Educación para el compostaje
Otro sello de la empresa viene entregado por la elaboración de manuales de usuarios disponibles en cada compra de composteras. En esos documentos Santoro y Guzmán enseñan el correcto uso de los objetos, de manera que no se produzca mal olor y el compostaje en greda sea eficiente y productivo. “Igual nosotros siempre dejamos nuestros contactos por si los clientes tienen dudas y les ayudamos al óptimo uso de sus composteras. No se trata solo de venderlas, sino de enseñar a usarlas”, explican los socios.
“No nos sentimos pioneros en esto, pero sí creemos que le hemos enseñado a mucha gente”, opina por su parte Paola Santoro, quien enfatiza la impronta educativa del proyecto con su marido. En ese sentido, ella entrega todo tipo de herramientas para la total comprensión del concepto compost y sus beneficios para el medioambiente.
“El compost se produce por la combinación de elementos y compuestos químicos: oxígeno, agua, carbono y nitrógeno. El carbono está en los residuos secos como los provenientes de los árboles como aserrín o papel; en los residuos frescos hay nitrógeno y el agua. Y el oxígeno se obtiene revolviendo la vasija o a través de sus poros. La greda es mejor que el plástico para compostar porque es porosa en toda su superficie: absorbe el exceso de agua y lo evapora, y a la vez entra oxígeno. Es un proceso maravilloso. Con el compost no solo evitas mandar basura al vertedero, sino que pasan cosas muy bonitas en el suelo”, se explaya Paola Santoro, quien al igual que su esposo, insiste en que el oxígeno es el factor esencial para el éxito de ciclo completo.
Por su parte, Guzmán ilustra sobre cuáles residuos se deben incorporar a la vasija y cuáles definitivamente no. “Tallos de verduras, cáscaras de frutas obviamente. Rollos de confort, cartón y servilletas son un material muy rico en carbono. Casi todos los restos de vegetales, salvo limones o naranjas. Si trabajas con lombrices, evita las cebollas. El único producto de origen animal que puedes echar son las cáscaras de huevos: hay que sacarle bien las claras y la integras molida a la vasija. Nunca echar grasa, lácteos, carne o huesos porque es otro proceso de degradación. Y el compost no puede atraer moscas ni tener mal olor”, recomienda él.
Si se usan lombrices, complementa Santoro, ellas “resisten bastante el frío y menos el calor. En el verano hay falta de humedad y hay que echarle agua. Pero las composteras de adaptan a cualquier clima de Chile, porque la greda tiene la particularidad de que es térmica. Hemos mandado productos desde Arica hasta Chiloé. A Punta Arenas no hemos enviado, pero no creo que habría problema con su uso”.
En estos momentos, Mimba ofrece su stock a través de la tienda online www.compostera.cl, y también mediante trato directo con Santoro y Guzmán en Curacaví. Ellos tienen también entrega presencial en la oficina de Santiago donde trabaja Guzmán en otro rubro. Donde sí se encuentran fijos es sábado por medio en la misma Ecoferia del Encuentro de sus inicios. Las fechas exactas aparecen en el sitio web de la empresa, junto con una detallada explicación de cómo aprender a compostar y de las propiedades y ventajas de cada producto.
Quizás la alternativa que más encarna este espíritu pedagógico de la compañía es la vermicompostera Niki K, ideada especialmente para niños y niñas. Es una minicompostera de dos cuerpos de greda, con 350 cc de capacidad cada uno, donde ellos y ellas aprenden a muy temprana edad a separar sus residuos orgánicos y reciclarlos con la ayuda de una pequeña colonia de lombrices. Incluso Niki K trae un manual explicativo escrito como cuento.
“Es una compostera que tiene otra función. Es más didáctica, porque los niños y las niñas ven todo lo que está pasando con los residuos que echan a la vasija. Ven el trabajo de las lombrices. Es increíble, pero en general se relacionan mejor con las lombrices que los adultos. ¿Por qué? Porque yo creo que son niños. Todos cuando chicos tuvimos la misma relación con la tierra, jugábamos con ella, y por una y otra razón con el tiempo nos distanciamos de ella”, cierra Paola Santoro.