Gonzalo Muñoz y el futuro de TriCiclos tras premio The Circulars: “Se nos está abriendo el mundo”
En Davos, la empresa liderada por Gonzalo Muñoz recibió el mayor y principal premio mundial a la economía circular. Un premio que pone a la empresa, hoy presente en casi toda América Latina, en una escala aún mayor. Hoy está en conversaciones para aplicar las herramientas creadas por TriCiclos en la Unión Europea, y cerró un acuerdo global con Willian McDonough para trabajar soluciones en base a Cradle to Cradle. Aquí conversa sobre estos nuevos desafíos, la necesidad de un nuevo liderazgo corporativo, el rol del Estado, la Ley REP y los plásticos. También del papel que cumple la sociedad en la ruta al desarrollo sostenible: “Si tenemos el orgullo de estar descarbonizando nuestra matriz, como es posible que estemos extrayendo carbón de la Patagonia. Me parece adecuado que sea la sociedad la que hoy esté diciendo ese no es el tipo de desarrollo que queremos”.
Periodista
“Esto no estaba en el sueño inicial”, dice Gonzalo Muñoz, CEO y fundador de TriCiclos, sobre el actual momento que vive la empresa. Creada en 2009 pensando en la sustentabilidad -y en la economía circular- como su piedra angular, este año tuvo uno de sus mayores logros en una década de funcionamiento ya con numerosos hitos a su haber: en enero, durante el Foro Económico Mundial de Davos, recibió el premio “The Circulars” en la categoría “Dell4Good”, el mayor y principal premio a la economía circular que existe en el mundo.
Un reconocimiento, dice Muñoz, que no estaba en sus planes. No lo estaba la nominación, y menos haber llegado a la final. “Fue una tremenda sorpresa descubrir que desde Chile fuimos capaces de dar en el clavo en algo que nadie más estaba haciendo en el mundo”.
Y en un momento, agrega, en que hay muchas cosas pasando en Chile y donde se está asumiendo un liderazgo regional en materia de economía circular, reciclaje, la realización de la COP 25, de la APEC: “Hay muchas cosas pasando en Chile, y yo creo que esto viene también a ayudar a confirmar eso. Que desde Chile, desde este rincón del planeta, somos capaces de ofrecer una mirada innovadora y además totalmente alineada con lo que el mundo necesita”.
Es también el reconocimiento a una década de trabajo que partió con una visión de un grupo de amigos: tratar de entender cómo sería el mundo en 20 años más, y buscar dar respuesta a los problemas que previeron. Muchas de las cosas que proyectaron entonces se han anticipado, mientras que en otras el problema que identificaron se ha agravado o se ha hecho más visible, y por lo tanto hoy se ve con mayor claridad el sentido de urgencia de activar un cambio.
Para Gonzalo Muñoz, lo importante es no dejar de hacerse esa pregunta. “Es inevitable no solo hacer eso constantemente, sino que además es un ejercicio que vale la pena que todas las personas hagan, en términos de decir: ¿Lo que yo estoy haciendo es bueno hoy, y va a ser bueno permanentemente?¿Es bueno aquí, y puede ser bueno en cualquier parte del mundo? Son preguntas súper simples que todo modelo de negocio debiera hacerse, que cada empresa debiera hacerse, un poco quebrar ciertos paradigmas espacio temporales”.
“El premio The Circulars nos permite ir consolidando no solo nuestro posicionamiento en la región, sino que además nos llegó de sorpresa el darnos cuenta de que nuestra propuesta de valor es única en el mundo”.
Hoy TriCiclos es una empresa con presencia en prácticamente toda América Latina, pero ahora está ad portas de ser una empresa realmente global. El premio The Circulars, dice Muñoz, “nos permite ir consolidando no solo nuestro posicionamiento en la región, sino que además -lo digo con total honestidad- nos llegó de sorpresa el darnos cuenta de que nuestra propuesta de valor es única en el mundo”.
Una propuesta que se sustenta en la acumulación de diez años de experiencia, pero también de una cantidad enorme de datos y en la creación de herramientas para utilizarlos. Los datos se estructuran principalmente en lo que se denomina Índice de Reciclabilidad (IR) de los residuos, alimentado por el trabajo en terreno y con las empresas, que considera una serie de factores -como los materiales, empaques, transporte, posibilidad de valorización, entre otros- y que hoy los tiene ad portas de avanzar mucho más allá de América Latina.
¿Cómo se puede aprovechar esa conocimiento acumulado a nivel de empresas?
Nosotros hemos estado incrementando esa base de datos, y la capacidad de esta de entregar información. Primero, a través de hacerla cada vez más precisa. Cuando nos dimos cuenta que los datos eran algo tan importante, y que podían constituirse en una herramienta tan relevante, lo siguiente fue fortalecer su estructura. Entonces fuimos desarrollando nuestro propio software, para no solo consolidar la base de datos sino que además para hacerla cada vez más creíble, ir corrigiendo eventuales errores. En el proceso de fortalecerla al mismo tiempo se pregunta uno: ‘bueno, como hacemos de esto un buen modelo de negocios pero que permita que esto escale’. Entonces, a las empresas le estamos ofreciendo que ellas tengan la posibilidad de usar el IR internamente, que no necesiten necesariamente de nuestros analistas sino que podamos licenciarles un software.
¿Eso ya lo están trabajando?
Ya lo estamos piloteando con algunas empresas, y dentro de poco ya vamos a lanzar la versión final de este IR considerablemente más robusto, y una herramienta mucho más seria que permite la autogestión de las empresas, de forma tal que las empresas puedan iterar la mayor cantidad de veces. No solo que saquen la ficha del producto cuando ya lo tienen en el mercado, sino que puedan hacerse las preguntas en el momento en que están diseñando. Hay que integrarlo en el modelo de negocios. El IR lo que te dice es: ‘ojo, que acá estás parado frente a un modelo de negocios que tiene ciertas fallas’. Entonces, hay un paradigma que tienes que romper internamente en la compañía.
¿Esa información, que sirve para las empresas, no se puede utilizar también -por ejemplo- para hacer políticas públicas?
Sí, lo siguiente es ya como efectivamente ayudamos a mostrar, a traer este conocimiento y la información necesaria para las políticas públicas. Fundamentalmente es decirles: ‘Mire, esto de acá está funcionando, no se toque; esto de acá no está funcionando’. Es precisamente ahí donde se podrían hacer sugerencias de lo que habría que hacer. En eso estamos buscando permanentemente, y hemos estado en todo tipo de conversaciones con el Ministerio del Medio Ambiente para ponernos al servicio sin que haya ningún tipo de conflicto de interés. Es súper importante que la relación con el ministerio sea súper limpia, desde el punto de vista de nosotros ponernos al servicio de las mejores políticas públicas.
¿Y esto se ha hecho en términos prácticos?
En términos muy concretos, nos dimos cuenta que una alternativa valiosísima era la creación de un pacto chileno por los plásticos. Más allá de que fuimos quienes lo trajimos e hicimos un primer acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, nos dimos cuenta que para nosotros, como actor, era mucho más razonable entregarle este rol a la Fundación Chile, de modo que sean ellos quienes lo lideren y que TriCiclos dar un paso atrás, de manera tal que en el momento en que nosotros pongamos a disposición esta información no tengamos ningún tipo de conflicto de interés. Entonces hoy en día quien está liderando el pacto por los plásticos es la Fundación Chile, por supuesto con toda la posibilidad de acceder a nuestra información en un potencial acuerdo por los plásticos.
Desafío global
En Davos surgió la posibilidad de llevar esta herramienta a la Unión Europea ¿En qué estado están esas conversaciones para materializar ese proyecto?
En lo que estamos hoy es que una vez que tengamos la última versión del IR, que es la que estamos piloteando y que debiera estar lista en marzo -o no más allá de abril-, tengamos una reunión con la Unión Europea para mostrarles el potencial que tiene esta herramienta. Hemos estado conversando con los gobiernos de Dinamarca, Francia y Austria para ver la posibilidad de que esos sean potencialmente los países donde se pilotee la herramienta. Está totalmente abierta la posibilidad. Lo que ellos nos manifestaron fue que cuando estemos listos, con la herramienta en su última versión, hagamos una reunión porque les interesa mucho ver la posibilidad de implementarla en la Unión Europea.
¿Qué significa esto para TriCiclos, en términos del alcance de la empresa, llegar a este nivel?
Esto no estaba en el sueño inicial, son cosas que no te las puedes imaginar cuando partes. Sin embargo, lo que empezó a pasar es que en un momento determinado, cuando nos dimos cuenta de que nuestras soluciones eran efectivamente tan innovadoras y efectivas, nos pusimos a disposición de las distintas plataformas globales. Tuve la suerte de ser nombrado emprendedor social del año a nivel global y de estar siendo invitado a estas plataformas, al Foro Económico Mundial. Y en cada una de esas instancias -yo entiendo que hay una cuota de suerte, o de estar en el momento justo-, cuando se nos ofrecieron las oportunidades las tomamos con todo.
“Nos damos cuenta que ya pasamos a ser globales y nos damos cuenta de que el momento es ahora. No solo desde el punto de vista de la urgencia planetaria, sino que además te están pidiendo que tomes este rol en este momento. Creemos que lo correcto y lo responsable es tomarlo”
¿Y a nivel personal?
Esto implica hacer un montón de sacrificios. El año pasado pasé 19 fines de semana fuera de Chile, de no estar en mi casa con mi familia, nada es gratis. Todo lo lindo de estar en Davos y estar viajando por el mundo implica un montón de sacrificios que hacemos las personas que estamos por esta causa, y porque nos damos cuenta que ya pasamos a ser globales y nos damos cuenta de que el momento es ahora. No solo desde el punto de vista de la urgencia planetaria, sino que además te están pidiendo que tomes este rol en este momento. Entonces, creemos que lo correcto y lo responsable es tomarlo.
¿Cuáles son los desafíos que se plantean ahora?
Lo que empieza a pasar es sorprendente, porque se te abre una instancia, la abrazas, inmediatamente preparas al equipo para estar sólidos en esa instancia, y en el acto aparece otra incluso un poco mayor. Entonces, hoy estamos en este siguiente escalón, donde se nos está abriendo el mundo. Acabamos de cerrar un acuerdo global con William McDonough, creador de Cradle to Cradle, hace dos semanas atrás fuimos un grupo de TriCiclos de los distintos países a Charlottesville a capacitarnos más fuertemente en la implementación de Cradle to Cradle, incluso a hacer cruces entre nuestras herramientas y las herramientas de ellos. Nos dimos cuenta de que hay un montón de oportunidades -de nuevo- de manera global, ya no solo de posicionar la economía circular de la cuna a la cuna, sino cómo mejoramos la calidad de los productos que tenemos hoy en día en el mercado. Entonces, hoy estamos en la etapa de buscar estos desafíos y esto para TriCiclos significa que tenemos que poner al equipo a la altura de estos desafíos. Estoy tremendamente orgulloso del equipo que tenemos, y de como ha ido creciendo. Hoy tenemos liderazgo en todos los países con una visión global, dispuestos a llevar nuestras soluciones al lugar que sea.
Liderazgo en las empresas
¿Cómo se puede llevar esta visión de cambio a las empresas, qué es lo más complejo?
La más difícil es la capacidad de liderazgo dentro de la compañía, y con eso me refiero a alguien que tenga la visión de decir: ‘espera, veamos para dónde viene el mundo’. Si veo que mi negocio está orientado hacia un punto donde no la veo clara, hay que cambiar el rumbo de forma rápida. Aquí la mejor metáfora es la del barco: si hay un capitán que ve que se está yendo contra un acantilado, que tenga el coraje y la determinación de cambiar el rumbo a pesar de que todos le dicen ‘no, es que nosotros habíamos dicho que vamos hacia allá’. Desde ese punto de vista, hay una complejidad muy humana que tiene que ver con gente en el liderazgo de la compañía que se atreva a moverse hacia un espacio donde a veces hay menos certidumbre. Por supuesto, no tienes la certidumbre de que estás yendo hacia un acantilado, pero estás viviendo un entorno de riesgo y hay que ser muy burro para no hacer un cambio. Pero muchas veces ese no es el escenario, puede ser más bien una intuición de que estás yendo hacia un camino que no se está viendo tan claro. Un poco lo que le pasó a la industria de las bolsas plásticas, o lo que está pasando con la industria de las bombillas o a los plásticos de un solo uso. Hay una serie de ámbitos del plástico donde es tan claro que están yendo en una dirección incorrecta, y mientras más te demores en cambiar el rumbo por supuesto lo que estás haciendo es incrementar el riesgo.
¿Esa visión de liderazgo se ve hoy en las compañías?
Tienes casos de liderazgo extraordinarios como el de Emmanuel Faber en Danone, donde la vio clarísima, hay una ruta de liderazgo que es preciosa de recorrer. Todo lo que hizo durante diez años Paul Paulman en Unilever fue marcar justamente este liderazgo y tener el coraje de decir ‘hacia allá estamos errados’. Los paradigmas errados ya los tenemos suficientemente claros, tenemos que cambiar el rumbo.
“El nuevo talento que las empresas necesitan atraer es un talento que viene con una serie de valores, exigencias y principios que las empresas no necesariamente están preparadas para abordar”
Aún así no es un cambio fácil de hacer…
Torcer esta maquinaria es tremendamente difícil, porque no solo están los paradigmas con los que se construyó esa compañía, sino en el fondo por todas las razones… Hay mucha gente que te dice si esto no está roto y nos ha dado resultados, para qué quieres cambiarlo. Hay una razón de peso que tiene que ver con los activos también. Cuándo tu tienes tantos activos que están orientados de determinada manera, si nos vamos al plano más industrial, entonces te dicen ‘tengo maquinaria para amortizar los próximos 25 años, y tú me dices que la tengo que dar de baja e invertir en nueva maquinaria y nueva tecnología’, y no tenga el coraje de presentarle esa mirada al directorio. Hay otros formatos, que te dicen que van a esperar hasta que venga la autoridad a tocarle la puerta, que mientras efectivamente no tenga una multa no se va a mover. De eso también hay mucho.
Sin embargo eso está chocando hoy con la irrupción de nuevas tecnologías, con un ciudadano más exigente, con una cambio en los mercados, entre otras. ¿Cuál variante es más determinante para la decisión de cambio en una empresa?
Hoy en día la decisión más relevante es el público interno, lo que te están exigiendo tus empleados. Esa es lejos la variable más relevante, es la que hace que se tomen decisiones para que se atrevan a cambiar. Es la que los tiene más incómodos. Uno diría es el cambio climático, es el plástico que aparece en el estómago de las ballenas… No, es cómo el nuevo talento que las empresas necesitan atraer es un talento que viene con una serie de valores, exigencias y principios que las empresas no necesariamente están preparadas para abordar. La segunda principal razón es el sector financiero, que está empezando a entender que en la medida que está financiando un negocio que está anclado en la economía lineal, en un modelo donde estos paradigmas chocan con la finitud del planeta, o con las necesidades de las comunidades, o no está abordando de manera correcta las necesidades de la sustentabilidad, eso significa que tiene mayor riesgo.
Y eso empieza a afectar el financiamiento de las empresas
Le empiezan a asignar tasas de interés superiores a aquellas empresas que tienen mayor riesgo. Y es absolutamente obvio, si una industria tiene riesgos asociados a cambio climático, a malas prácticas de gobernanza, problemáticas asociadas a las comunidades, o ciudadanos que se manifiestan a través de las redes sociales… Eso no era visible hace algunos años atrás. Ni siquiera hablando de buena o mala intención, los empresarios no tenían la visibilidad que tienen hoy del impacto de sus acciones, y por otro lado tenían la sensación de que podían cambiar rápidamente. O sea, que los cambios ocurrían en un plazo determinado que les daba más capacidad de maniobra. Hoy en día la velocidad del cambio es inferior a tres años, y si no eres capaz de adecuar tu modelo de negocios en tres años lo más probable es que te vuelen de un plumazo. Estamos en un momento de la historia donde se nos agotó una forma de liderazgo, necesitamos líderes que sean capaces de entender esto de forma muy rápida, moverse de manera muy ágil, porque sino -usando la metáfora anterior- el acantilado se te va a aparecer demasiado rápido y no vas a tener capacidad de maniobra.
¿Hacia dónde debiera apuntar ese liderazgo en las empresas?
Nosotros lo que hacemos es entender cada modelo de negocios y cada tipo de empresa con sus particularidades. No hay una receta aplicable a todos los modelos de negocios. Para que se entienda en el contexto general, las empresas hoy en día necesitan mucho más que una licencia legal para operar, y quien no lo entienda está sonado; se requiere de una licencia social, licencia ambiental y cuidar de forma saludable sus entornos, y si no está cuidando eso genera alarma. La segunda tiene que ver con que, cuando tú después desglosas lo que va más allá del punto de vista legal, por supuesto va a depender mucho del ámbito de acción de la empresa, y en función del tipo de empresa uno puede identificar donde están aquellos elementos que son materiales.
“Desde una mirada muy pragmática del desarrollo de los negocios, el no entender tu negocio integrado a una sociedad que debe ser cada vez más equitativa en el reparto de las oportunidades, si no entiendes eso, tienes una probabilidad alta de que un tsunami te pase por encima”
¿Cuáles son esos elementos?
Tratando de simplificar, hay dos grandes temas en los cuales se agrupa la totalidad de los problemas. Desde el punto de vista medioambiental, el elemento de mayor urgencia es sin lugar a dudas el cambio climático. Incluso cuando estamos hablando de contaminación por plástico, cuando hablamos de desastres naturales, de la contaminación de los océanos o de biodiversidad, cualquiera de estos elementos hoy en día, en la pirámide jerárquica, debemos simplificar de alguna manera al cambio climático. Si la empresa no está ayudando a producir este fenómeno, entonces está sin problemas. Desde el punto de vista social, la mayor problemática se resume en la desigualdad.
¿En qué sentido?
Cuando hablamos de desigualdad estamos hablando de todo tipo de públicos de interés que estén siendo a veces perjudicados por el desarrollo, o que el desarrollo no los contemple incluyéndolos. Estamos hablando desde temas de acceso a oportunidades hasta temas de género, de poblaciones carentes, de pueblos originarios. Esos son temas que muchas veces se han dejado de lado en el entorno empresarial diciendo que no les compete, y eso desde mi punto de vista refleja una enorme ignorancia respecto de cuan necesaria es la humanidad para que su negocio se sustente… Tú necesitas consumidores. En un mundo donde la riqueza se concentra y se concentra, donde hay un porcentaje importante de la población que está siendo excluida del desarrollo, entonces es bien natural pensar que ese público en algún momento va a decir basta. Inclusive desde una mirada muy pragmática del desarrollo de los negocios, el no entender tu negocio integrado a una sociedad que debe ser cada vez más equitativa en el reparto de las oportunidades, si no entiendes eso, tienes una probabilidad alta de que un tsunami te pase por encima.
Rol del Estado y Ley REP
¿Cuál es el rol de los gobiernos en esto, tienen la capacidad de marcar una hoja de ruta o solo alcanza a ordenar lo que ya está pasando, pensando que las empresas se mueven más rápido precisamente por los cambios en los consumidores?
Yo creo en los gobiernos que son capaces de marcar la hoja de ruta desde el discurso. Me parece que lo hemos visto, cuando el gobierno dice ‘este tema nos parece importante’, como en el caso de la economía circular, que ha sido tremendamente valioso como este gobierno lo puso en su agenda, y lo mismo el gobierno anterior. Creo que los gobiernos deben marcar la hoja de ruta, de modo que el empresariado tenga la tranquilidad de poder avanzar en este sentido e ir mostrando lo que es factible, para que después las leyes vengan a confirmar aquello que es factible. Yo entiendo que los gobiernos tienen que ser lentos en su actuar, sino tienden a ser corruptos. Lo que le corresponde al gobierno es dar los pasos adecuados, hacer todas las consultas, pasar por todas las instancias que se debe pasar. A mi me gusta cuando llega el minuto de implementar una ley y hemos tenido 10 años de discusión, encuentro que es valiosísimo. Esos 10 años de discusión lo único que agrega es la seguridad de que lo que estamos haciendo es lo correcto. Una vez que se establece la ley, es rol del sector privado de decir ‘ok, pongámonos manos a la obra y mostremos lo que sabemos’.
¿Cómo has visto este proceso en Chile en materia de sustentabilidad?
Yo creo que los gobiernos han entendido que aquí hay una oportunidad extraordinaria donde incluso la aceptación popular es altísima, por lo tanto hace todo el sentido desde la lógica política. Si además lo profundizas un poco más, y dices: Chile, siendo un país que se ha desarrollado como país extractivo y existe la oportunidad de salir de esta lógica y entrar en un lógica de economía circular con servicios adecuados, con energías limpias, con preservación de su medio ambiente… Chile puede ser una potencia mundial del cuidado del medio ambiente y de desarrollo sostenible, lo que permitiría -de nuevo- que migremos de una economía extractiva hacia una economía incluso regenerativa. Y en esto enseñar, en la región y en el mundo, como esto se puede llegar a hacer.
“Los países que lo han hecho mal son aquellos que han simplificado agrupando, agrupar embalajes y agrupar plásticos es un error que los países han cometido y esperaría que Chile no cometa ese mismo error, porque eso desalinea los incentivos en la industria”
Este es el sueño que nosotros estamos acompañando y donde creemos que el país ha dado varios pasos en la línea correcta, incluso me parece súper adecuada toda la discusión que está ocurriendo hoy en día respecto de que si tenemos el orgullo de estar descarbonizando nuestra matriz energética, cómo es posible que estemos extrayendo carbón de la Patagonia. Entonces hay ahí un conflicto que tenemos que resolver y me parece adecuado que sea la sociedad la que hoy esté diciendo ‘ese no es el tipo de desarrollo que queremos’. Estamos orgullosos de nuestros paneles solares en el norte, y no estamos orgullosos de tener una mina en la Patagonia. Lo que prueba por lo tanto que Chile está en la senda correcta, y lo que está haciendo no se recorre de forma simple, no se recorre sin tensiones, y esta es una de las que estamos viviendo.
La Ley REP es un ejemplo de políticas públicas que vivieron un largo proceso previo de trabajo, ¿Cómo evalúas su implementación?
En términos de la Ley REP, creo que está en el camino correcto. Mi impresión es que los reglamentos de neumáticos salieron bastante bien. A mi me preocupa, en el caso de los envases y embalajes, el tema fundamentalmente de los plásticos. Creo que es un tema absolutamente atingente, que Chile además está en la lógica de hacer un Pacto por los Plásticos, donde cada productor declare y asuma algún grado de compromiso en el largo plazo de resolver su embalaje específico. Los países que lo han hecho mal son aquellos que han simplificado agrupando, agrupar embalajes y agrupar plásticos es un error que los países han cometido y esperaría que Chile no cometa ese mismo error, porque eso desalinea los incentivos en la industria.
Las señales hasta ahora es que los plásticos se van a tratar como un solo producto en la REP
Y ese sería un error, los plásticos no debieran tratarse como un solo producto sino de forma abierta. Un tipo de plástico respecto de otro tiene tratamientos tan diferentes como el plástico respecto del vidrio. Creo que no hay ninguna razón técnica por la cual mantener esa familia agrupada, porque lo que hay ahí dentro es una complejidad tan alta que es justamente esa complejidad lo que ha hecho que los plásticos estén hoy en día en el ojo del huracán a nivel global. No estamos hablando de los plásticos, estamos hablando de ciertas aplicaciones plásticas que tenemos que resolver, y si las agrupamos vamos a perder la visibilidad de esas aplicaciones pláticas que debemos resolver.
¿Cuál es la solución para el plástico hoy? En general es un material imprescindible en muchos aspectos. El problema es cómo se usa
Absolutamente. El plástico sostenible existe, y es aquel que no termina en el medio ambiente. Hay un montón de aplicaciones plásticas que son tremendamente valiosas. Nuestra medicina no existiría si no hubiera plástico. Nuestra tecnología no existiría, la industria automotriz, la movilidad en el mundo… hay una serie de aplicaciones plásticas que son fascinantes. El problema no es el plástico, el problema es la reciclabilidad y la obsolescencia programada, y por lo tanto lo que tenemos que corregir es determinar para cada una de las aplicaciones plásticas cuál es la solución que existe hoy en el mercado. Entonces no hay una solución, y por eso es importante que no se le llame “plásticos”, porque para cada una de ellas existe una solución específica. Hay algunas de estas aplicaciones que están perfectamente bien diseñadas y no hay necesidad de hacer grandes cambios, sino que hay que aumentar las cifras de reciclaje y de valorización. Hay algunas que tienen que migrar a ser compostables, otras que tienen que migrar a ser monomateriales, o hacia modelos de ecodiseño más adecuados.
“Sería extraordinario que existiera una modificación al Decreto Ley 3.500 donde se cambie, o se mencione, que los Fondos de Pensiones tienen la posibilidad de que el 1% o 2% de su cartera de inversiones esté enfocado a empresas que tienen sustentabilidad aprobada, como las empresas B”
Empresas B
TriCiclos fue la primera Empresa B fuera de Norteamérica. Hoy hay más de 140 en el país ¿Cómo ha sido el paso hacia este proceso por parte de las grandes empresas, y por qué es tan importante?
Un poco por lo mismo, porque las empresas están viendo que el entorno ambiental en el que se desarrolló la empresa y fue exitosa ha cambiado radicalmente, y se hace necesario entender qué es lo que está pasando en el entorno. De nuevo, la primera provocación suele venir desde los propios empleados, que dicen queremos que nuestros valores estén alineados con la forma cómo la empresa se dirige. La lógica de las empresas B agrega algo tremendamente único, y es que logra medir el impacto de la empresa en todos sus ámbitos, no solo en lo que se refiere a los temas medioambientales y sociales; analiza la gobernanza, los niveles de transparencia, como se relaciona con los proveedores y los clientes, con las comunidades. Ya la empresa en su conjunto y no solo, como ocurre con otras métricas, con una mirada más bien aislada a un grupo de interés, un impacto o un determinado producto.
¿Qué tan creciente es este modelo?
Nosotros hemos ayudado a expandir este modelo en distintas regiones del planeta, y nos hemos dado cuenta que no existe otro modelo hoy en el mundo de medición de impacto empresarial y de gestión deltradeoffde una empresa como es el de las empresas B. Hoy hay más de 2.700 empresas B en el mundo, incluyendo algunas tan grandes como Danone, la empresa de lácteos más grande de Estados Unidos, o empresas del tamaño de Natura y, en el caso de Chile, de Hortifrut. Son empresas globales que operan en muchísimos en todos los continentes, con miles de empleados y abiertas a bolsa. Lo que han visto en el modelo de las empresas B es la oportunidad de conectarse internamente con una expectativa en algunos casos incluso de los fundadores -y que cuesta después mantenerla en el tiempo-, pero como decía obedece mucho a las necesidades de los empleados, de este nuevo talento que se está integrando a la compañía. Y obedece a las expectativas de la industria financiera: Danone y Hortifrut son dos casos extraordinarios que han recibido préstamos de capital de trabajo con interés preferencial por el hecho de ser empresas B.
Aún así cuesta que las grandes empresas den este salto
Hay más de 60 mil empresas en el mundo que están usando esta herramienta de medición con la expectativa de llegar a certificarse. En Brasil tenemos en este momento cerca de 400 empresas que están a punto de llegar a certificarse, muchas de ellas abiertas a bolsa, pero la complejidad es realmente grande. En Chile van a aparecer dentro de poco, hay varias empresas que facturan mas de cien millones de dólares que están en el proceso de certificación, y algunas de ellas abiertas a bolsa.
¿Falta, quizás, un impulso estatal que incentive este proceso?
Creo que sería extraordinario que existiera una modificación al Decreto Ley 3.500 donde se cambie, o se mencione, que los Fondos de Pensiones tienen la posibilidad -sería maravilloso que se les obligue incluso- de que el 1% o 2% de su cartera de inversiones esté enfocado a empresas que tienen sustentabilidad aprobada, como las empresas B. O quizás crear un Fondo F, un porcentaje de los fondos de pensiones que tu sepas que está siendo invertido en algo que no solo genera rentabilidad sino que además genera un bienestar añadido. Eso, el solo hecho de que exista esa mención, haría que inmediatamente un porcentaje importante de lo que estamos viviendo se acelere, que muchas más empresas se adscriban a este modelo. Hoy sabemos que las empresas que tienen estos criterios de sustentabilidad son más rentables, entonces el Fondo F perfectamente podría tener mayor rentabilidad. Por qué el gobierno no podría hacer esto, si es evidente.