“La clave es que esto sea un círculo, que el material reciclado entre nuevamente a una cadena de producción, y que se transforme en un nuevo producto”. Así define Jaime Elgueta, dueño de TecaPlak Chile, el trabajo que realizan en su empresa: transformar los residuos en planchas hechas de cartón para envases reciclados para darle un nuevo uso al material. Con un producto completamente nuevo que se puede usar en la construcción, para hacer muebles e incluso para innovadores emprendimientos.
Elgueta inició sus operaciones en 2013, aprovechando las características del material. Tras picar los envases y someterlos a presión y a 180ºC temperatura en el molde de una prensa, se transforma en placas con excelentes propiedades de aislación térmica y acústica, que no es atacada por ningún microorganismo y que con el tratamiento adecuado pueden durar más de 50 años. Y sin agregar ningún elemento adicional. Pero entonces el mercado no estaba preparado para este tipo de innovaciones. Hoy, de la mano de la Ley REP, decidió retomar su producción en una nueva planta con capacidad para reciclar 20 toneladas mensuales de material, que se transforman en cerca de mil placas.
“La implementación de la Ley REP va a favorecer el reciclaje, de todas maneras, y además obliga a que tenga que hacerse bien. Por eso es importante que el Estado invierta en campañas y se generen centros de reciclaje, pero también tiene que haber una salida al material. Si eso no ocurre nada de esto tiene sentido, y se puede terminar con bodegas llenas de envases reciclados”, dice Elgueta.
Ese es, precisamente, uno de los objetivos declarados de la Ley REP, desarrollar en Chile una industria vinculada al reciclaje. Con tasas de reciclaje en el país cercanas al 4% (según la OCDE), incrementar la recuperación de material y evitar que terminen enterrados en un relleno sanitario es fundamental. Por eso la ley obliga a los productores de envases y embalajes -entre otros productos- a hacerse cargo de sus residuos una vez terminada su vida útil, para llegar en 10 años a una tasa de reciclaje de un 60%. Pero eso implicará una gran cantidad de material que requiere ser reutilizado, y ese mayor volumen -es la idea- incrementará la industria de valorización en Chile.
Y esa es la apuesta de Jaime Elgueta para retomar las operaciones de TecaPlak Chile. Y el cambio de conciencia, dice, se ha notado en las empresas y en los consumidores. Desde que reinició sus operaciones, comenzó a recibir más de una decena de llamados diarios para comprar sus productos, al punto que llegó a tener vendidos seis meses de producción y ya estaba pensando incorporar una segunda prensa para duplicar su capacidad de fabricación. Pero en octubre se detuvo todo, aunque poco a poco ha comenzado a retomar el ritmo.
“Ahora está comenzando a activarse todo de nuevo. Hay un mercado que se esta abriendo, en los colegios, en las grandes empresas, en los pequeños consumidores. Hay personas, por ejemplo, que me han comprado placas para recubrir sus casas, y las ve el vecino, se da cuenta que la casa está calientita en invierno, que no se pasan, y me llaman para pedirme material. El boca a boca, en esta etapa, ha sido fundamental. Estoy retomando contactos con grandes empresas también, para ellos puede ser muy interesante este tipo de productos para un cierre perimetral, para exhibidores -por ejemplo-, porque les entrega un valor agregado”, dice Elgueta.