Vicente Pérez Rosales es el primer Parque Nacional del país en incorporar infraestructura hecha con materiales reciclados
En esta área protegida de la Región de los Lagos se construye una pasarela turística e inclusiva de 60 metros de largo hecha con madera plástica, fabricada a partir de 8 toneladas de plásticos y envases de Tetra Pak reciclados. En una zona de alta humedad, sus características antideslizantes y una durabilidad de más de 50 años la convierten en un material ideal para reemplazar el uso de madera, que debe ser cambiada permanentemente por su deterioro. Para GoodWood, empresa que donó el material para el proyecto, este tipo de decisiones por parte de las autoridades en la incorporación de materiales sustentables resultan clave para ayudar a impulsar la economía circular en el país.
En los próximos días, se inaugurará en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales un proyecto inédito para las áreas protegidas del país: una pasarela de más de 60 metros de largo construida completamente con material reciclado, la que además forma parte de un sendero inclusivo que dará accesibilidad universal al mirador Sierra Santo Domingo. En total son más de 8 toneladas de plásticos y envases de cartón de Tetra Pak transformados en madera plástica por GoodWood, que en vez de terminar en un vertedero o en los ecosistemas se convierten en una infraestructura de alto estándar para la zona de los Saltos del Petrohué, área protegida que tiene la tasa de visitación más alta entre los parques del país con 750 mil turistas cada año.
La iniciativa se origina en una donación de la propia GoodWood junto a la empresa Forza Chile, tras un trabajo con Sercotec local que culminó en un convenio con Conaf de Los Lagos para su construcción. “Teníamos la idea de incorporar a madera plástica en los parques nacionales, para que dejen de usar madera en la construcción de pasarelas por todo lo que eso implica: tala de árboles, consumo de agua para su crecimiento, la huella de carbono. La idea es volcar esta infraestructura hacia la sostenibilidad con este nuevo material”, dice Paula Feijoo, CEO y co-fundadora de GoodWood.
El proceso, recuerda, no fue fácil. Requirió una serie de reuniones con Conaf para que conocieran el material, una visita de los guardaparques a la fábrica de madera plástica para conocer el proceso, hacer pruebas con algunas muestras… “En realidad es bien difícil entrar al sistema”, dice Feijoo, pero finalmente el material les encantó -agrega- “porque se trabaja igual que la madera, se ve como madera, pero tiene una durabilidad infinitamente mejor”.
Para fabricar su producto, GoodWood utiliza 50 toneladas mensuales de cuatro tipos de plásticos provenientes de pequeñas empresas recicladoras de Puerto Montt, Puerto Varas y Chiloé, y un producto inédito hasta ahora en este tipo de mezclas: envases de cartón para alimentos y bebidas de Tetra Pak, ayudando también en el reciclaje de este tipo de envases.
“Estamos apostando a que emprendedores como GoodWood se multipliquen en el país y que proyectos como el que se realizó en el parque nacional también crezcan, ya que permiten traccionar la economía circular con el uso de materiales reciclados, a la vez que se facilita la recolección y reciclaje en regiones, un aspecto clave para avanzar en las metas de reciclaje del país, debido a su geografía y centralismo”, comenta Gerardo Imbarack, Gerente de Comunicaciones de Tetra Pak.
Pero la construcción con este tipo de materiales también tiene otros impactos, de acuerdo a los eco-indicadores calculados por los ejecutores del proyecto. En el caso de estas 8 toneladas de madera plástica para las pasarelas, por ejemplo, implica dejar de cortar cerca de 40 árboles y ahorrar 16 millones de litros de agua destinados a su riego, se ahorran 183 m3 de espacio en un relleno sanitario por el reciclaje de materiales, y se evita el consumo de 45.600 kw/hora de energía y 20.352 litros de petróleo.
Y a esto se suman otras características relacionadas a su uso práctico. Emplazada en una región lluviosa, la infraestructura de los parques nacionales de la Región de Los Lagos está sometida a una humedad constante, que hace que los senderos de madera se tornen resbalosos para los turistas, se favorezca el crecimiento de hongos y sufran un rápido deterioro, lo que al mismo obliga a gastos importantes para su mantención y reemplazo.
Esta fue una de las razones que motivó a Conaf a probar con este sendero de madera plástica, dice Jorge Aichele, director regional de la entidad, y en un área que tiene además una alta visitación de turistas. “Entre las motivaciones están las propiedades físicas del material, que tiene buena adherencia y no es resbaloso con la lluvia; su durabilidad -nos señalan que es de 50 años fácilmente-, que no libera ningún tipo de toxinas hacia el medioambiente, que no cría hongos… Todo eso encontramos que es muy positivo, pero lo principal, que es donde nos unimos con la empresa, es que esto significa cuidado del medioambiente en el sentido de que ellos por una parte están reciclando un material que viene de la industria del salmón como un desecho, y lo están reutilizando y transformándolo en este material que tiene una muy buena utilidad”, explica.
Y la idea es que esto también se transforme en un hito turístico, según señaló la directora regional de Sernatur, Paulina Ros, a la prensa local. Por un lado, dijo, el objetivo es “descongestionar los Santos del Petrohué con una nueva infraestructura habilitante que visita la desembocadura del lago Todos los Santos y el inicio del río Petrohué, con unas vistas maravillosas del entorno. Y adicionalmente -agregó- se reutilizan a través del reciclado 8 toneladas de residuos, con lo que la economía circular está presente en la actividad turística de nuestra región posicionándonos como un destino sustentable”.
Oportunidad para la economía circular y la innovación local
Uno de los aspectos más complejos para el impulso de la economía circular, e incluso para el reciclaje, es que los residuos que se recuperan se reinserten en la economía. Es decir, que tras el tratamiento por parte de la industria del reciclaje, la botella plástica o los envases de cartón de Tetra Pak se conviertan en un nuevo producto que tenga salida en el mercado, como un nuevo bien de consumo.
“A pesar de que el reciclaje no es parte de nuestro negocio central, hace más de 20 años estamos promoviéndolo y apoyando en Chile a emprendedores y a la industria del reciclaje en su totalidad para aumentar las tasas de reciclaje de los envases de cartón de Tetra Pak. GoodWood es justamente un ejemplo de cómo los envases de Tetra Pak se reciclan en el país y pueden transformarse para volver a la economía como un nuevo producto, que genera valor, innovación y empleo local”, comenta Imbarack.
Por eso esta iniciativa, dice Paula Feijoo, “es súper importante. Porque nos muestra, nos pone en vitrina, hace que la gente pueda comprometerse con mayor facilidad con este tipo de proyectos. A veces la gente piensa que porque es reciclado debe costar dos chauchas. Y no, porque hay todo un proceso detrás, en el que trabajamos con recicladores de base, con gestores de residuos, con empresas… Mientras más se conozca y se visibilice esto, más le hace sentido a la gente que cuando va y deja sus residuos en un punto limpio, de verdad pasa algo con ellos. Y como en este caso de las pasarelas, algo que se ve, se toca, que sirve y que aporta a la comunidad. Entonces, cómo no hacerlo propio”.
Paula Feijoo no duda en calificar la utilización de la madera plástica en la infraestructura de parques nacionales como un “batatazo”, porque en términos de sustentabilidad implica mostrar cuánto hemos podido avanzar y correr algunas líneas. Y su objetivo es que esto se amplíe a otros parques nacionales de la zona, y también del país.
“El sur de Chile -dice- es absolutamente turístico, entonces cómo hacemos que ese turismo, esos pasajeros, se vuelquen a lo sustentable. Y es mostrándoles qué es lo que se puede hacer sustentable dentro de un parque. Hoy es esta pasarela que donamos, pero esperamos que esto traspase las líneas y tenga la resonancia suficiente para que los otros parques también se motiven, quieran hacer cosas y puedan agregar -por ejemplo- los mesones en las áreas de camping, pasarelas, caminos, etc. Es súper contradictorio que un parque nacional esté cortando árboles para hacer lo que sea”.
Al respecto, el director regional de Conaf, Jorge Aichele, afirma que “hay que ir innovando en los materiales que estamos utilizando, y para qué los estamos utilizando, versus lo histórico. En los parques acostumbrábamos a usar madera porque es lo habitual y lo que está más a la mano -aunque no proviene del parque-, pero en este nuevo escenario climático tenemos que buscar la forma de mitigar esto, incorporando nuevas tecnologías y nuevos materiales en infraestructura que es más tradicional, como un sendero en un parque nacional”.
A esto se suma que se están aprovechando residuos que se generan y se procesan en la región, generando valor local, por lo que se trata de “un círculo virtuoso que hay que tratar de aprovechar”, plantea. Por eso, agrega, la idea es poder ampliar su uso a otros parques “por la versatilidad que tiene el material, y sobre todo por su durabilidad. Nosotros tenemos un costo bastante fuerte en mantención de todas las estructuras de madera. Como la humedad del bosque es alta, estamos cambiando permanentemente nuestras pasarelas. Si bien esto es más caro que una tabla de pino impregnado -que es lo que habitualmente usamos-, si se considera la durabilidad en el largo plazo es más barato que lo que estamos utilizando hoy”.
Para Paula Feijoo, ese componente de innovación y generación de economía local es un foco que como empresa no quieren perder. “No queremos dejar de jugar de local, porque para nosotros es súper importante. Si bien acá hay empresas que hacen cosas similares a nosotros, y también hay peletizadores, eso se va hacia afuera y no se queda acá. Es importante que la gente vea acá la conversión de este residuo transformado en algo nuevo, que le sirve, que le ayuda, que tiene un sentido, que se devuelve a la industria transformado de otra forma. Y que la industria también deja de contaminar, se hace cargo de sus propios residuos”.
Pero para que ello ocurra, agrega, es clave que las autoridades y las instituciones también incorporen este tipo de materiales en sus proyectos. “Lo que esperamos es que estas instituciones se den cuenta de que es posible, y que además es cada vez más necesario, porque si estamos promoviendo una economía sustentable donde tenemos crisis hídrica, donde no queremos cortar árboles, aquí hay una solución. Entonces, esperamos que la gente que tiene que hacerlo pare las antenas. Y que se miren las economías locales, que no todo está en Santiago, porque en regiones están pasando muchas cosas. Y nos cuesta llegar, nos cuesta hacernos visibles, porque si no pasa en Santiago es como si no existiera. La invitación es a parar las antenas, ver que de verdad se puede, y entender que finalmente es un ahorro a largo plazo”.