El primer proyecto emprendedor de Mario Bustamante se llamó Bissen, y consistía en fabricar circuitos electrónicos para industrias como la minería. Logró vender más de 11 mil equipos de diseño propio, lo que era toda una novedad en una época en que este tipo de tecnología se importaba. “Fue un trabajo de sastrería y uno de los productos que desarrolló esa startup fue Agronet”, explica Bustamante, ingeniero electrónico titulado de la Universidad Católica de Valparaíso.
Agronet le abrió las puertas para ingresar al rubro agrícola, pese a su formación con énfasis en electrónica. Este producto operó como una estación meteorológica que enviaba alertas para prevenir las heladas de invierno. En 2013 Agronet estaba instalado en cuatro puntos diferentes de la zona central de Chile, y en particular el de Limache alertó a una comunidad de agricultores beneficiados por un Prodesal, un programa ejecutado por los municipios a través del cual INDAP transfiere recursos y asesoría técnica. “Gracias a esas alertas, los productores de ese Prodesal pudieron salvar sus cultivos el año 2013, en que hubo heladas muy fuertes”, cuenta Bustamante, quien dos años después tocó puertas para postular a fondos de inversión y logró fundar Instacrops como un brazo de Bissen.
Actualmente una startup del portafolio de ChileGlobal Ventures, área de capital de riesgo de Fundación Chile, Instacrops funciona como un modelo de asesoría agrícola virtual, que entrega información en línea y predictiva, de modo tal que los agricultores puedan producir frutos de mejor calidad y con máxima eficiencia en el uso de los recursos hídricos y energéticos.
“Lo que hacemos es instalar equipos electrónicos de precisión en el campo, con sensores que miden parámetros como clima, suelo y sistema de riego. Son cerca de 80 parámetros que se miden. Esta información se sube a una nube a través de un software potente que interpreta todo esto y llega directamente al celular del usuario. Así, los agricultores toman decisiones informadas: en el fondo, producen mejor fruta a un menor costo. Es decir, saben cuánto regar, cuánto fertilizante usar, cuánta agua por metro cúbico se gasta, etcétera”, explica Bustamante.
La instalación de los equipos no demora más allá de media hora, y su funcionamiento de alimenta de paneles fotovoltaicos. También cuentan con drones que realizan un mapeo de los cultivos, detectan potenciales enfermedades y contabilizan las plantas de los predios. En nuestro país Instacrops tiene equipos distribuidos entre la Región de Coquimbo y la Región de los Lagos, las zonas de mayor producción frutícola de Chile.
“El uso de nuestro modelo ha permitido en algunos casos reducir el riego hasta en un 50 por ciento. Es decir, utilizo menos agua para producir más fruta. Uso menos químicos para fertilizar. Si yo reduzco el uso de los químicos en un 30 por ciento, eso tiene mucho impacto en términos medioambientales”, agrega el fundador de la empresa.