Destilería Urbana: el primer whisky sustentable a partir de descartes de cerveza
La empresa formada por Sebastián Núñez y Celso Loyola fabrica seis variedades de whisky usando como materia prima las mermas en el proceso de elaboración y consumo desde bares, cervecerías artesanales y microcervecerías. Con ello obtienen un producto premium, que además es amigable con el medioambiente. Hasta 10 mil litros de cerveza han logrado recuperar desde su fundación en 2020.


Un distante año 2008, los entonces estudiantes Sebastián Núñez y Celso Loyola, de visita en una feria cervecera en Valdivia, constataron cómo, muy a pesar de ambos, se perdían entre 3 y 5 litros de cerveza en los stands cuando se volvía a rellenar un barril. Es lo que se conoce coloquialmente como “pinchar un barril”. A partir de entonces, surgió en ellos la necesidad de poder trabajar esos descartes de cerveza y ocuparlos en procesos de destilación. Hicieron algunas pruebas para verificar la graduación alcohólica, pero siempre en un nivel casero.
Cuando ya se hubieron titulado -Sebastián de ingeniero químico y su socio Celso de ingeniero en alimentos-, lograron incrementar la producción en 2014, pero no salían de este entorno más bien familiar. En 2018, sin embargo, ya habían desarrollado una receta más madura para producir seis variedades de whisky a partir de las mermas cerveceras, y recién en 2020 lograron formalizarse como empresa: Destilería Urbana, que logró crear el primer whisky sustentable -llamado Revolución- a partir de descartes en la elaboración y consumo de cerveza.
“Antes era algo bien entre amigos, pero el 2020 nos ganamos el primer lugar en el premio Barcelona Cocktail Art, que nos reconoció como líder en sustentabilidad en América Latina. En el fondo llegamos, a partir de los residuos cerveceros, a un alcohol base como cualquier alcohol de destilación, y luego con otros procesos llegamos a las seis variedades premium que tenemos: White, Toasted Wood, Caramel Honey, Huesillo-Canela, Berries y Papaya”, dice Sebastián Núñez, socio cofundador de Destilería Urbana.
Actualmente Destilería Urbana cuenta con unos 15 socios estratégicos como proveedores de esta materia prima secundaria, entre los que se cuentan bares, cervecerías artesanales y microcervecerías de la Región Metropolitana, preferentemente. El sistema varía desde canje, compra y retiro. Proviene también del pinchado de barriles, sin importar si el lúpulo viene alterado, porque en el proceso de destilación, a través de la evaporación y condensación, se quita ese eventual percance. “Lo que importa es el corazón del lúpulo”, aclara Núñez, quien, sin embargo, comenta que trabajar con cervecerías artesanales y no comerciales les permite trabajar mejor, ya que alcanzan mayor graduación alcohólica.
“Aparte de darle una mano al medioambiente al recuperar este volumen de cerveza, le damos una solución también a los dueños de bares que tienen problemas con los desagües por el tema de la levadura de la cerveza”.

“Aparte de darle una mano al medioambiente al recuperar este volumen de cerveza, le damos una solución también a los dueños de bares que tienen problemas con los desagües por el tema de la levadura de la cerveza. Afecta mucho los desagües, por el olor, porque los tapa, etcétera”, complementa Sebastián Núñez.
Según calcula el emprendedor, en estos dos años de funcionamiento Destilería Urbana ha logrado recuperar 10 mil litros de cerveza. En su pequeña planta, ubicada en la comuna de Santiago Centro, cuentan con un alambique hidráulico de 500 litros de capacidad, desde el cual, tras pasar por sucesivos procesos, se logra obtener 150 litros de whisky aproximadamente. Todo el proceso es manual, desde la fabricación hasta el etiquetado.
En este momento, Destilería Urbana -que además cuenta con otro producto estrella: el Gin Maestro, también galardonado a nivel internacional y nacional- vende sus seis variedades de whisky Revolución por e-commerce a través de la página www.destileriaurbana.cl, en alrededor de 150 botillerías de Santiago y en otros recintos especializados en venta de alcohol. También despachan a prácticamente todo Chile.
La perseverancia y trabajo mancomunado los llevó a participar en la sexta edición del Concurso Desafío Emprendedor del Banco de Chile y el Desafío Levantemos Chile, obteniendo el tercer puesto en la categoría pyme. Sebastián Núñez valora la experiencia de participar del concurso y señala que el monto obtenido por el tercer lugar será invertido en marketing y en posicionamiento de marca.
“Fue una tremenda vitrina el concurso Desafío Emprendedor. Que haya sido televisado nos permitió llegar a mucha más gente, ya que nuestra difusión la hacíamos solo a través de las redes sociales. Que fuera transmitido un domingo, cuando hay tantas familias viendo, fue un tremendo acierto, así que estamos felices con la experiencia”, cierra el ingeniero químico, para quien siempre estuvo en el horizonte crear un producto “que fuera circular, que no contaminara, con la idea de cambiar algo y no hacer siempre lo mismo”.