóstico del proyecto se descubrieron ejemplos muy interesantes que ilustran una incipiente relación inter-industrias. Por ejemplo, en el valle del Aconcagua y Casablanca el rubro agroalimentario transforma sus subproductos orgánicos en fertilizantes para el sector agropecuario. Por otra parte, los residuos orgánicos (cáscaras, pieles, semillas, pepitas) y descartes de la industria pesquera regional, a través de procesos biotecnológicos, son valorizados en la elaboración de alimentos. Sin embargo, ese porcentaje es bajo aún.
A diferencia de la construcción, la industria agroalimentaria valoriza más del 80 por ciento de sus residuos declarados. No obstante, no se sabe a ciencia cierta cómo se hace esa valorización. Se presume que a compostaje, siendo que por las propiedades antioxidantes de algunos de ellos tienen gran potencial nutricional y podrían ser incorporados para elaborar alimentos de alta calidad.
Sin perjuicio de aquello, el nacimiento de la plataforma Industria Circular intentará superar algunas de las barreras que lastran el desarrollo sustentable en la Región de Valparaíso. Según el Registro de Declaración de Emisiones (RETC) del MMA, de las cerca de 700.000 toneladas de residuos sólidos industriales (RSI) no peligrosos generadas en el área regional, el 64,8% se destina a eliminación y el 35,2% restante tiene alguna valorización, principalmente en el rubro agropecuario. Otro dato contundente que arroja el informe es que las cenizas representan el 47,6% de los residuos sólidos industriales de la región, con un nivel de valorización de apenas un 7%.
Pese a esta desventaja, Patricia Martínez confía en los atributos de la región en términos de convertirse en una experiencia exitosa y mancomunada de economía circular, que además puede ser emulada por otras regiones de Chile. “La región tiene una economía variada y exportadora. Hay un desarrollo fuerte del agro, la minería, los puertos, esto le entrega una riqueza en función de la diversidad de los tipos de industrias y residuos”, comenta la cabeza del proyecto, quien advierte que la plataforma sigue abierta para todos los actores del ecosistema que se quieran sumar.
En tanto, Joaquín Cuevas, encargado del Departamento de Medio Ambiente de la constructora Viconsa, aspira a que la plataforma Industria Circular tenga la capacidad de “generar nuevos negocios” en el ecosistema. “La plataforma yo creo que busca eso. En Europa es un negocio grande el manejo de residuos: yo transformo el residuo y lo transo en el mercado como cualquier materia prima, pero dicha materia prima debe ser de calidad. Y en eso hay que trabajar. Falta una capacidad instalada para procesar materiales”, explica.
Por último, Karen Aguilera, gerenta general de Revaloriza, integrante de la plataforma, piensa que la iniciativa “va a marcar un hito dentro de la región”. Dice que, en particular, la construcción es uno de los rubros que menos innova, pero que esto mismo se puede volver una oportunidad de cambio.
“Creo que estamos bien encaminados. Esta plataforma no es solo algo importante por el ahorro económico, sino que mejora tu responsabilidad y tu comportamiento ambiental. En nuestra región hay un relleno sanitario controlado en una quebrada donde se botan RCD en un sector muy cerca de Reñaca Alto, donde se vive un impulso inmobiliario muy fuerte. El estero Reñaca nace en esa quebrada, pasa por Gómez Carreño y llega al sector bajo de Reñaca. En todo ese trayecto pasa por áreas verdes. El año pasado se hizo un estudio para decretar ese parque natural como santuario de la naturaleza, y descubrieron un alto grado de contaminación del estero. No hay otras industrias que tiren sus residuos ahí”, cierra Aguilera.