“Circula el plástico”: el Pacto por los Plásticos de Chile se fija sus metas al año 2025 y sale a buscar nuevos socios
Además de las metas establecidas para este tipo de pactos en otros países, como eliminar empaques plásticos de un solo uso que son problemáticos e innecesarios, así como que el 100% de los empaques sea reciclabe, reutilizable o compostable, se fijan dos metas en base a la realidad del país: que un tercio del packaging de las empresas socias sea efectivamente reciclado, compostado o reutilizado, y que un 25% del material de sus empaques sea reciclado. Ahora los integrantes del pacto deberán fijar su hoja de ruta, para determinar con qué proyectos e iniciativas van a cumplir con los compromisos adquiridos en las metas establecidas.
Periodista
Ampliar el círculo. Ese es, desde ahora, el objetivo de “Circula el plástico”, el nombre que adquirió en Chile el Pacto por los Plásticos articulado por la Fundación Chile y el Ministerio del Medio Ambiente, el tercero a nivel global tras los ya suscritos por Reino Unido y Francia al alero de la Fundación Ellen MacArthur. Ayer, tras presentar sus metas y su nueva imagen, una de las primeras cosas acciones de este grupo compuesto por siete empresas fundadoras fue hacer un llamado a nuevos actores a sumarse a la iniciativa.
“Queremos convocar a las empresas, y a todos los actores que participan de manera directa o indirecta en la cadena de valor del plástico, a que se sumen a este pacto, que vengan, porque solo si juntamos una masa suficientemente crítica vamos a poder hacer el cambio”, dijo ayer Andrés Pesce, gerente de Sustentabilidad y Nuevos Negocios de Fundación Chile, al presentar ayer las metas que se fijó el grupo.
El Pacto Chileno por los Plásticos fue suscrito en abril por las empresas Coca-Cola, Unilever, Amcor, Mall Plaza, Nestlé, Soprole y Resiter, en calidad de socios fundadores del mundo privado. A ellos se suman el Ministerio del Medio Ambiente, la Fundación Chile, Corfo, Ministerio de Economía, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, la Asociación de Municipalidades para la Sustentabilidad Ambiental (Amusa), Sistema de Gestión de Envases y Embalajes y Fundación Plastics Ocean Chile, a los que se suma Grupo Turner Chile como aliado estratégico.
Y si bien en esa oportunidad presentaron sus objetivos generales, ayer se presentaron los cuatro objetivos concretos que tendrán que cumplir de aquí a 2025, buscando crear en Chile una nueva economía del plástico, reducir drásticamente su filtración hacia los ecosistemas naturales, y desacoplar el uso de estas materias primas provenientes de los combustibles fósiles.
Esto a través de tres vías principales: eliminar lo que sea posible eliminar, y rediseñar y circularizar lo restante. Una tarea que requerirá de mucha inversión, y también de mucha innovación, por lo que el trabajo colaborativo se torna esencial para cumplir las metas. “Nadie puede hacer esto solo, por eso tenemos que trabajar juntos”, dijo Pesce.
Por su parte, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, -quien no pudo estar presente en el lanzamiento- afirmó a través de un comunicado que “este es un acuerdo ambicioso que nos permitirá avanzar más rápido en el objetivo de reducir el impacto del plástico en nuestro país, a través de la eliminación, reutilización reciclaje e innovación en este material”.
Metas específicas
La primera de las cuatro metas al año 2025 que presentó ayer “Circula el Plástico” tiene como objetivo el tomar acciones para eliminar los empaques plásticos de un solo uso que sean problemáticos e innecesarios a través del rediseño, innovación y modelos alternativos de reutilización.
¿Cuáles son estos empaques problemáticos? En primer lugar, aquellos que no son reusables, reciclables, ni compostables, pero también los que contienen químicos peligrosos para la salud o el medioambiente. A ellos se suman los empaques cuyo uso
puede ser evitado manteniendo la calidad del producto, los plásticos que complican la reciclabilidad o compostabilidad de otros ciclos, y los que tienen una alta probabilidad de filtrarse al medioambiente, como los de tamaño muy pequeño.
“Con esto buscamos darle una fuerza de mercado a lo que estamos reciclando, porque si no generamos demanda por lo que está reciclado esto no va a ser sostenible desde el punto de vista económico, y simplemente se va a trancar esta cadena en algún eslabón que se corte”
La segunda meta es que a 2025 el 100% del material que se use en los empaques sea o reciclable, compostable o reutilizable. Esto implicará, en primera instancia, dijo Pesce, “definir qué calificamos como reciclable, reutilizable o compostable. Ahí hay una gran duda o controversia, y tenemos que ponernos de acuerdo”.
En segundo lugar, las medidas que se adopten para cumplir esta meta deberán estar alineadas con la regulación. La idea no solo es que sean coherentes con la Ley REP, sino que además deberán complementarla e ir incluso más lejos, pero no como un camino paralelo. De la misma manera, se espera que las propuestas que surjan del trabajo del pacto ayuden a afinar las regulaciones en esta materia.
Las medidas orientadas al compostaje de productos también tendrán un cuidado especial, ya que si bien muchas veces es una opción frente a productos complejos de reciclar, la idea es no interferir ni hacer más complejas las cadenas de reciclabilidad que ya están funcionando bien, como en el caso de las botellas PET.
En líneas generales, estas dos primeras metas están en la línea de las metas que ya se han fijado para los otros pactos por los plásticos en Reino Unido y Francia -y para los que se están trabajando en países como Australia, Canadá, Holanda y Portugal-, y forman parte de los mínimos requeridos por la Fundación Ellen MacArthur para suscribir estos acuerdos.
Las otras dos medidas, por tanto, son las más propias del trabajo que se está realizando en Chile, y que se ajustan más a la realidad local. La primera de ellas es que al año 2025 un tercio del packaging domiciliario o no domiciliario de las empresas socias de “Circula el plástico” sea efectivamente reciclado, reutilizado o compostado, un compromiso que se considera fundamental para poder movilizar al mercado.
Y la última, es que al mismo año un 25% del material que está contenido en los empaques provenga efectivamente de material reciclado. Esto en base a un promedio de los envases que las empresas ponen en el mercado, ya que hay categorías más complejas para introducir plástico reciclado, como los empaques que están en contacto con alimentos.
“Con esto buscamos darle una fuerza de mercado a lo que estamos reciclando, porque si no generamos demanda por lo que está reciclado esto no va a ser sostenible desde el punto de vista económico, y simplemente se va a trancar esta cadena en algún eslabón que se corte”, dijo Andrés Pesce.
“Entendemos que aquí es imposible que este tema lo podamos resolver o solo el gobierno, o solo las empresas, o solo los ciudadanos. El pacto por los plásticos es una excelente manera de mostrar estas alianzas público privadas para poder empujar un cambio”
El trabajo que viene a futuro
Una de las primeras tareas que tendrá “Circula el plástico” es la búsqueda de nuevos socios. Ayer, en el mismo lanzamiento de las metas del pacto, se anunció el ingreso a este de dos nuevas empresas: Edelpa y Sodimac.
“Aplaudimos esta iniciativa público-privada para evitar los enormes daños provocados por el uso irracional del plástico. Sodimac acoge el llamado de la COP25 de ´pasar a la acción’, lo creemos absolutamente necesario para revertir el cambio climático y hemos estado trabajando en esta misma línea, avanzando hacia un desarrollo sostenible que integre el concepto de Economía Circular”, dijo el gerente de Sostenibilidad de Sodimac, Juan Carlos Corvalán. La empresa ya tiene como meta que a 2020 el 100% de los envases y embalajes de productos que venden sean reciclables, partiendo por sus marcas propias.
Pero además de buscar ampliar el círculo, los integrantes del Pacto Chileno de los Plásticos deberán fijar ahora su hoja de ruta, para determinar con qué proyectos e iniciativas van a cumplir con los compromisos adquiridos en las metas establecidas.
Para ello se trabajará en cuatro líneas de acción: proyectos de innovación y rediseño de envases plásticos, infraestructura de reciclaje, cultura y educación a los consumidores y ciudadanos, y el diálogo entre los distintos actores para converger hacia nuevas regulaciones, proyectos e iniciativas que permitan alinear el trabajo en el corto y mediano plazo.
Para Paola Calorio, directora de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile, una de las empresas fundadoras del pacto, para el éxito de este trabajo resulta fundamental trabajar en estimular el ecodiseño y la innovación, pero también en la educación para los ciudadanos y en los sistemas de recolección, donde aún queda camino por recorrer.
“Nosotros estamos haciendo mucha innovación, hemos sacado dos productos, Vital Ecoflex y Andina del Valle, que le redujimos un 40% del plástico eliminando dos mil toneladas de plástico anuales con esa innovación, y por otra parte promover los envases retornables que son tremendamente circulares: dan entre 12 y 35 vueltas y terminan en nuestras propias plantas. Nuestras botellas plásticas de un solo uso son cien por ciento reciclables, pero tienen que llegar a un punto limpio para que se cumpla con esa cadena”, explicó.
A esto se suma, dijo Paola Calorio, la importancia del trabajo en alianza para el éxito de las metas propuestas. “Entendemos que aquí es imposible que este tema lo podamos resolver o solo el gobierno, o solo las empresas, o solo los ciudadanos. El pacto por los plásticos es una excelente manera de mostrar estas alianzas público privadas para poder empujar un cambio, porque aquí hay una determinación de las empresas, tiene que haber inversión, cambios en el comportamiento del consumidor, en las logísticas. Es un tema muy complejo, que requiere un trabajo integral de muchos actores”.