Complejidad y masivo alcance de reciclaje en viviendas lleva a gobierno a extender consulta pública del decreto de envases y embalajes
Solicitud de ampliación de plazo fue realizada por la Sofofa y por el Movimiento de Recicladores de Base, en ambos casos para recabar mayores antecedentes de sus asociados para permitir una mejor entrega de información y de propuestas. La primera etapa de la consulta recibió más de 600 observaciones, para una normativa que afectaría a más de 100 mil empresas y regulará el manejo de más de 2 millones de toneladas de residuos al año, según cifras de la industria.


Con 624 observaciones, y luego de los 30 días hábiles estipulados legalmente para ello, a las 23:59 de este martes se cerró el proceso de consulta pública al contenido del anteproyecto del Decreto Supremo que fija las metas de recolección y valorización de envases y embalajes en el marco de la Ley REP. Sin embargo, y a solicitud de la Sofofa y los recicladores de base -afirman en el Ministerio del Medio Ambiente- el gobierno decidió realizar una extensión de plazo para realizar observaciones hasta el próximo 14 de agosto.
Se trata de una muestra más de la complejidad de implementar la Ley de Reciclaje en el sector envases y embalajes -reconocida por todos los actores del sistema-, en lo que se considera la verdadera “bajada a la calle” de la normativa puesto que involucra una recolección masiva de residuos de productos que son de consumo diario en todas las viviendas, y que ya llevó al gobierno a aplazar en dos meses la dictación del decreto de metas en marzo pasado.
De acuerdo a lo establecido en el decreto de ampliación de plazo dado a conocer ayer por el Ministerio del Medio Ambiente, la decisión obedece a que “considerando la gran cantidad de regulados que constituye el universo total de productores de envases y embalajes, Sofofa, en representación de diversas empresas y asociaciones gremiales que agrupan a productores de envases y embalajes, solicitó al ministerio ampliar el plazo del proceso de consulta pública, de manera de permitir que se aporten más antecedentes y contar con una regulación más robusta”.
Según señalaron ayer en el Ministerio del Medio Ambiente, “dada la importancia del decreto que fijará metas de recolección y valorización a los envases y embalajes, junto al impacto ciudadano de esta norma, creemos imprescindible que todos los actores dispongan del tiempo suficiente para hacernos llegar sus opiniones de manera adecuada y, además, considerando las peticiones de diversos sectores, decidimos ampliar en 15 días hábiles el periodo de consulta ciudadana del anteproyecto”.
“A la fecha -agregaron en el ministerio- hemos recibido más de 600 observaciones, lo que demuestra el interés que genera esta regulación, y estamos seguros que recibiremos muchos más aportes para enriquecer una normativa que resultará ser clave para el país”
Entre los argumentos presentados para justificar esta solicitud de una plazo mayor se encontraría, señala el decreto de ampliación de plazo, se encuentra el que se trata de una consulta técnicamente compleja que requiere no solo de una revisión del anteproyecto de decreto, sino que al mismo tiempo se necesita “validar y sistematizar muchísima información y levantar información comercial que, por su propia naturaleza, es particularmente sensible”.
El anteproyecto del decreto establece inicialmente metas de recolección y valorización de 3% para el plástico; 5% para papeles y cartones, y para el cartón para líquidos; 6% al metal y 11% para el vidrio. Estas se incrementarán con mayor fuerza en 2024 para alcanzar un promedio sobre el 20%, y llegar al año 2030 con metas de un 70% para envases y embalajes de papel y cartón, 65% para el vidrio, 60% al cartón para líquidos, un 55% a los envases y embalajes de metal, y un 45% a los plásticos.
Una afirmación que es sustentada por cifras: más de 100 mil empresas reguladas y de rubros diversos -solo Sofofa representa a 167 empresas y 71 gremios-, “por lo que su coordinación requiere esfuerzos logísticos que justificarían la ampliación solicitada”; y una normativa que establece el marco para el manejo de más de 2 millones de toneladas de residuos anuales, muy lejos de las 140 mil toneladas anuales de neumáticos reguladas en el primer decreto de la Ley REP.
Mayor tiempo para recabar información
Por ello, se agrega, esta normativa en particular no se encuentra circunscrita a un tipo de instalación o de industria en particular, sino que tiene una aplicación especialmente transversal “ya que afecta a un mayor número de actores que sólo plantas de proceso o instalaciones productivas (…) De esta manera, se establece así un inédito marco regulatorio para la gestión de residuos de alcance global y transversal”.
Un argumento que es reafirmado por Marcos Segal, presidente del Comité de Economía Circular de la Asociación de Industriales del Plástico (ASIPLA): “Tratándose de un reglamento tan complejo como el que regula envases embalajes, me parece que la extensión del plazo es razonable y no implica un gran retraso en la implementación de la ley. Realmente hay muchas observaciones, aclaratorias, revisión de algunos temas y cosas que se han estado conversando ya con la autoridad”, afirma.
“Se están recogiendo las observaciones de muchas organizaciones -agrega Segal-, por lo que la extensión del plazo va a ser muy buena para que tengamos un mejor reglamento, más claro, más aplicable y más de acuerdo con todos. Me parece una excelente iniciativa de la autoridad de acoger la solicitud”.
A la solicitud de la Sofofa se sumó una petición similar presentada por el Movimiento Nacional de Recicladores de Base de Chile, la que fue apoyada por organizaciones como Fundación Basura, Ciudad Posible, RedBioLAC y Fundación El Árbol, entre otras.
En ella, se señala que si bien el movimiento de recicladores ha realizado una labor activa socializando y recopilando observaciones tanto de los mismos recicladores como de diferentes actores del sector, “debido a la envergadura del anteproyecto y los plazos acotados de la consulta, no se ha podido recabar los comentarios de todas las agrupaciones miembros del movimiento”.
“En general, las metas nos parecen muy altas porque no se consideró el descarte. Cuando uno recolecta los envases y embalajes siempre se produce un descarte, porque hay materiales que vienen en malas condiciones y no pueden ser reciclados. Y por lo tanto, tienen que ser llevados a relleno sanitario”
A esto se suman algunas aprensiones del movimiento de recicladores, respecto de su real incorporación en el nuevo sistema que crea la REP, considerando que el Artículo 32 de la Ley de Reciclaje estipula que estos “podrán acceder a establecer convenios y contratos con empresas para la gestión de sus residuos, para lo cual deberán estar debidamente certificados por el Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales”.
Su preocupación, señalan en el gremio, es que sean incorporados solo de manera simbólica al sistema, quedando a la voluntad de los sistemas de gestión que esto ocurra de manera mas masiva y permanente, por lo que se encuentran trabajando para que en el nuevo decreto quede establecida su incorporación de una manera más definida.
Las dudas de la industria
Basta una rápida revisión de las 624 observaciones presentadas hasta ahora en el proceso de consulta pública del decreto de envases y embalajes, para darse cuenta de que aún persisten muchas dudas entre los actores del sistema respecto del alcance de las metas, los plazos, el financiamiento y constitución de los sistemas de gestión, así como sobre la cautela de la información que entregarán a estos sistemas.
Lo mismo sucede con la declaración de los residuos -si operará en paralelo al RETC, por ejemplo-, qué ocurre con las empresas que podrían tener residuos domiciliarios y no domiciliarios al mismo tiempo, qué pasa con los productos que puede caer en ambas categorías -un saco de cemento, por ejemplo-, o que ocurre con los productores relacionados que no necesariamente poseen el mismo proceso productivo y son sociedades relacionadas, por citar algunas.
La magnitud de las metas es uno de los son aspectos que más preocupan. Pero principalmente, y esto es algo que se está planteando en la consulta desde diversos sectores, tanto de la industria como desde consultoras y expertos, porque al homologar las metas de recolección con valorización no se estaría considerando el material que se pierde en el proceso, principalmente porque no cumple el estándar necesario para el reciclaje.
“En general, las metas nos parecen muy altas porque no se consideró el descarte. Cuando uno recolecta los envases y embalajes siempre se produce un descarte, porque hay materiales que vienen en malas condiciones y no pueden ser reciclados. Y por lo tanto, tienen que ser llevados a relleno sanitario. En el caso del plástico, hay mucho descarte por varios motivos básicamente técnicos: material que viene contaminado con grasa, sucio, imposible de recuperar. En Chile al menos no hay tecnología para eso, y en el caso del plástico el descarte llega entre un 50% y 60% y eso hay que considerarlo en la meta. Y no solamente en el plástico, el cartón domiciliario también puede ser alto porque viene mojado, sucio o con restos de comida”, dice Marcos Segal, de Asipla.
Y en esa misma línea, muchas de las consultas van orientadas también a los motivos por los que no se está considerando la opción de implementar un sistema de waste to energy -incineración de residuos para generar energía y calor- para hacerse cargo de ese descarte como valorización y evitar que termine en un relleno sanitario.