Huella Verde, la empresa ecuatoriana que reemplazó la vajilla desechable de los patios de comida por otra reutilizable
La emprendedora Andrea Garzón trabaja con platos y cubiertos reutilizables en distintos centros comerciales de Quito, con lo cual logra evitar el uso diario de 10.000 de estos elementos fabricados con plástico de un solo uso. Hoy, junto con tener un equipo que se encarga del lavado industrial de los platos y cubiertos, logra separar cada uno de los residuos y darles un destino óptimo. De este y otros temas hablará la emprendedora este miércoles 18 en el seminario internacional “Emprendimientos circulares desde América Latina y el Caribe”.+


Como en varias partes de Latinoamérica y el mundo, la vajilla desechable utilizada en los patios de comida de los centros comerciales es un gran dolor de cabeza para el planeta por la cantidad de desechos que se generan. Buscar una solución para ese problema siempre estuvo entre las prioridades de la ecuatoriana Andrea Garzón, quien a la sazón trabajaba, un poco a regañadientes, en una ong en el tema ambiental.
“Sentía que en este trabajo no lograba real impacto, era una frustración trabajar con la ONU. Pero siempre me preocupé de los desechables y me daba cuenta del impacto que generaba el uso de ellos en patios de comida. Ahí pensé en dar un servicio que permitiera a los locales emplear vajilla reutilizable en vez de desechable”, narra Andrea Garzón, gerenta del emprendimiento que surgiría luego de materializar esta inquietud. Lo llamó Huella Verde.
Al principio costó entusiasmar a los centros comerciales a que se atrevieran a hacer un cambio radical en su proceder. La oferta era cambiar la vajilla desechable por reutilizable, y preguntó en algunos centros comerciales para que le cedieran un área de lavado y otra de almacenamiento de dicha vajilla. El Paseo San Francisco se interesó. A poco andar, sin embargo, los patios de comida de ese centro comercial y otros no se convencieron del todo en invertir más de la cuenta. En ese minuto, Garzón desarrolló un modelo propio de provisión y lavado de vajilla reusable, más una recolección conjunta de vajilla, que comenzó a negociar a mediados de 2017, para a fines de ese año ya contar con cuatro locales adscritos en la capital ecuatoriana.
“La gente comía en el patio, nosotros llevábamos la vajilla a un lavado industrial donde sanitizamos y entregamos al día siguiente. Fue una primera prueba, porque al principio teníamos temor de que la gente encontrara muy pesada la vajilla, que no se acostumbrara. Pero les empezó a gustar. Y empezamos a trabajar con 14 locales de ese mismo centro comercial Paseo San Francisco”, cuenta Garzón.
Pasó un año y Garzón sentía que necesitaba más volumen para hacerlo rentable. No fue hasta 2019 cuando Huella Verde dio un gran salto adelante.. Acordaron trabajar en otro centro comercial que prohibió los platos y cubiertos desechables. La alternativa era usar vajilla compostable o contratar a Huella Verde.
“Ahí nosotros mejoramos el modelo porque logramos eliminar los basureros, ya que la gente obviamente mezcla todos los residuos y los echa a un solo basurero. Inventamos unas estaciones de recolección para clasificar: los restos de comida orgánicos en un tacho; los platos en otro para lavarlos y reutilizarlo; y por último lo reciclable en cuanto a PET y cartón. Vendimos la idea y empezamos a hacerlo nosotros”, recuerda Andrea Garzón.

“Vamos a poner énfasis en nuestra presentación que si hablamos de vajilla, lo más importante es que sean reusables. Hay un sesgo de la economía circular en creer que solo es reciclaje y no es así. Hay que entender que lo primero es reutilizar. Hay que reutilizar la vajilla antes que crear platos compostables que se van a usar una sola vez”.
No compostables sino reutilizables
Andrea Garzón es una de las invitadas internacionales que expondrá en el seminario virtual “Emprendimientos circulares desde América Latina y el Caribe”, que culmina este miércoles 18 de agosto bajo la organización del Centro de Innovación y Economía Circular (CIEC) de Iquique, más otras entidades. La emprendedora ecuatoriana hará su presentación mañana mismo a partir de las 12.30 en el marco de la charla “Haciendo posible los emprendimientos circulares”.
“Nosotros tenemos que dar el ejemplo en que sí se pueden hacer las cosas”, dice la fundadora y gerenta de Huella Verde, quien valora esta instancia para visibilizar otros emprendimientos circulares de la región.
Con respecto a los resultados del cambio del modelo, dice Garzón, “hoy tenemos patios de comida casi cero basura”. Trabajan actualmente en dos centros comerciales de Quito y uno de Ambato, y están y a punto de cerrar un trato con otro centro comercial en Guayaquil. El impacto provocado es grande: 132 kilos de residuos orgánicos son enviados diariamente a criadores de cerdos; el papel y cartón pasa a los recicladores; y se reutilizan y lavan 10.000 cubiertos al día, con lo cual evitan que esa misma cantidad de vajilla plástica de un solo uso sea arrojada a la basura diariamente.
Justamente el hecho de reutilizar vajilla es una de las ideas que Garzón intentará instalar en su exposición. “No se necesita gran tecnología para aplicar la economía circular; sí es necesaria la creatividad y la colaboración”, cuenta la emprendedora ecuatoriana, quien cree posible replicar la idea en otras latitudes, incluido Chile, país con el que tiene una conexión especial, puesto que su madre es chilena.
“Vamos a poner énfasis en nuestra presentación que si hablamos de vajilla, lo más importante es que sean reusables. Hay un sesgo de la economía circular en creer que solo es reciclaje y no es así. Hay uque entender que lo primero es reutilizar. Hay que reutilizar la vajilla antes que crear platos compostables que se van a usar una sola vez. No tiene sentido. Si usas unas vajillas decenas de veces, evitas una enorme generación de basura”, arguye.
Asimismo, dice Garzón, es importante que los emprendimientos circulares se inserten en la economía sin depender de una mega ley o de fondos internacionales, sino merced a colaboración y a voluntad de las partes. Tanto en Ecuador como en Chile y otros lugares del continente, finaliza Garzón, se pone el foco en el reciclaje, por ejemplo, en cuanto a metas de recolección, pero eso “genera más basura, se produce un efecto adverso, cuando la idea es generar menos basura para poder reciclar menos”.