Acción Circular: la solución tecnológica que democratiza la cadena del reciclaje
Compuesta por cuatro socios, esta plataforma virtual permite vincular a los diferentes actores que intervienen en el reciclaje. Con más de un año de funcionamiento, Acción Circular simplifica este proceso y beneficia tanto a los recolectores de base como a las empresas que quieren reciclar y no saben cómo hacerlo. Una de las innovaciones es la instalación de un sensor inteligente en los contenedores: se activará cuando éste llegue a los tres cuartos de su capacidad y luego contactará automáticamente al transportista que los llevará a otra empresa valorizadora de residuos.
El reciclaje suele ser una tarea engorrosa para muchas empresas que no rehúyen su compromiso, pero carecen de las herramientas para hacerlo o no saben cómo vincular a los distintos actores que intervienen en la cadena. Con el objetivo de resolver esa controversia nació Acción Circular, una plataforma virtual que simplifica y automatiza los procesos, poniendo en contacto a recicladores de base, compañías y valorizadores de residuos.
Con un año de funcionamiento en el Start-Up de Corfo en una torre de calle Monjitas, Acción Circular ofrece una solución tecnológica de máxima eficiencia para los actores de la cadena de reciclaje. “Para las empresas era muy caro contratar un servicio integral de reciclaje o había muchos actores. Algunos gestionaban solo vidrio, otros solo papel, etcétera. Detectamos esa necesidad, sumado a que la ley REP planteará nuevos desafíos para las empresas en Chile, y pensamos en hacer una solución tecnológica que les ayude a reciclar de manera más fácil”, explica la CEO (Chief Executive Office) de Acción Circular, Paulina Cataldo, mientras bebe un sorbo de café en la terraza del edificio.
La acompaña Paul Beltrán, CPO (Chief Product Officer) del proyecto, cuya taza de café también descansa sobre la mesa. Ambos se conocieron en la agencia de sustentabilidad Proyecta. Él hacía plataformas de desarrollo tecnológico; ella, gestión ambiental. No hicieron más que juntar y robustecer sus aptitudes para fundar la empresa que tiene un piloto actualmente en el barrio Manuel Montt de Providencia, y que ya ha probado su éxito en compañías como la chocolatería La Fete, con la que trabajaron durante ocho meses. Otras empresas que ya están comprometidas a tratar sus residuos a través de la solución brindada por Acción Circular son Torre, Red Megacentro, Hortifrut, Iconosur, Casaco y Spaceworks. Los otros socios de Acción Circular son Maximiliano Fontecilla y Marcelo Beletti.
La solución virtual, explican, releva la figura del recolector de base. Cuentan actualmente con 20 trabajadores asociados, quienes son contactados automáticamente por la plataforma para acudir por los residuos que ya han segregado las empresas que trabajan con Acción Circular.
“En la ley REP el recolector de base no tiene muy claro su rol. Para nosotros es súper importante integrarlos y, sobre todo, profesionalizar su oficio, mejorar su calidad de vida. Nosotros les pagamos una remuneración por las horas que le dedican al reciclaje”, apunta Paulina Cataldo, quien invita a más recolectores de base a sumarse a la plataforma. “Entre tantas cosas, pretendemos que ellos puedan acceder a fondos para transportar los residuos en autos eléctricos, que estén inscritos en el Servicio de Impuestos Internos, que aprendan a llevar la contabilidad, etcétera”, agrega ella.
“Para las empresas era muy caro contratar un servicio integral de reciclaje o había muchos actores. Algunos gestionaban solo vidrio, otros solo papel, etcétera. Detectamos esa necesidad, sumado a que la ley REP planteará nuevos desafíos para las empresas en Chile, y pensamos en hacer una solución tecnológica que les ayude a reciclar de manera más fácil”.
En palabras simples, Acción Circular funciona así: si una empresa asociada llena su contenedor, la plataforma avisa al recolector de base más adecuado para esa tarea, dependiendo del tipo de residuo y también de la cercanía al lugar. Ese transportista destina ese volumen a otras empresas valorizadoras con las que Acción Circular también tiene alianzas. En esa tarea, un papel principal le cabe a un sensor inteligente que se instalará en los contenedores de las compañías.
Sensor en los contenedores
Paul Beltrán es aún estudiante de ingeniería civil en Informática, pero ya cuenta en su currículum con el diseño de un prototipo de sensor inteligente que básicamente avisará cuando el contenedor esté a punto de llenar su capacidad. Este dispositivo está construido con la tecnología IoT (Internet of Things, en inglés) y agilizará aún más el proceso.
“El IoT es la capacidad de conectar equipos de bajo consumo a la red, permitiendo controlar y monitorear los sensores desde cualquier lugar. En nuestro caso, no solo podemos saber qué tan lleno de encuentra el contenedor, sino que también al saber dónde está ubicado, podemos armar una ruta óptima para que los recolectores puedan ir a buscar los residuos”, explica él.
Cuando el contenedor llega a los tres cuartos de su capacidad, agrega Beltrán, el sensor manda una señal directo a la plataforma. Automáticamente, a través de un algoritmo inteligente, contacta al recolector de base más adecuado para retirar los residuos.
“Antes teníamos un botón en la página y era un poco enredado. Esa modalidad no funcionó. A cambio, este sensor permite saber incluso un día antes si el contenedor se va a llenar y esa notificación le va a llegar de inmediato al transportista. Si por ejemplo el retiro es en San Bernardo, es ilógico que vaya un recolector de Santiago Centro. Si les ofrecemos tres o cuatro puntos de retiro al instante, es mucho mejor”, prosigue el estudiante de ingeniería informática. La idea es que en el futuro, el mismo transportista les ayude a cambiar las baterías, porque los sensores funcionan como un equipo aislado, sin conexión.
“Antes teníamos un botón en la página y era un poco enredado. Esa modalidad no funcionó. A cambio, este sensor permite saber incluso un día antes si el contenedor se va a llenar y esa notificación le va a llegar de inmediato al transportista. Si por ejemplo el retiro es en San Bernardo, es ilógico que vaya un recolector de Santiago Centro”.
El otro componente novedoso de la solución virtual es la evaluación mutua entre empresa y recolector. “Funciona como una especie de Uber, se califican entre ambos”, explica entre risas Cataldo. Por ahora, Acción Circular se concentra en envases y embalajes, pero a largo plazo pretende cubrir “hasta los residuos de la construcción y de la minería”, añade la ingeniera civil industrial.
Que solo trabajen con empresas obedece a que aún no existe una cultura de reciclaje en Chile a nivel local. “Al principio pensamos en incorporar el tema del post consumo en las personas, pero se necesita mucha educación ambiental. Cuando los niños de hoy sean adultos y reciclen en sus casas, recién podríamos pensar en ingresar ahí, pero es un trabajo más largo”, advierte Cataldo.
Para la valorización del residuo, Acción Circular suscribió convenios con empresas como Metalum, que recicla los metales. También trabajan asociativamente con Sorepa, Recupac, Rendering, Integrity, Cristalerías Toro y Comberplast, entre otras. Lo importante de todo es que, a final de cuentas, esas firmas valorizadoras entregan un certificado de disposición, “y con eso garantizamos la trazabilidad del residuo”, aclara Paulina, cuya empresa recibió ocho millones adicionales de Corfo para ejecutar el proyecto, debido a su triple impacto económico, social y ambiental.
Acción Circular, por ahora, está validando el modelo solo en Santiago, para luego expandirlo a regiones. Para Paulina Cataldo, la plataforma no solo “desburocratiza” el reciclaje, sino que lo democratiza.
“Es eso, democratizarlo, porque les damos acceso a diferentes actores, principalmente a los recicladores de base”, concluye, convencida.