Encuesta realiza primera radiografía al reciclador de base en Chile: en su mayoría hombres, trabajadores informales y con ingreso promedio de $270 mil al mes
Una encuesta aplicada a 1.284 recicladores de base de Arica a Puerto Montt muestra que el 60% de quienes se dedican a este oficio son hombres, principalmente por dificultades para encontrar trabajo o para incrementar los ingresos familiares. Hoy un 20% de ellos tiene estudios técnicos o superiores, lo que estaría dando cuenta -dicen en el gremio- de un nuevo grupo de recicladores que ha ingresado al sistema en los últimos años ante las perspectivas que abre la Ley REP y la economía circular. Más del 90% trabaja de manera informal, lejos de la previsión social. Y en los últimos años, el tradicional triciclo ha comenzado a ser desplazado por camionetas y camiones para las labores de recolección.
Periodista
Si bien en Chile no existe un catastro oficial de recicladores de base, se estima que cerca de 60 mil personas se dedican a esta actividad en el país. En su mayoría de trata de trabajadores informales, sin mayor vinculación con el Estado, sindicatos u otras organizaciones formales, que operan de forma aislada y sin una territorialidad claramente definida. Es decir, son difíciles de ubicar. De ahí la principal dificultad de realizar un catastro nacional que los identifique y caracterice. Sin embargo, un reciente estudio realizado para el Ministerio del Medio Ambiente por Cempre Chile y Fundación El Árbol entrega una primera radiografía actualizada de su situación socioeconomica y detalles cómo están realizando su actividad en las ciudades.
Con el título “Registro de Recicladores de Base a Nivel Nacional”, y realizado bajo las restricciones de desplazamiento y cuarentenas impuestas a raíz del Covid-19, el trabajo se centró en las bases de datos e información disponible en el Minsiterio del Medio Ambiente (MMA) y sus secretarías regionales, en los municipios y en el Movimiento Nacional de Recicladores de Base. A ello se sumó un formulario de inscripciones disponible en el portal web del MMA, y nuevos contactos recibidos a partir del trabajo de campo. Con ello se llegó a una lista de 3.173 recicladores entre Arica y Magallanes (64% de ellos hombres, y un tercio del total perteneciente a la Región Metropolitana), de los cuales 1.284 fueron encuestados para el informe.
Y aunque el resultado puede tener algún sesgo, pues se trata principalmente de personas integrantes de alguna organización o que se han vinculado previamente con el Estado -lo que no permitiría inferir los resultados al total de los recicladores del país, sí entrega información valiosa para implementar acciones que brinden apoyo a su trabajo.
“Este informe es la primera radiografía en profundidad que se hace sobre los recicladores de base, y que nos entrega información clave para mejorar las políticas públicas enfocadas en la inclusión y profesionalización de este importante eslabón de la economía circular en el país”, afirma el ministro (s) del Medio Ambiente, Javier Naranjo.
Entonces, ¿cuál es el perfil del reciclador de base en Chile? En primer lugar, en su mayoría son hombres (60%), y solo en dos regiones del país, Biobío y La Araucanía, las mujeres son una mayoría (67% y 54%, respectivamente). Un resultado que aparece como contraintuitivo, señala el informe, considerando los estudios que señalan que las mujeres suelen tener mayor presencia que los hombres en el sector informal de la economía. Además, más de la mitad de ellos se concentra en las regiones Metropolitana (28%), Valparaíso (20%) y Biobío (8%).
El 80% de los hombres y el 73% de las mujeres recolectoras de base son jefes y jefas de hogar, lo que evidencia una predominancia de familias que deben su sustento al reciclaje, y un 34% de ellos alcanzó la educación básica, el 44% educación media, un 8% la técnica y un 12% tiene estudios superiores.
Este último dato dice relación con los nuevos recicladores que están entrando en el oficio. De los encuestados, el 32% lleva cuatro años o menos trabajando en esta actividad, y de ellos el 7,8% tiene educación superior y el 4,9% educación técnica. Una cifra que contrasta con quienes llevan entre 5 y 14 años como recicladores de base, donde solo el 3,3 tiene estudios superiores, y el 1,1% que alcanzó este nivel educacional entre quienes llevan más de 15 años de oficio.
Según el análisis del informe, los resultados dan a entender que el hecho de que los recicladores con educación técnica o superior se concentren en el grupo con menos años en el oficio “ingresan al rubro debido a las malas condiciones que tiene el actual mercado laboral formal y abandonan con mayor frecuencia el oficio. Este dato refleja también el creciente interés por las actividades del reciclaje desde una perspectiva ambiental y comercial”.
“Además -agrega el estudio-, si se analiza el nivel de escolaridad alcanzado por las personas encuestadas, en relación al promedio de ingresos, se constata que a nivel mayor de escolaridad se percibe un promedio de ingreso mensual mayor. Mientras quienes han cursado educación superior tienen un ingreso promedio de $375 mil al mes, quienes no poseen estudios perciben solo $195.833 mensuales en promedio”.
“Este informe es la primera radiografía en profundidad que se hace sobre los recicladores de base, y que nos entrega información clave para mejorar las políticas públicas enfocadas en la inclusión y profesionalización de este importante eslabón de la economía circular en el país”
Para Soledad Mella, presidenta del Movimiento Nacional de Recicladores de Base, estos datos dan cuenta también de un nuevo tipo de recicladores de base que está entrando al sistema de la mano de la Ley REP y los avances de la economía circular. “Algunos se pueden iniciar en esto porque están cesantes, y otros porque vienen saliendo de la universidad con un espíritu ambiental y se involucran en esto como un emprendimiento, como una empresa. Eso es lo que está entrando hoy, una gran cantidad de gestores de residuos frente a un importante número de recursos y proyectos, y los recicladores estamos quedando fuera de eso porque no cumplimos con ninguno de los requerimientos que se exigen”.
Lo que podría ocurrir con ello, agrega, es que el ingreso de gente más preparada a este trabajo vaya en desmedro de los recicladores de base tradicionales, que podrían quedar fuera del sistema. “La lucha que estamos dando es porque se reconozca al reciclador de base como un componente histórico del manejo de residuos, que no nace desde las universidades sino de los territorios y de la necesidad de parar la olla. Esta aparición de los nuevos gestores de residuos, con recursos, nos está afectando directamente porque nuestro trabajo históricamente ha sido artesanal y sin apoyo del Estado”, afirma.
Oficio informal, y lejos de la previsión social
Para los recicladores de base, la principal razón por lo que se dedican a esta actividad es la dificultad para encontrar trabajo (30%), que caracteriza en particular al tramo etario entre los 25 a los 54 años -que concentra al 59% de los encuestados-, ya sea por su escolaridad, alguna discapacidad, o cesantía repentina. Le sigue la opción de haber llegado a ese trabajo por alguien cercano (27%), mientras que un 22% declara que buscaba mejores condiciones laborales (aumentar renta y tener un horario flexible). Solo un 15% de la muestra indica diversas razones vinculadas a la conciencia y protección medioambiental.
“Se evidencia así que los principales motivos por los cuales los y las recicladoras deciden iniciarse en el mercado del reciclaje son la necesidad de generar recursos para sus familias, precisamente por la exclusión social que sufren, en lo que juega un papel clave el conocimiento de algún familiar o cercano que los motivó a trabajar en ese rubro. Se trata de un oficio que en parte se transmite, fenómeno que podría ir en aumento si se agudiza la crisis económica”, señala el estudio.
En este oficio, el 92% de los encuestados trabaja de manera informal, una cifra que llama la atención, dicen los autores del informe, ya que se trata de un grupo de recicladores de base que no está aislado de los organismos del Estado, como por ejemplo una municipalidad, o que está vinculado a organizaciones de recicladores. De hecho, la gran mayoría de los recicladores encuestados trabaja como independiente, el mayor porcentaje sin inicio de actividades (74%), seguido por independientes con inicio de actividades (17%). Entre ambas suman casi el 90% de los encuestados, lo cual da cuenta de la débil regulación por parte de los aparatos institucionales del trabajo y mercado del reciclaje. Solo un 5% dijo ser trabajador dependiente con contrato.
Esto redunda en que una amplia mayoría de la muestra encuestada indica no realizar cotizaciones previsionales (84%), lo cual se relaciona directamente con la condición contractual: al no tener contratos, no cotizan. En cuanto a la previsión en salud, un 67% indica no cotizar en ningún sistema de salud, un 30% indica cotizar en Fonasa, y solo un 1% lo hace en alguna Isapre.
Ante este escenario, dice Soledad Mella, el principal objetivo de los recicladores de base es que su labor se reconozca como un trabajo formal, y también el ahorro que este significa para los municipios, para el Estado, en términos de manejo de residuos y de prolongar la vida útil de los rellenos sanitarios. “Pero aunque en la pandemia fuimos catalogados como servicio esencial, es un trabajo que hacemos con muy poco apoyo”, afirma.
“Queremos que se reconozca nuestro trabajo -agrega-, que somos trabajadores, que tenemos derechos, que hacemos una labor sumamente importante, y que necesitamos ser parte de la economía circular y de la Ley REP. Y esto implica un pago por servicio cuando vamos a recoger los residuos. En Colombia, por ejemplo, cada municipio integra a los recicladores en la recolección de reciclaje en los domicilios y se les paga por ello. En la boleta del agua, o de la luz, se le hace un pequeño cobro a los vecinos por ese servicio. Nosotros tenemos un recurso humano que no tiene ninguna empresa, y en todo Chile, para la recolección de residuos”.
“Este estudio es un buen esfuerzo, que se hizo de la mejor forma posible. Se logró tener un espejo de quienes somos, cuáles son nuestras condiciones, y dónde estamos. Todas las falencias y las brechas tremendas que existen en nuestra labor. Hoy necesitamos que los recursos que se están implementando en la Ley REP y la economía circular lleguen también a los recicladores de base”
Las camionetas reemplazan a los triciclos
El estudio también muestra que reciclaje de base se ha perfilado como un trabajo asociado a redes de contacto. Al consultar a los encuestados si realizan su labor en solitario o en compañía, un 45% indica realizarla en compañía de algún familiar, mientras que un 37% indica trabajar de manera individual. A su vez, el 17% de la muestra declara trabajar en compañía de alguien que no pertenece a su familia. El reciclaje se caracteriza por ser en gran medida una empresa colectiva, que tiene como finalidad resolver las necesidades del mismo núcleo familiar.
En ese trabajo, las rutas más rentables para los recicladores de base son las de recolección en domicilios y condominios (61%). No porque se les pague por el reciclaje de residuos, sino porque allí pueden obtener materiales más valiosos, como los cachureos, electrodomésticos en desuso, fierro y chatarra, entre otros. En mucho menor medida, otros servicios que reportan buenos ingresos son el retiro en comercio minorista, oficinas o colegios (10,2%), en grandes empresas o industrias (8,8%) y la administración de puntos limpios y centros de acopio (7,8%).
Y lejos de la imagen clásica del reciclador de base, hoy un 35% de ellos realiza su trabajo en una camioneta, un 14% utiliza un camión y un 26% mantiene aún los triciclos a tracción humana. “Esta variable parece dar cuenta de un proceso de mejoramiento de las condiciones de trabajo de las y los recicladores al momento de optar y lograr obtener un vehículo motorizado, dejando paulatinamente atrás el tradicional triciclo a tracción humana característico del oficio”, señala el informe.
¿Qué prefieren reciclar? Los materiales que más se reciclan tienen directa relación con el precio al que se venden y su disponibilidad en los lugares o espacios de recolección. De acuerdo a la información recabada, los residuos que fueron indicados como los que generan mayor ingreso corresponden a los fierros y metales, en un 31%, seguido por papeles y cartón en un 16%, latas de aluminio en un 14%, botellas PET en un 13% y cachureos en un 12%.