Botanitec: bioestimulantes para la agricultura a partir de residuos de la misma industria
Daniela Vaisman, fundadora de la empresa e ingeniera civil en biotecnología, fomenta la agricultura sostenible a través del desarrollo de productos que se valen de los principios activos de las mismas plantas. Al ser aplicados, estas soluciones impactan positivamente en los vegetales, reduciendo el estrés oxidativo y mejorando el proceso de fotosíntesis. El sello de este emprendimiento, además, es el uso de materia prima orgánica derivada de la propia industria agrícola, y no de la cosecha de algas que se realiza profusamente para producir bioestimulantes.
En Botanitec están convencidos de que “la naturaleza es nuestro mejor laboratorio”, como reza el lema de la empresa. Valiéndose de este principio, su fundadora y CEO, Daniela Vaisman, desarrolló soluciones biotecnológicas para el fomento de la agricultura sostenible a partir de residuos generados por esa misma industria. El objetivo es usar los principios activos de la naturaleza -como los antioxidantes- para mejorar el proceso de fotosíntesis de las plantas.
“Habíamos visto que las plantas generan naturalmente antioxidantes para hacer frente el estrés, llevan millones de años evolucionando para hacerlo eficiente. Nuestro principio era ¿para qué inventar la rueda de nuevo, si las plantas lo hacen muy bien? Absorbamos los mismos antioxidantes que las plantas generan, y qué mejor que ir a buscarlos a los residuos que en estos momentos se están quemando en las empresas agrícolas”, explica Vaisman, ingeniera civil en biotecnología titulada en la Universidad de Chile, que además terminó un magíster y un doctorado en esta misma temática.
Antes de crear Botanitec (por aquí en Instagram y en Facebook) a fines de 2018, Vaisman siempre pensó en trasladar su conocimiento en biotecnología a algún producto con una salida más comercial. Por entonces trabajaba en la Unidad de Transferencia Tecnológica del Centro de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB) buscando aplicaciones industriales para las algas, y hacer proyectos colaborativos con empresas. Esa pesquisa la llevó a sumergirse en el mundo de los bioestimulantes para el agro y notó que buena parte de éstos justamente eran producidos a partir de la cosecha de algas, no del cultivo.
Sin embargo, Vaisman quiso dar un paso más allá, a sabiendas de que la cosecha de algas es una actividad invasiva con los ecosistemas marinos e irresponsable ambientalmente, asegura ella. “A diferencia de los fertilizantes, que es como un alimento para la planta, los bioestimulantes activan mecanismos de la planta de forma natural en vez de darles comida. Actúa como un protector solar, de manera que mientras menos les afecta el sol a las plantas, menos se dañan y mejor pueden hacer su proceso”, agrega la CEO de Botanitec.
Una vez que dejó de trabajar en el CeBiB, Vaisman quiso dar un giro a su futuro proyecto y pensó por qué todos los bioestimulantes se producían a partir de algas “cuando hay tanto material vegetal rico en principios activos”, dice. Revisando la literatura al respecto, logró seleccionar algunas hojas de plantas de residuos industriales para conectarse directamente con el concepto de economía circular. Comenzó las pruebas de laboratorio con la ayuda de una investigadora experta en extracción de antioxidantes de matrices vegetales, y luego con la asesoría de un amigo realizaron la prueba de concepto en lechugas, ya que no había respaldo académico para demostrar qué pasaba cuando a una planta se le aplicaba antioxidantes de manera exógena.
“Los resultados fueron muy buenos. Las lechugas eran un 40 por ciento más grandes y pudo asimilar muchos más nutrientes, por lo que era de mejor calidad”, recuerda Vaisman, quien en lo sucesivo se adjudicó un proyecto CORFO Capital Semilla llamado Programa Regional de Apoyo al Emprendimiento, con el cual pudo fundar Botanitec en la Región de la Araucanía. Hoy la empresa funciona en Santo Domingo y Cartagena, en la Región de Valparaíso.
“Nuestro principio era ¿para qué inventar la rueda de nuevo, si las plantas lo hacen muy bien? Absorbamos los mismos antioxidantes que las plantas generan, y qué mejor que ir a buscarlos a los residuos que en estos momentos se están quemando en las empresas agrícolas”.
Escalando el proyecto
El paso siguiente fue hacer el proceso más escalable, por lo cual había que ir mucho más allá de las pruebas en laboratorio y trabajarlo en campo. Así llegó al predio de algunos familiares para hacer pruebas productivas de cómo funcionaba el producto en arándanos y manzanas. Nuevamente sorteó con éxito esa situación.
“De ahí salimos a tocar puertas de más productores y así fue como en la temporada de 2019 y 2020 pudimos hacer ensayos con más de 20 productores, con más frutales. Eran pruebas más robustas. Ahora trabajamos con exportadoras más importantes”, revela la ingeniera civil en biotecnología.
El producto más validado que desarrolló Botanitec es el BOTAN FOLIAR, que, como dice su nombre, se vierte sobre las hojas de las plantas. Los resultados dependen del período de aplicación del producto. “Por ejemplo, si el producto se aplica más temprano, mejora el calibre y el tamaño de la fruta; en cambio, aplicaciones más tardías son un aporte para la firmeza y el color. La firmeza es importante para que la fruta tenga un buen viaje, llegue bien a destino y no tenga problemas en la recepción”, aclara Vaisman. Este primer producto existe en dos formatos: BOTAN FOLIAR HOGAR, en versión spray listo para su uso; y BOTAN FOLIAR FORTE, una versión concentrada, de uso industrial.
En tanto, el otro producto es BOTAN ROOT, “un promotor de crecimiento radicular (raíces) natural de uso a sustrato, cuyos principios activos son extraídos de fuentes botánicas. Tiene una alta capacidad antioxidante que permite bajar el estrés oxidativo durante los procesos de trasplante y flush radicular, aumentando los parámetros de calidad de las plantas”, según se lee en la página web de la empresa.
Adicionalmente, Botanitec tiene como tarea muy presente probar cómo operan estos bioestimulantes aplicados a las plantas, sometidas a un estrés hídrico forzado, pensando en la grave crisis del agua que azota a Chile, y que fue refrendada en el último informe del IPCC sobre el cambio climático. “La idea es ver si el producto ayuda a la planta a hacer su metabolismo más eficiente y ver si puede subsistir con menos agua”. En esa misma línea de investigación y desarrollo, Botanitec ha podido inferir preliminarmente que el producto ayuda a las plantas en su proceso de fotosíntesis, y que además sus antioxidantes colaboran con la enzima que absorbe el CO2 y lo convierte en materia orgánica. Esta hipótesis será validada con plena certeza en un plazo próximo.
Lo importante para Vaisman es que con el fomento de la agricultura sostenible “no estamos depredando campos, ya que los químicos están empobreciendo los suelos y los cultivos no rinden. Por eso desarrollamos productos que ayudan a regenerar el suelo”.